El Maestro o preceptor es imprescindible para la práctica del Yoga.
Para encender una vela necesitas otra vela encendida. De igual modo, solo un alma iluminada puede iluminar.
Cuando nos referimos al Maestro, la polémica está servida. Este tema es generalmente visto desde nuestra sociedad con una connotación sectaria, y su concepto y magnitud son malinterpretados en muchas ocasiones por falta de una información clara y veraz. Intentaremos a continuación profundizar un poco en este tema que tantas contrariedades supone, con el fin de arrojar luz y entendimiento sobre esta figura tan importante y necesaria para nuestro avance espiritual.
¿Por qué necesitas un guía en tu viaje espiritual?
Solamente quien ha estado en un lugar determinado puede mostrarte el camino para llegar allí. En el caso del sendero espiritual, es aún más complicado encontrar tu rumbo. La mente puede confundirte en ocasiones, pero el Maestro podrá evitarte las trampas y obstáculos que se interponen en tu camino.
La función del preceptor
Un preceptor es absolutamente necesario para todos los aspirantes en el sendero espiritual. Solo el Maestro puede descubrir tus defectos; de la misma manera que una persona no puede ver su propia espalda, tampoco puede vislumbrar la profundidad de sus propios errores. Necesitas la guía de un Maestro para erradicar tus peores cualidades y defectos.
Descifrando las escrituras sagradas
Cuando nos aventuramos en la lectura de las escrituras, nos damos cuenta de que son como un bosque denso, llenas de pasajes ambiguos y contradicciones. Algunos contenidos poseen significados esotéricos y diversas interpretaciones, con referencias que se entrecruzan. Por ello, es necesario contar con un Maestro que te ofrezca el significado correcto y despeje tus dudas, revelando la esencia de las enseñanzas.
¿Existen excepciones a esta regla?
Debemos considerar que los casos de aquellos que han alcanzado la perfección sin estudiar bajo ningún Maestro son excepciones en la vida espiritual. No te entregues a aquellos que afirman: “No sigas a ningún Maestro”, ya que pueden pretender ser la voz de la sabiduría para quienes escuchan. Mantente alerta.
¿Cómo elegir a tu Maestro?
Si sientes paz en presencia de una persona, si te inspiran sus discursos o lecturas, si en su compañía se aclaran tus dudas, si es desinteresado, amable y altruista, puedes considerarle como tu preceptor. Un buen Maestro mostrará interés en tu práctica personal y no perturbará tus creencias, brindándote apoyo desde el lugar en el que te encuentras. Recuerda no dejarte llevar únicamente por la razón al seleccionar a tu Maestro.
¿Y si no encuentro a un Maestro?
Encontrar un verdadero Maestro no es sencillo; si no logras hacerlo, sigue las enseñanzas de otros “peregrinos” que recorren el sendero espiritual desde hace años, destacando por su práctica sincera y cualidades virtuosas, además de su conocimiento de las escrituras. Si aún así te resulta complicado encontrar un preceptor, puedes recurrir a los libros escritos por grandes sabios; ten fe en que cuando el aprendiz está listo, el Maestro aparece.
Profundiza en tu búsqueda
No perfores aquí y allá pequeños pozos para obtener agua, pues pronto se secarán. Perfora un pozo profundo en un solo lugar. Centraliza todos tus esfuerzos allí y conseguirás agua abundante que te abastecerá durante todo el año. Del mismo modo, trata de absorber completamente las enseñanzas espirituales de un solo preceptor. Seguir instrucciones de múltiples fuentes puede confundirte y hacer que tu progreso sea más lento y complicado.
El valor de un gran Maestro
El poder espiritual puede ser transmitido de una persona a otra. Es el propio Maestro quien utiliza este poder para entregar al discípulo adecuado lo necesario para su evolución espiritual. Un Maestro puede transformar al discípulo a través de una mirada, un toque, un pensamiento, una palabra o un simple deseo. Este proceso es una ciencia mística oculta que se transmite de Maestro a discípulo.
Recuerda:
• Todos necesitamos un preceptor para nuestro crecimiento.
• Solo quien ha estado en un lugar podrá guiarte y liberarte de los obstáculos.
• El Maestro podrá mostrarte el verdadero significado de las escrituras.
• Elige con atención a tu preceptor.
• Aquel en cuya presencia sientas paz, que aclare tus dudas y apoye tu crecimiento es tu Maestro.
• No uses excesivamente la razón para seleccionar a tu Maestro.
• Si no encuentras un Maestro, sigue las enseñanzas de los libros escritos por Maestros realizados.
• Cuando el aprendiz está preparado, aparece el Maestro.
SWAMI SIVANANDA
Información facilitada por el Centro Internacional de Yoga Sivananda Vedanta de Madrid
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