La Amistad: Un Poema de Amor y Conexión Humana por Jorge Luis Borges

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2,5 minutos de lecturaActualizado: 07/09/2024Publicado: 12/08/2024Categorías: Estilo de VidaEtiquetas:

Por Feliciana García

La amistad es el amor en su estado más puro, limpio de necesidades, convencionalismos y pactos. Es ese lazo que une a las personas de manera sincera, y que florece sin condiciones ni expectativas.

Estrofa a estrofa, línea a línea, palabra a palabra, Jorge Luis Borges nos lleva a explorar las profundidades de su alma en uno de los poemas más hermosos sobre la amistad, que perfectamente podría entenderse también como una celebración del amor.

Esta es la primera inspiración del año 2013 que quiero compartir con ustedes, lectores de este sencillo blog, que aspira a ser una parada en este camino de incesante bombardeo de información, tanto externa como interna. En un mundo donde las relaciones se pueden ver afectadas por el ritmo acelerado de la vida moderna, recordar la esencia de la amistad se vuelve cada vez más crucial.

Desde este poema, toda relación se transforma en algo más amable y positivo. Es un recordatorio de los momentos en los que nos preguntamos: ¿qué tengo que hacer con esta persona? La respuesta está ahí: no hay que hacer nada complicado; lo que se necesita es escuchar, estar presente y ofrecer apoyo.

Poema a la Amistad

No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuesta para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.

No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro,
pero estaré junto a ti cuando me necesites.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.

Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos
no son míos,
pero disfruto sinceramente
cuando te veo feliz.

No juzgo las decisiones que tomes en la vida,
me limito a apoyarte y ayudarte, si me lo pides.
No puedo trazarte límites
dentro de los cuales debes actuar,
pero sí te ofrezco el espacio
necesario para crecer.

No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena
te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos
para armarlo de nuevo.

No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo amarte como eres
y ser tu amigo.

En estos días oré por ti…

Me puse a recordar a mis amistades más preciosas.
Soy una persona feliz: tengo más amigos
de lo que imaginaba
y ellos me lo demuestran constantemente.

Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea
y la alegría que sentimos al vernos.
La amistad, en su forma más pura, genera paz y alegría.

Pensé en mis amigos y amigas; entre ellos, apareciste tú.
No eras el número uno ni el número final,
pero te destacabas por alguna cualidad que
ennoblece mi vida.

No pretendo ser el primero en tu lista,
basta que me quieras como amigo.

Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
oré… y le agradecí a Dios por ti.

Gracias por ser mi amigo.

Jorge Luis Borges

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