Cuando inauguramos Salmah hicimos una serie de escenificaciones de los servicios que ofrecemos. Entre ellos había un taller de asesoría de imagen en el que tratábamos el tema de la caída del cabello. Recuerdo que una de las invitadas manifestó de forma contundente que no era importante porque el pelo es secundario. Reconozco que me hizo dudar incluso sabiendo que hay estudios en los que más de un 20% de las mujeres señalan que renunciarían a un tratamiento de quimioterapia si implicara perder el pelo.
Años después, el día a día con mis clientes sigue demostrándome que no nos equivocamos, aunque es cierto que cada persona es un mundo y que cada tratamiento también lo es.
Como cada vez hay más noticias entorno al cáncer y cada vez conocemos a más personas que lo tienen, o lo han pasado, creo que es importante aclarar algunas cosas con respecto a cómo prepararte para la quimioterapia y qué puedes esperar que te pase (o no):
Relativiza todo lo que te cuenten tanto las personas que ya han pasado por un proceso en teoría similar, como lo que leas en internet o en los medios. Conviene insistir en que cáncer es un término genérico que engloba a más de cien enfermedades distintas con sus propios diagnósticos, tratamientos y pronósticos. Además, aun asumiendo que se tratara del mismo diagnóstico y tratamiento, cada persona tenemos una forma de asimilarlo y, por tanto, en cada uno de nosotros prevalecerán unos síntomas u otros. Ni tiene que pasarte a ti, ni tiene que pasarte igual.
Otra cosa es que hay algunos síntomas que aparecen con más frecuencia y sobre los que puedes actuar para minimizar su intensidad: nauseas, estreñimiento o diarrea, alteraciones en la piel y las mucosas, ansiedad, estrés, insomnio o fatiga, entre otras. Por eso es recomendable realizar una buena revisión de la boca antes de comenzar el tratamiento para evitar posibles infecciones, o plantearte visitar un psicooncólogo para asegurar una buena gestión del impacto emocional del diagnóstico, el tratamiento y de todos los cambios vitales y emocionales que implica la irrupción del cáncer en tu vida.
Igualmente nosotros sugerimos acudir a un nutricionista que te indique las pautas de alimentación adecuadas para ti en este momento, en vez de realizar los cambios por tu cuenta, e incluso comenzar a realizar yoga especializado de forma periódica para mantener tu cuerpo y tu mente flexibles y presentes. Tanto la psicología, como la nutrición y el yoga son herramientas muy eficaces para minimizar la intensidad de los síntomas asociados a la quimioterapia y son complementos esenciales para la oncología médica.
Una vez realizada la primera sesión de quimioterapia sigue las instrucciones que te hayan dado tanto tu oncólogo, como los enfermeros de la sala y hazte caso sin suponer o presuponer lo que te va a pasar. Ve observando y actuando sobre los síntomas que se vayan presentando. Todos tus síntomas son importantes, incluidos aquellos a los que tú misma puedes acusar de “frivolidades”, como la caída del cabello. No será vital, pero puede ser un tremendo estresor afectando a tu estado de ánimo y aumentando el impacto de otros síntomas como el dolor o la fatiga.
Si te han dicho que con tu tratamiento perderás el pelo, es mejor afrontarlo en una sola vez que sufrir poco a poco con su caída. Elige una buena peluquería donde sepan lo que hacen y cómo tratar contigo. También puedes consultar con una asesora de imagen, hacerte una peluca o comprarla y arreglarla a tu gusto, o utilizar gorros y turbantes. Todas las opciones son válidas, incluida la de no usar nada. Lo importante es que sea tu decisión.
Desde luego que sin pelo te vas a ver diferente, pero en casi todos los casos, volverá a salir. Como todo en la vida es cuestión de tiempo y de actitud. No podrás evitar que se caiga, pero sí puedes decidir con qué actitud vivirás hasta que vuelva a salir… y después.
Olga Albaladejo Juárez
Socia fundadora en Salmah, Centro oncológico integrativo y participativo