Macrobiótica para el Verano

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6,4 minutos de lecturaActualizado: 29/08/2019Publicado: 07/07/2015Categorías: Salud NaturalEtiquetas: , , , , , , , ,

En el proceso de la vida el fuego (hiper-yang) es la máxima expresión de energía de la Naturaleza cuando el campo está amarillo, los arroyos son de arena y el calor seca el paisaje haciendo que se abran grietas en la tierra. Sólo sobreviven las plantas que se han adaptado a la sequedad y, a su alrededor, los insectos y especies que se nutren de ellos. Este equilibrio tan extremo configura un medio de escasez, donde el más leve error se puede pagar caro; así de extrema se vuelve la Naturaleza en estas épocas.

Entendiendo la salud como un equilibrio armónico del Ser y su entorno natural, esta fase del año es muy desequilibrante para cualquier ser viviente dentro de las cuatro estaciones. Es desequilibrante por llevar al límite los depósitos de reservas de líquidos en nuestro organismo. Quizás, por no pertenecer a esa clase que aguanta bien la sequía y el calor, nuestra salud se queda resentida, como la planta que sufre de sequedad y se vuelve amarilla en algunas de sus hojas. A partir de este momento, ya no volverán a recuperar el equilibrio anterior; tendrá que vivir con esa deficiencia. Igual nos puede suceder a nosotros cuando pasamos los límites fijados para mantener el equilibrio; podemos ser penalizados por no prevenir nuestra salud con anterioridad.

En general, para la prevención en verano se recomiendan alimentos que tonifican los líquidos orgánicos y refrescan como: manzana, mora, lechuga, pepino, etc. o alimentos que no incidan en nuestra temperatura corporal como: lentejas, azukis, mijo, pescado blanco, etc. que pertenecen a los alimentos neutros y, tomar en pequeñas cantidades, los alimentos de naturaleza fría, para que nos refresque como son melón, sandia, pulpo, germen de trigo, yogur, kéfir, etc.

También tiene gran importancia el tipo de cocina que empleemos. Por lógica intuitiva lo normal es acertar, pero es bueno saber que no hay que usar comidas con mucha sal, al horno, brasas, plancha, hervidos de larga duración, ni muchos fritos.

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Es recomendable hacer una cocina ligera: salteados cortos, hervidos rápidos, escaldado de verduras, usar más el vapor, germinados, pickles (encurtidos), gazpachos y ensaladas.

Lo más importante es no tomar alimentos que aporten más calor, fuego y sequedad, como pueden ser ciertas carnes y algunos tipos de alimentos de naturaleza caliente como: el cordero, trucha, pimienta negra, canela, etc., ni cocinar guisos de larga duración ni fritadas. Tampoco hay que usar un exceso de picantes, porque, aunque refrescan al sudar, su fuerte calor desgasta nuestras reservas de agua del riñón, Yin (energía que hidrata el riñón).

Esta información sobre la naturaleza de los alimentos es fundamental -hoy tenemos la suerte de poder encontrarla en Internet- porque, en caso de desequilibrio, necesitamos saber hacia qué lado tenemos que ir y cuáles son los alimentos que nos ayudarán y los que nos agravarán el desequilibrio, entendiendo por desequilibrio el ir hacia una de las dos polaridades que gobiernan nuestra vida. El exceso de Yin: frío, debilidad, cansancio, pasividad, acidez sanguínea y muchos más síntomas, y si vamos hacia el extremo Yang: calor, agobio, dolor agudo, hiperactividad, rigidez, cristalización, insomnio y más síntomas.

Es necesario, saber que lo más difícil es conocer cuál es nuestro estado, por lo que no es aconsejable, autocurarse sin comprobar con exactitud que nos está sucediendo, porque hay sensaciones, que parecen de exceso de calor y en realidad son de una insuficiencia de energía Yin.

Cuando existe equilibrio de los dos polos Yin y yang, no tendremos síntomas y nos sentimos bien, tranquilos, centrados, con más energía que hace que contribuya a un mejor desarrollo personal.

