La liberación del miedo y del deseo

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El miedo y el deseo son la vía directa hacia el sufrimiento, es decir la falta de armonía entre las partes del Ser.

La sabiduría, en su aspecto de desarrollo espiritual, es la que permite a la persona llevar una vida impregnada de armonía y equilibrio y para ello el individuo debe aprender a soltar; liberarse del miedo limitante que le han inculcado desde su infancia. Y gestionar, por otro lado, el deseo, esa necesidad de posesión que no tiene mejor finalidad que alimentar el ego.

Franz Antón Mesmer, aquel hombre de ciencia vilipendiado por la comunidad científica de la época regida por la ignorancia, los celos y la envidia, proponía que “El hombre se encuentra en estado de salud, cuando todas las partes de que se compone, poseen la facultad de ejercer las funciones a que están destinadas. Si en todas sus funciones reina un orden perfecto, ese estado se llama estado de la armonía.” (Aforismos 146 y 147) 1.

El ser humano ha sido, es y será, cuerpo, mente y espíritu. Y debe reinar un orden perfecto, un estado de armonía, entre todas sus partes y no se puede dividir una de la otra sin alterar, perjudicar, esa armonía, equilibrio.

El miedo y el deseo producen desequilibrio entre nuestras partes

El miedo y el deseo producen desequilibrio entre nuestras partes; alteran nuestra mente, conciencia y conducta, lo cual producirá malestar físico y también impedirá el desarrollo espiritual, lo que realmente somos y a lo que tan poca importancia le concedemos desde la sociedad y la ciencia.

Para la ciencia, el espíritu, el alma, radica en la red neuronal del cerebro según manifiesta el neurocientífico Joaquim Fuster 2 lo cual no coincide con lo que nos propone el filósofo Rob Riemen al sugerir que “La ciencia y la tecnología nunca serán capaces de brindar una visión completa del ser humano, con sus instintos y deseos, virtudes y valores, mente y espíritu.3

A través de la práctica del Reiki, de la Meditación y de la Ética, llegamos a comprender que el miedo y el deseo nos hacen daño.

El miedo, la emoción más perturbadora y limitante, nos impide ver, pensar y actuar con rectitud, nos encadena con grilletes que son nuestros actos perjudiciales y frustra nuestro anhelo innato de aspirar a una vida mejor. Hay que traspasar la barrera del miedo identificando aquellos factores que lo producen; se puede hacer, aunque, ciertamente, es difícil y se puede necesitar ayuda.

El deseo es la otra faceta de la mente que origina mucho sufrimiento. El maestro budista zen Thich Nhat Hanh nos propone que “cada cual puede mirar y tratar de reconocer su deseo más profundo, ver si es saludable o no, y si nos procura sufrimiento o felicidad, porque es el alimento que nutre nuestra vida”. 4

El deseo, la volición, está detrás de mucho sufrimiento; lo podemos comprobar si miramos en profundidad las consecuencias de las crisis económicas, consecuencia de una crisis espiritual (emergencia, a decir de Stanislav Grof). Muchas personas anhelan poseer y disfrutar de bienes que creen, equivocadamente, que les aportará felicidad y bienestar cuando en realidad se aproximan al abismo del vacío, el desasosiego. Hay que contener nuestro impulso consumista y orientar el deseo hacia el estudio y la reflexión, la meditación y la vida laboriosa y estoica.

(1) Los fundamentos del magnetismo animal. Franz Antón Mesmer – Ediciones INDIGO. (2) Redes para la ciencia. Programa 110. El alma está en la red del cerebro. . (3) Para combatir esta era.Rob Riemen – Ediciones Taurus. (4) Buenos ciudadanos.Thich Nhat Hanh – Ediciones ONIRO

 

Miguel Alameda

Centro de Masaje Manual

cmasaje.es

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