Nada de pensamiento, nada de reflexión, nada de análisis,
nada de cultivarse, nada de intención:
deja que se resuelva solo.
Budismo tibetano, tradición del Sendero Breve.
El misterio de la existencia es de una belleza inimaginable. Todas sus manifestaciones están ordenadas de forma que nunca deja de sorprendernos. La vida se nos presenta en todas las posibilidades, de forma que cada uno puede vivir en el mundo que piensa.
Cuando los científicos estudian las leyes del Universo para tratar de descubrir su origen, a medida que recopilan datos y más datos, parece que se alejaran más de entender su verdadera esencia.
Lo concibe quien no lo concibe;
quien lo concibe, no lo conoce.
No lo entienden quienes lo entienden;
lo entienden quienes no lo entienden.
Kena-Upanishad
Las verdaderas respuestas están en la simpleza. Este patrón está dentro de las leyes del Universo. La división y el análisis nos alejan de la verdad y de entender su esencia. En lo simple se encuentran las dos virtudes que rigen el Universo: el equilibrio y la armonía.
Para conseguir una vida equilibrada y armoniosa que nos dé felicidad, solo tenemos que instaurar la sencillez y simplicidad en nuestras vidas. Así de fácil nos lo pone la Gran Mente Universal, esta Mente maravillosa que constituye la existencia del Universo. Una vez más la frase de “más es menos y menos es más” tiene un esclarecedor sentido.
Una mente soberbia, llena de datos, saturada de imágenes, condicionada por intereses, discriminadora, controladora, y confundida en su visión global, no puede desvelar ni entender el Gran Misterio de la vida.
Para poder desvelar el Gran Misterio es importante escrutar el mundo con humildad, trasladando la filosofía de la sencillez y simplicidad a nuestras vidas cotidianas, llenando las áreas más importantes, como pueden ser la alimentación, el trabajo, nuestro ocio, relaciones…
Las dos constantes del equilibrio y la armonía, constituyen la premisa principal universal en la que se apoya cualquier nacimiento o formación, y con las que se establecen todos los sistemas, ya sean sencillos o complejos. Somos pequeños universos y nos regimos por esta misma ley. Nuestros desequilibrios crean síntomas que concluyen en enfermedades o caos en las diferentes áreas de nuestras vidas.
Penetra en la verdad última de la mente,
y no tendrás cosas y no-cosas.
Iluminados y no-iluminados… son lo mismo.
No hay mente ni cosa.
Dhritaka, sexto patriarca Zen
El desequilibrio en la alimentación es una de las principales razones de nuestra infelicidad, y si la acompañamos con otras áreas desequilibradas, ya entramos en un grado sin retorno, que puede culminar en enfermedades graves, que nos avisan de que debemos encontrar de nuevo el equilibrio. Así busca la armonía el Universo.
Las religiones más importantes dedican una parte a cómo hay que alimentarse según sus creencias, porque saben la gran influencia que ejerce la alimentación en nuestras vidas. Con errores o con aciertos, han aconsejado cuál es la mejor manera de alimentarse para conseguir el equilibrio.
Hoy día tenemos la fortuna de tener una información más accesible. Antiguamente era solo privilegio de unos pocos que estaban siempre buscando nuevas formas de vivir. Sin embargo, en la actualidad la alimentación sin discriminación es altamente peligrosa; las atractivas ofertas del mercado publicitario nos confunden y doblegan nuestra voluntad. Por eso, es más necesario que nunca informarse sobre cómo alimentarse de manera saludable, porque el desequilibrio alimentario nos provocará enfermedades que harán que nuestra vida sea un infierno.
Cada época tiene sus virtudes y su parte oscura. Esta que nos ha tocado vivir es muy compleja. En 50 años hemos pasado de un mundo de escasez a un mundo de superabundancia, pero como contrapartida antes había más tiempo y espacio. El vacío y la sencillez acompañaba más nuestras vidas y el estrés y las prisas, no eran un problema. La vida era más natural, no teníamos tanta necesidad de elegir para no equivocarnos. Lo nuevo trae nuevas trampas y nuevas formas de ver la vida. Hoy más que nunca podemos ver, que lo verdaderamente valioso es la felicidad que se halla en el equilibrio y la armonía que nos da la simplicidad de lo natural.
Hoy en día, proliferan las enfermedades degenerativas, desde la artrosis o fibromialgia, pasando a otras mucho más graves como la esclerosis múltiple, el cáncer, y todas aquellas que acompañan el final de nuestros días, por estar sobresaturado nuestro organismo de tóxicos y efectos negativos, como el Parkinson, el Alzhéimer, etc.
Así es la vida:
siete veces abajo,
¡ocho veces arriba!.
Poema popular japonés
No es tan difícil cambiar esta tendencia. La solución está en adquirir ciertos hábitos que nos lleven al principio de la simplicidad para conseguir en nuestra vida el equilibrio y armonía. Huir de lo divisorio y aceptar lo global. Esto, dicho en términos más específicos, sería algo así como atender al término “salud”, para tener una vida lo más natural posible en su conjunto, y no estar tan pendiente de qué mineral, vitamina, oligoelemento, etc., tenemos que tomar para restituir aquellos valores que nos dicen que están mal, sin conocer las causas por las que nuestro organismo se resiente.
Si uno intenta preguntar: “¿Cómo es eso así?”,
de inmediato aparece una división: esto y aquello
Fa-yen de Wu-tsu Shan
Lo natural es fácil de ver; según uno se adentra en esta forma de vida, lo artificial y dañino se vislumbra fácilmente y se puede ir apartando. Todo es empezar a querer cambiar estos hábitos y pasar de una vida complicada, saturada, llena de estrés, ansiedad y depresión, por otra que ofrezca paz, tranquilidad, armonía y equilibrio.
Miguel Priego
Consultor de Macrobiótica en La Biotika.
MCT. Diagnóstico por los 5 elementos
http://www.labiotika.es