Por desgracia, en nuestra cultura, estos conocimientos no tienen ninguna relevancia a nivel popular, pero a nivel científico sí se tienen en cuenta a la hora de preparar medicamentos que se basarán en esos principios para acallar los síntomas de las enfermedades, llenos de efectos secundarios.

Esto está muy lejos de lo que sería una medicina preventiva, pues habría que informar ya en los colegios, desde la niñez, sobre la incidencia que tienen en el cuerpo los alimentos. Porque si no se conoce cómo se comporta la polaridad de los alimentos en nuestro cuerpo, no podremos ser libres para cuidar nuestra salud. Según el padre de la macrobiótica, George Oshawa, ésa es la llave del Reino de los Cielos que decía Jesucristo cuando hablaba de que la salvación residía en la alimentación; no era otra cosa que conocer como usar la polaridad de los alimentos. Este conocimiento de las polaridades yin y yang de los alimentos se remonta a civilizaciones antiquísimas que utilizaban esta forma de alimentarse para prevenir su salud y fue recogido por la cultura china hace ya más de 5 ó 6 mil años a.C. –aunque ha llegado a nuestros días a través del Japón con la macrobiótica-

Pregunta: “¿Dónde se encuentra tu lugar de origen?”
Respuesta: “Esta mañana he comido una sopa de arroz pero ahora no tengo hambre.”

(Haiku de Huang-Lung)

Lugar de origen por el clima, como dice el Haiku (es un verso, utilizado por los practicantes de Zen para despertar la conciencia). Parece que quien responde esté despistado, en otra idea, pero en realidad está más presente, pues cuenta en breves palabras su relación del lugar con la polaridad y cómo se siente; no tiene más palabras que ocupe su mente, solo las necesarias.

MENÚS PARA EL VERANO

Atención: Sólo para personas con buena salud, esto es importante, porque con ciertas enfermedades ya crónicas no se pueden tomar alimentos excesivamente fríos, o crudos, dependiendo de algunos factores: constitución, clima, etc. –como dice el Haiku-

DESAYUNOS

  1. – Leche de arroz o vaso de kéfir de cabra (dependiendo estado de salud, lugar y clima)
    – Pan Esenio con manzana hervida, untada.
    – Dos dátiles.
    – Dos nueces.
    – Té verde o bancha.
  2. – Crema de cereales dulce con frutos secos.
    – Compota de pera con zumo de manzana, y tortitas de maíz crujiente con café de Malta o Yanhoun
  3. – Sopa de miso blanco con alga wakame, zanahoria, rábanos, arroz integral y azukis.
    – Pan integral con tahin y té kukicha.

ALMUERZOS

  1. – Ensalada prensada o gazpacho.
    – Arroz integral con verduras salteadas y gomasio.
    – Librito de tofu con miso y alga nori.
    – Pastel de algarroba.
  2. – Sopa clara de ñame.
    – Tabule de amaranto, verduras y frutos secos con semillas.
    – Brócoli al vapor con salsa de tofu.
    – Manzana hervida en gotas de agua con nueces tostadas
  3. – Sopa de caldo de mejillones.
    – Paella de marisco y verduras.
    – Espinacas rehogadas o al vapor.
    – Tarta gelatinosa de agar-agar con copos de avena y fresas.

CENAS

  1. Ensalada de arroz integral.
    – Con judías negras (2 o 3 cucharadas).
    – Pickles de zanahoria, apio y pepino en shoyu.
    – Té bancha.
  2. – Ensalada de maíz en granos hervido con verduras al vapor.
    – Sushi de arroz con gambas.
    – Té de cebada.
  3. – Polenta.
    – Sopa de apio.
    – Repollo hervido con salsa.
    – Sésamo- Umeboshi.
    – Té bancha.

Miguel Priego
Consultor de Macrobiótica en La Biotika. MCT.
Diagnóstico por los 5 elementos
www.labiotika.es

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