El Poder Silencioso de la Música: Descubre cómo la Musicoterapia Transforma Vidas

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4,6 minutos de lecturaActualizado: 08/11/2024Publicado: 08/11/2024Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , ,

La musicoterapia, ¿es efectiva?, ¿quién se puede beneficiar de ella?, ¿en qué consiste?, ¿qué música utilizan tus pacientes?

Cuando comparto que soy musicoterapeuta o que imparto formación a quienes aún no lo comprenden completamente, surgen estas inquietantes preguntas. A menudo, aunque la gente entiende el concepto racionalmente, no es hasta que experimentan la musicoterapia que realmente creen en su poder transformador. Este es el verdadero milagro del lenguaje no verbal: puede hacernos sentir y entender lo que a veces las palabras no logran comunicar.

Voy a hablarte de A., una niña de 11 años a quien traté en mis sesiones de musicoterapia, a quien llamaré así para mantener su privacidad.

A. enfrentaba graves problemas de relación con sus compañeros. Aunque sus calificaciones eran excelentes y no tenía dificultades de comunicación en casa, no podía interactuar verbalmente ni a través de gestos con otras personas. Se encontraba completamente paralizada, incapaz de emitir un sonido, lo que incrementaba su ansiedad y causaba rechazo entre sus compañeros. era un proceso angustiante interactuar verbalmente, careciendo de habilidades sociales. Pero, ¿cómo podría comunicarse si no podía hablar? La respuesta reside en la capacidad del lenguaje no verbal para articular sensaciones y emociones profundas sin necesidad de palabras. Gracias a la musicoterapia, A. pudo comenzar un camino de comunicación a través de su voz, la cual hasta entonces le era desconocida, utilizando instrumentos, melodías y juegos. En mis sesiones, supe adaptarme a su mundo, empleando pocos u ocasionalmente ninguno de los recursos verbales, mientras ella empezaba a expresar lo que no podía comunicar de otras maneras. Esto no solo le ayudó a abrirse emocionalmente, sino que también fortaleció su autoestima y la llevó a conectar con los demás de una forma genuina.

Es fascinante recordar que la música ha sido un medio terapéutico a lo largo de la historia, desde los chamanes hasta Platón, cada uno identificando la influencia de la música en nuestro estado emocional. Pitágoras exploró cómo las vibraciones de diferentes notas afectaban la conciencia, y Sócrates planteó el uso de la música para preparar a soldados. Estos hallazgos no fueron en vano; en el Renacimiento, Marcilio Ficino utilizó la música para tratar trastornos somáticos y psiquiátricos, señalando que sus efectos no solo alteran la salud física, sino que también afectan el estado psicológico.

Con el tiempo, nuestra comprensión de la conexión entre cuerpo y mente ha evolucionado significativamente; la ciencia moderna resalta cómo la música impacta nuestra salud física y emocional en un espectro holístico, bio-psico-social.

La música, junto con elementos preverbales como ritmo, frecuencia y armonía, ejerce un papel crucial en nuestro cerebro, emociones y procesos fisiológicos.

La musicoterapia, como disciplina científica, ha crecido en las últimas cinco décadas, integrando conocimientos de diversas áreas como la Medicina, Psicología y Música. La Federación Mundial de Musicoterapia (WFMT) definió en 1996 la musicoterapia como el uso de los elementos musicales por un profesional cualificado, diseñado para fomentar la comunicación, relaciones y otros objetivos terapéuticos, posibilitando cambios en lo físico, emocional, social y cognitivo.

Hoy en día, los ámbitos de intervención en musicoterapia son numerosos y variados. Desde la percepción musical, inherente a cada ser humano, hasta la ejecución musical, que permanece incluso en personas con enfermedades graves, la musicoterapia se presenta como un recurso invaluable. Casos como el de pacientes con Alzheimer que logran recordar melodías de su juventud o niños autistas que encuentran en la producción musical una forma de conectar son ejemplos claros de su efectividad.

No es magia que personas con Parkinson puedan realizar movimientos sencillos al ritmo de una canción o que individuos enfermos de cáncer experimenten un fortalecimiento de su sistema inmunológico tras sesiones musicales. Las emociones reprimidas pueden salir a la luz a través de tocar un instrumento, cantar o simplemente unirse a otros en un ambiente musical.

El potencial terapéutico de la música abarca un amplio rango de experiencias humanas; mejora la comunicación, vinculación afectiva y gestión emocional, mientras que influye en desafíos psicofisiológicos como la ansiedad, depresión y la salud inmunológica. Propicia además el desarrollo cognitivo, incluyendo memoria, atención y habilidades lingüísticas, junto a aspectos físicos como la coordinación psicomotriz.

Dentro de los enfoques de la musicoterapia que se centran en el lenguaje no verbal, resalta el modelo Benenzon, el cual abordamos en nuestro centro. Este modelo contempla no solo el aspecto musical, sino también aspectos comunicativos no verbales como el movimiento y el silencio, que forman parte de nuestra identidad musical no verbal. Muchos alumnos descubren, a menudo sorprendidos, las profundas emociones que pueden liberarse en un proceso terapéutico, accediendo a regiones del inconsciente que desbordan el entendimiento lógico. Sin embargo, no es cuestión de magia; la ciencia respalda que, antes de aprender a hablar, nos comunicamos a través de patrones sonoros y rítmicos. Así, a través de estas herramientas, también encontramos la capacidad de sanarnos y conocernos mejor.

Eva Muñoz del Mazo

Musicoterapeuta, Psicóloga, Psicomotricista

Formadora y Supervisora en Modelo Benenzon de Musicoterapia

Co-fundadora de ISOMUS, Centro de Psicología y Musicoterapia Clínica y Formación

www.isomus.com

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