La Tradición Médica de Occidente en nuestros días

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La sociedad actual manifiesta un creciente interés por modelos terapéuticos holísticos que no son sino la aplicación a la Medicina del saber de la Tradición, entendiendo ésta como un conocimiento único y universal que se transmite de generación en generación, normalmente por vía oral, pero que cada pueblo expresa con características aspectualmente diferentes. La Medicina de Tradición abarca, por tanto, una amplia variedad de terapias y prácticas milenarias que varían entre las distintas culturas y que han mantenido su popularidad sobre todo en Oriente.

El mundo occidental, en cambio, ha ido distanciándose progresivamente de su Medicina de Tradición hasta convertirla en una auténtica desconocida. De hecho, cuando queremos profundizar en nosotros mismos y buscar modelos más amplios e integradores, tendemos a hacerlo en otros entornos, ignorando nuestras propias raíces tradicionales.

Para la población de extremo Oriente, la Tradición Médica encuentra su vehículo de expresión en la Medicina Tradicional China (MTC), en la que la potencia primera (el Tao) impulsa al Ser en su ciclo evolutivo, mediante tres energías (Yin, Yang y Chi); para la de la India, en la Medicina Ayurvédica, según la cual, todo ser vivo está constituido por cuerpo, mente y alma, siendo la enfermedad un desequilibrio entre estas tres partes; y para la occidental, en la Medicina Tradicional de Occidente (MTO), hoy denominada HomeoSpagyria u Homeopatía Spagyrica, y que traza una comparativa entre el hombre y su entorno. Se trata, por tanto, de tres formas aparentemente diferentes de llevar a la práctica el mismo concepto de Medicina, aquél que observa al individuo con una perspectiva integral u holística, como un todo indivisible que consta de tres dimensiones (física, psíquica y energética) y que ha de ser tratado en su conjunto, estableciendo, además, una analogía entre sus reacciones fisiopatológicas y de comportamiento y los modelos y arquetipos observados en la naturaleza. Y es que el sujeto (microcosmos) se concibe como una unidad dentro de otra mayor (macrocosmos), a cuyo crecimiento o reorganización contribuirá con sus acciones.

Así las cosas, los postulados de la Medicina Tradicional de Occidente responden, particularmente, al conocimiento, la cultura y la idiosincrasia del hombre occidental, pero para adaptarse a sus necesidades de hoy y abordar los acontecimientos físicos, psíquicos y existenciales (enfermedades) que le atañen en pleno siglo XXI, requerían una actualización, una puesta a punto.

Ése es el principal mérito de la HomeoSpagyria y de su codificador, el Dr. Juan Carlos Avilés, quien ha recuperado, sistematizado y dado una aplicación práctica real y un aval científico a lo que la Tradición Médica de Occidente lleva defendiendo desde los tiempos de Hipócrates (siglo V a. de C.), padre de la Medicina, y que, aunque alcanzó un punto culminante en el siglo XVI con la Spagyria de Paracelso, nunca, hasta ahora, había sido divulgado en toda su amplitud.

La HomeoSpagyria, como sistema homeoterapéutico tradicional, no es coercitiva con el síntoma, interpreta este como un mecanismo de defensa puesto en marcha por el organismo para restablecer el equilibrio perdido. Por ello, no lo elimina, sino que lo estimula, nutre y regula para que el cuerpo reaccione ante dicha anomalía o alteración. Al mismo tiempo, atiende a los aspectos psicológicos o energéticos que pudieran estar influyendo y provocando ese desajuste inicial, y que también son parte fundamental del proceso. De esta forma, el médico spagyrista debe realizar un estudio exhaustivo del paciente, en el que contemple sus tres dimensiones (orgánica, psíquica y energética) y que le permita ubicarlo en un modelo universal de relación, el Esquema General de la HomeoSpagyria, en el que todo está integrado y en perfecto equilibrio, lo que, en consecuencia, orientará las posibles correcciones.

En concreto, el spagyrista observa cuatro áreas de análisis. Para definir la tendencia energética del sujeto, que la Homeopatía Spagyrica denomina Principios (Formativo, Adaptativo e Identificativo), se evalúa su metabolismo. Para analizar su tipología orgánica o Complexión (Linfática, Sanguínea, Biliosa o Nerviosa), se atiende al desarrollo embriológico fetal y las situaciones soportadas durante los primeros meses de vida, haciendo una comparativa con los cuatro estados de la materia, tal y como están descritos en el planteamiento hipocrático. Además, se tienen en cuenta las pautas de comportamiento del paciente, fruto de la integración de determinados aspectos cognitivos a lo largo del ciclo de la vida (Actividades Vitales), así como la adecuación de sus reacciones biopsíquicas a los ritmos y ciclos observados en la naturaleza (Expresiones Biológicas).

La HomeoSpagyria, por tanto, concibe la enfermedad como una ruptura con el orden natural establecido, como una falta o incorrecta integración de los Principios, las Complexiones, las Actividades Vitales y las Expresiones Biológicas; y para intentar recuperar esa armonía perdida, recurre a protocolos de estimulación de los aspectos bloqueados con medicamentos reguladores de las funciones implicadas, que serán combinados atendiendo siempre a la capacidad reactiva del propio sujeto. Y es que cada persona, genética y psíquicamente, tiene unas particularidades que influirán decisivamente en su forma de responder ante las diferentes situaciones patógenas y que, igualmente, condicionarán y determinarán el abordaje.

De este modo, los distintos tratamientos homeospagyricos no se encaminan únicamente hacia la recuperación de la patología concreta y la eliminación de los síntomas, sino hacia el reequilibrio del paciente en sus tres dimensiones. No olvidemos que, como ya se ha dicho anteriormente, toda alteración en el estado de conciencia, afectará a la dinámica energética y acabará manifestándose a nivel orgánico. Por tanto, actúan sobre la salud en lugar de hacerlo sobre la enfermedad, entendiendo aquélla tal y como la define la Organización Mundial de la Salud (OMS), como el estado de completo bienestar y no sólo como la ausencia de patología.

Así, el modo de operar en Homeopatía Spagyrica se materializa con la separación de los elementos constitutivos del paciente, su purificación (en sentido alegórico) y su posterior reunión en una expresión más armónica. Por ello, sobre las cepas vegetales y/o minerales (100% naturales) que componen los medicamentos de uso en HomeoSpagyria se ejerce esa misma acción (separación, purificación y reunión) mediante procesos de fermentación, disolución, digestión, circulación y rectificación para desproveer al nutriente de toda carga tóxica y obtener su máxima potencialidad.

La Homeopatía Spagyrica, por tanto, recupera y actualiza un saber que estaba latente en el mundo occidental; pero que necesitaba ser recodificado y readaptado para que aquellos profesionales sanitarios que buscan y defienden otra forma de abordar la enfermedad, entender la salud y concebir al hombre puedan aplicarlo en su actividad diaria.

Este conocimiento, en el que iremos profundizando en las próximas ediciones de Espacio Humano, ha alcanzado, además, una nueva dimensión con los distintos cursos y másters que, para el colectivo sanitario.

Dr. Miguel Angel Recatero

Medico-Odontologo. Director Estomatología Holística

Especialista en MTO – Homeospagyria

www.estomatologiaholistica.es

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6,2 minutos de lecturaActualizado: 23/03/2024Publicado: 12/02/2013Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: ,

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