Una familia es tóxica cuando la mayor parte de sus integrantes se mantienen en patrones de abuso, discriminación, conflicto, distanciamiento emocional, violencia verbal y manipulación.
En definitiva, es tóxica cuando reina el conflicto y la separación y no el bien común de todos los miembros.
El Integrante No Tóxico
Pero es curioso que en algunas familias tóxicas se suele dar que uno de los miembros no cumple con este perfil de alta toxicidad.
Es fácil distinguirle:
- Se siente como un bicho raro dentro de su sistema familiar
- Su función es de chivo expiatorio: en él van a parar todas las culpas y emociones negativas reprimidas del núcleo familiar
- Se rebela a menudo ante sus circunstancias familiares
- Buscará fervientemente liberarse del yugo familiar
El integrante no tóxico siente que vive una situación tremendamente injusta que no llega a comprender del todo. Se percibe aislado, poco comprendido y no se ve como parte de su familia. Eso le hace sentir en su interior un profundo desarraigo y una importante falta de apoyo.
Si este es tu caso, pasarás por varias etapas antes de romper los nocivos lazos que te unen a tu familia de origen en pos de encontrar tus raíces en ti mismo.
De niño reinará el victimismo y la resignación con pensamientos como “es donde me ha tocado estar y poco se puede hacer”. Cuando te vas haciendo más mayor pasas a reiterados accesos de rebeldía y cólera mezclados con dosis de tristeza y desesperación. Esto no hace más que empeorar las cosas y echar más leña al fuego.
El primer paso para salir de una familia tóxica es aceptar que por algún motivo, que ahora desconoces, tu familia, por muy nociva que sea, es la mejor para ti y tu desarrollo pues ella es el caldo de cultivo para transformarte en lo que realmente eres.
Una Salida es Posible
Realmente es difícil salir de una familia tóxica. Porque a lo largo de los años y sin quererlo te van atrapando muchos de sus patrones y actitudes. El alto grado de toxicidad generado por ella puede hacer que la persona que intenta salir de ese nocivo vínculo se encuentre realmente exhausta, con falta de apoyo y absolutamente desesperanzada.
El mensaje que deseo trasmitir aquí es que ¡SÍ se puede salir de una familia tóxica para siempre!
Y cuando digo salir no solo me refiero a emanciparse, adoptar otros padres, irse a vivir al otro lado del mundo o restringir todo tipo de comunicación con ellos, no se trata de eso.
El objetivo no es evitar físicamente a la familia, sino transcenderla y para eso hay que aprender a poner distancia emocional. Hay que aprender a estar pero sin estar, relacionarte con tu familia pero sin que esta “te toque”. Y esto lógicamente no pasa de la noche a la mañana sino que es necesario un proceso consciente de querer sentirte libre de apegos y cargas que llevas a tus espaldas y ¡que no te corresponden!!
La familia de origen no te define en tu totalidad, sino que es el soporte o trampolín desde el que te impulsas. En este sentido existen diferentes tipos de padres pero si tenemos en cuenta esta perspectiva más ampliada todos los padres son buenos. Ahora bien que sean tu plataforma de soporte e impulso inicial no significa que tengas que llevar a cuestas todas sus cargas y formas de ver la vida. Precisamente el verdadero impulso llega cuando te liberas de todas estas formas caducas.
Trascender a la Familia de Origen
Todos estos defectos o patrones heredados están ahí para que puedas mirarlos, comprenderlos y transcenderlos, no cabrearte contra ellos. Cuanto más te revelas, más sufres y más te mantienes sin saberlo en el ambiente de toxicidad familiar. Rebelarse es muy normal y comprensible pero a la larga no es la mejor alternativa.
Para desengancharte e iniciar un proceso de “desintoxicación” primero necesitas (si todavía no la tienes) una emancipación física. Respirar otro ambiente ayuda a tener más perspectiva y relajación. Pero no olvides que todo lo heredado se mudará contigo. El verdadero desapego no es físico sino psicológico y emocional y este llega un poquito más tarde.
Claro que este proceso no es fácil. Antes tendrás que cuestionarte qué aspectos de la relación con tus padres te superan, atormentan o no te dejan vivir en calma. Esto te dará la pista inicial y principal de las temáticas que continúan bloqueando tu vida en el presente.
Si realmente deseas reconciliar dentro de ti a tu familia “externa” para crear una “familia interna” bien sólida y cimentada tienes que tener muy claros una serie de pasos que definen un trabajo de transformación interna donde en todo momento tiene que estar presente la comprensión y el perdón derivado de ella.
Estos cinco pasos son:
- Abandonar el deseo de cambiar a tus padres
- Detectar patrones familiares
- Transcender los patrones heredados
- Sanar las heridas
- Activar a tus padres amorosos
Detectar estos patrones no es tarea sencilla porque has estado durante mucho tiempo y aun estás fuertemente apegado a ellos. Es muy probable o al menos recomendable que necesites la ayuda de un profesional para conocerlos con profundidad.
Si tienes una madre negativa es probable que te veas de forma negativa. Si tienes un padre castigador que te limita es muy probable que te sientas insuficiente en todo.
Trasformar estos aspectos es lo que te permitirá integrar dentro de ti a todo tu sistema familiar pero en su vertiente más positiva.
Activando a tus padres amorosos
Desapegarte para encontrar la ansiada individualidad pasa por integrar y activar dentro de ti los arquetipos de padre y madre internos. Es decir, pasa por convertirte en tus padres amorosos desde el adulto que ahora eres.
Un arquetipo es el patrón que representa las cualidades ideales. En este caso se trata de cultivar las cualidades del padre y la madre ideales en ti. Y esto significa empezar a tratarte de la misma forma en que lo harían unos padres amorosos.
Si la mamá representa el amor, el cariño, la ternura y la protección tendrás que empezar a cultivar esas cualidades en ti. Deberás refugiarte y apoyarte cuando así lo necesites en tu madre amorosa interna.
El papá representa el orden, la disciplina, el impulso. También tendrás que cultivar estas cualidades del padre amoroso para dirigirte con paso firme en la vida y no sentirte abusado.
Iniciar este proceso de INDIVIDUACIÓN es iniciar un proceso de SANACIÓN con mayúsculas. Merece la pena porque nuestra salud, paz y tranquilidad están por encima de cualquier lazo por muy estrecho que sea.
Virginia de la Iglesia
Psicóloga. Especialista en dependencia emocional y
relaciones familiares.