El ecosistema de la piel

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Nuestra piel es un ecosistema que requiere un equilibrio constante. Por ello vamos a hablar de un tema muy interesante como es el agua en nuestro cuerpo, y lo que puede hacer un tratamiento como Kogo. El agua de nuestro cuerpo se escapa debido a diferentes problemáticas durante toda nuestra vida.

El estrato córneo contiene alrededor de un 13% de agua y si esta proporción baja, aunque sea ligeramente, la piel se volverá seca y rugosa.

El agua que llega al exterior desde la dermis se evapora constantemente. La piel seca es un ejemplo de una piel en que la calidad del cemento intercelular es baja, por lo que está perdiendo demasiada agua.

Cuando hablamos de cemento intercelular, hablamos de sustancias tan importantes como el colágeno y la elastina. Si el cuerpo con la edad deja de producir esta cohesión en la piel, dejará de existir esa humedad que genera un colchón de protección con el exterior.

Ello provocará una estabilidad muy frágil que si se rompe o bien se colapsa durante mucho tiempo dejará una huella en la superficie y en el interior muy difícil de recuperar.

El agua y la apariencia estética de la piel

La calidad del estrato córneo que teníamos en nuestra juventud disminuye al perder humedad y grasa, y la piel empieza a perder su grosor y su textura. Esa lozanía que al pellizcar notábamos en los bebes y adolescentes, desaparece. La piel del rostro estará más quebradiza y su tono se tornará grisáceo y apagado.

Dependiendo de nuestra edad, el proceso de la renovación de la piel o queratinización, durará más o menos tiempo. Un adulto sano, tardará en realizar el proceso de renovación de la piel unos 26 días y en el caso de una piel madura podrán llegar a pasar hasta unos 60 días. Por otra parte tenemos la piel que presenta una sintomatología como la psoriasis. Este tipo de piel solamente tarde 6 días en realizar el proceso de queratizacion.

Quizá hayas escuchado que cuánto más exfoliemos la piel del rostro, mejor calidad de la piel vamos a conseguir; esto es completamente incorrecto. Lo que va a conseguir con el tiempo será debilitar las capas superficiales de la piel tan necesarias para su protección.

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Nutrición desde el interior las células

El tratamiento Kogo consigue revertir el proceso, pararlo y mantener en el tiempo una calidad del estrato córneo perfecto. Lo que hacemos es generar una hiperemia interna que atraiga todo el líquido posible a la zona del rostro que lo necesite. El barrido continuo de los dedos en la superficie tratada es suficiente para conseguir renovar las células muertas superficiales.

Por mucho que limpiemos la piel o la exfoliemos nunca podremos llegar a ese estrato córneo si no es con este proceso. Activamos la piel a través de una energización provocada por la vibración que recibe cada una de las células que las llena de esa agua tan necesaria.

Los folículos pilosebáceos se extienden por toda la superficie de la piel y hasta el corazón de la dermis, donde son vascularizados. La conexión con la red venosa se realiza también al nivel de la raíz del folículo.

Con el tratamiento activamos esa red venosa haciendo llegar todos los nutrientes procedentes de la sangre al estrato córneo de una manera mucho más rápida, como una inyección de vitaminas y agua a la vez, y de una manera totalmente natural.

Conseguimos así una piel jugosa llena de nutrientes en una sola sesión. Si lo repetimos con asiduidad, nuestra piel dejará de sentirse hambrienta y nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

La transmisión de información en los tejidos de la piel

Después de años de experiencia tratando continuamente la piel del rostro de tantas personas, sabemos que existe un vínculo muy estrecho entre la piel y el sistema nervioso. Algunos dermatólogos describen la piel como una extensión del cerebro y creemos que es del todo cierto. Somos una unidad y la piel es nuestro órgano más extenso, interconectado por supuesto con todos y cada uno de los demás órganos.

Los investigadores estudian en el campo de la dermatología como ciertas enfermedades de la piel evolucionan bajo la influencia del estrés. Las personas que sufren de eczema y psoriasis saben que sus emociones están a menudo directamente relacionadas con el estado de su piel. Los nervios están involucrados en todos los estratos dérmicos.

Todas las terminaciones nerviosas que recorren nuestra piel intervienen en el sentido del tacto: por ejemplo cuando realizamos una caricia en el masaje, generamos una producción ingente de hormonas que inundan el cuerpo y la piel de la persona, además de una sensación de placer intensa.

La piel es un órgano nervioso que nuestro tratamiento ayuda a equilibrar, haciéndola respirar, hidratándola, alimentándola, llenándola de vitaminas y hormonas durante una hora.

Al igual que el planeta está compuesto por tierra, océanos y atmósfera, el cuerpo y por ende el rostro está organizado en sangre y fluidos. Los fluidos gobiernan el ambiente interno y el océano interior del cuerpo.

Estamos creando un ecosistema equilibrado y vigoroso. Quien puede perderse algo así…

 

Natacha de Cortabitarte

Facialista y directora de Kogo

kogo.es

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4,7 minutos de lecturaActualizado: 25/05/2019Publicado: 08/05/2019Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , , ,