Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han anhelado **ascender a niveles más elevados de consciencia**, conquistando dimensiones del ser que muchas veces permanecen ocultas. La consciencia, la lámpara que ilumina la oscuridad de la mecanicidad, se erige como el antídoto que nos permite ver más allá del barniz de las cosas y nos conecta con lo real.
**Atrapados en la rutina**, amamos y odiamos de manera automática, condicionados por nuestros patrones mentales mecánicos. Este estado de consciencia, a menudo pobre y estático, nos encadena y frena nuestra capacidad de ser **más vivaces, lúcidos, intensos y compasivos**. En un mundo donde nuestra atención se dispersa, la lámpara de nuestra mente opera de forma intermitente y frágil.
Nos encontramos actualmente en el *sótano del edificio de la consciencia*, donde la visión se estrecha a medida que nos limitamos a lo superficial. Sin embargo, es posible **ascender al piso más alto**, amplificando nuestra visión y permitiendo que emergen significados más profundos y transformativos. A medida que nuestro **yo robótico se debilita**, la energía del **yo real** comienza a revelarse.
El **entrenamiento metódico de la atención** juega un papel crucial en este proceso. Al esforzarnos por ser más conscientes y frenar nuestras reacciones automáticas, **cultivamos momentos de meditación y silencio interior**. La vigilancia reflexiva al pensar y hablar, junto con la indagación interna y el cultivo de la sensación pura de existir, son pasos esenciales para acelerar nuestra evolución consciente. Pese a que frecuentemente enfrentamos resistencia interna y externa, es vital redoblar esfuerzos y utilizar todas las herramientas disponibles para propulsar esta evolución.
Un referente en este camino de revelación es **Buda**, apodado ‘El Despierto’, quien alcanzó una visión penetrante que disipa la ignorancia básica. Su legado nos invita a buscar esa luz dentro de nosotros mismos, proponiendo un viaje hacia la claridad y la ***autenticidad interior***.
Ramiro Calle
Director del Centro de Yoga Shadak y escritor