Aprender a comer es una asignatura pendiente en las sociedades modernas. Cada vez es más alarmante el problema de **obesidad** entre niños y adolescentes, así como el creciente aumento de **enfermedades intestinales inflamatorias** (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, síndrome de colon irritable…), el desarrollo de **diabetes tipo 1** o problemas en la piel como las **dermatitis atópicas** exacerbadas.
La OMS también nos informa de la importancia que tiene la **alimentación** como prevención contra el cáncer. De hecho, asegura que el **80%** de los cánceres y enfermedades metabólicas se pueden prevenir con una alimentación adecuada que implica una correcta asimilación de los nutrientes.
La publicidad engañosa que vende como saludables productos que no lo son, en cuyos etiquetados encontramos nombres impronunciables, así como listas interminables de conservantes y colorantes en forma de “E”, el fácil acceso al **fast food**, la comida precocinada y, sobre todo, un tentador universo “dulce” de productos que producen adicciones silenciosas, no ayuda en nada en el tema de la prevención.
El Doble Sentido de Alimentarnos: De lo que Comemos a lo que Absorbemos
Donde termina la **alimentación** empieza la **nutrición**. Mientras que la alimentación es un acto consciente, la nutrición es un acto involuntario e inconsciente que no podemos modificar. Una vez que introducimos comida en nuestra boca, ésta va a provocar unos determinados procesos metabólicos a favor o en contra de nuestra fuerza vital.
Alimentos Medicamentos: Un Viaje Nutritivo para Toda la Familia
¡De compras al **súper ecológico**! Las tiendas-herbolarios de alimentación ecológica son un paraíso nutritivo, espacios que apuestan por un estilo de vida saludable donde vamos a encontrar alimentos ecológicos cargados de propiedades medicinales. Los cimientos de nuestra salud son los hábitos saludables que desarrollemos en nuestra vida, y dentro de esos hábitos no debe faltar nunca una **despensa** bien abastecida de verduras, hortalizas y frutas ecológicas, cereales integrales, leches vegetales… ¡no olvides incluir en tu cesta!
- Aceites vegetales de primera presión en frío: Desde el aceite de oliva virgen hasta variedades como el de girasol o lino, todos aportan ácidos grasos esenciales que combaten el colesterol malo.
- Aceites esenciales: Concentrados de plantas con efectos que varían desde relajantes a antiinflamatorios, como el árbol del té y la lavanda.
- Ajo y cebolla: Antibióticos naturales que refuerzan el sistema inmunológico. Prueba el ajo negro, fermentado y más suave al paladar.
- Algas marinas: Ricas en minerales y fibra especial que elimina metales pesados, imprescindibles para una dieta balanceada.
- Aloe vera: Conocida por sus propiedades antiinflamatorias y regeneradoras, es ideal para combatir la acidez.
- Ciruelas umeboshi: Aumentan las defensas y favorecen la digestión, indispensables para la salud intestinal.
- Cúrcuma: Potente antioxidante y anticancerígeno, ideal en la cocina diaria.
- Daikon: Disuelve mucosidades y ayuda en la digestión como un depurativo natural.
- Jengibre: Revitaliza el organismo, ideal para trastornos digestivos y resfriados.
- Kuzú: Refuerza mucosas y es efectivo para problemas digestivos.
- Propóleo: Antiséptico y analgésico natural, fundamental para el sistema inmunológico.
- Sal marina: Fuente de minerales esenciales, muy superior a la sal de mesa refinada.
- Semillas: Tan nutritivas, fuentes de ácidos grasos esenciales, deben estar en tu dieta diaria.
- Setas shitake: Potente regulador del sistema inmunológico y beneficioso para el colesterol.
Visita tu tienda ecológica, pregunta a los profesionales que trabajan en ella y descubre cómo cada uno de tus bocados puede ser fuente de prevención y salud. La **variedad en la cocina** aporta una dieta enriquecida, llena de vitaminas, minerales, hidratos de carbono, proteínas y lípidos de gran calidad.
Celia Valenciano
Responsable de Comunicación de EL VERGEL
www.el-vergel.com