La importancia del aprendizaje continuo
En el segundo volumen de mi trilogía “El Faquir”, el protagonista occidental, que puede reflejar nuestra propia búsqueda, recuerda la profunda enseñanza de su maestro: “De lo único que un aprendiz tiene que preocuparse es de aprender”. Estas palabras son un aldabonazo para remover nuestra consciencia, sacándola del letargo y estimulando nuestros potenciales.
¿Qué significa realmente aprender?
¡Aprender! No dejamos de hacerlo: somos seres en constante evolución. Desde la niñez, adquirimos habilidades para hablar, caminar y leer, entre tantas otras. Sin embargo, el aprendizaje para quienes buscan elevar su consciencia tiene un matiz especial; requiere de un proceso de desaprender. Esto implica soltar viejas creencias, hábitos dañinos y patrones psicológicos que limitan nuestras posibilidades. Desaprender es liberar espacio para que surja nuestra esencia real.
Los hábitos que necesitamos desaprender
Debemos vigilarnos continuamente, pues los pensamientos insanos, emociones desbordadas y viejos patrones pueden asaltarnos. Un claro ejemplo surge cuando un discípulo le pregunta a su maestro sobre las pérdidas que conlleva meditar. El sabio responde: “¡Claro, mucho! Tienes que perder la necedad, el miedo, el rencor, la envidia… Mucho que perder”.
El ego: un obstáculo que debemos reconocer
La noción del ego es multifacética. Hay un ego que se hace víctima y uno que aparenta humildad. El ego dominante y el dependiente, el que exhibe conocimientos, cada faceta juega un papel en nuestro comportamiento diario. Si perdemos el ego, ganamos el Ser. Sin embargo, vivir en la era del ego puede hacernos olvidar el objetivo real del aprendizaje, que es la conciencia.
El trabajo de descubrir el ego enmascarado
Desenmascarar el ego es un trabajo arduo. Este aspecto se disfraza y se optimiza para permanecer oculto, burlándose de nosotros. Me sorprende la resistencia del ego cada vez que creo haberlo superado. Un ego enmascarado se siente seguro y proporciona una satisfacción efímera, pero el verdadero avance espiritual no se logra hasta que descubrimos y confrontamos este fantasma.
Un nuevo comienzo después de desaprender
Una vez que el ego “se suicida”, queda un ego que es como una cuerda quemada; ya no puede asfixiarnos. El proceso de desaprender nos lleva a aprender de nuevo, pero con una perspectiva más pura. Como dice Suresh en El Faquir: “DE LO UNICO QUE UN APRENDIZ TIENE QUE PREOCUPARSE ES DE APRENDER”.
Conclusión: La grandeza del aprendizaje constante
Siempre estamos aprendiendo, ya sea en soledad o acompañados por otros en la senda del espíritu. Esta es la esencia de nuestro viaje; una invitación a compartir tus experiencias o inquietudes en los comentarios.
Ramiro Calle
Director del Centro Sadhak