Llegan las sombras cuando el viento mece su voz en las ramas del sauce. Cae sobre la montaña, sobre el bosque y el lago, el manto oscuro de la noche sin luna. De la gruta misteriosa, asoma la figura de la hechicera, silenciosa y sigilosa; hoy realizará su magia invisible y lo hará en el mismo instante en que llegue la hora del tiempo eterno.
La hechicera espera paciente , con los sentidos abiertos huele en la brisa del bosque los aromas de la vida en libertad y escucha los ecos antiguos de las canciones ancestrales de ese lugar mientras que el gran sauce realiza una danza de sombras hipnóticas con el vaivén de sus ramas colgantes. Miles de ojos entre la hierba, los arboles, las rocas y el agua , observan alertas y expectantes esperando que se acerque el momento de la magia…
Levanta entonces la hechicera sus brazos al cielo estrellado y con el sutil movimiento de sus manos descorre el velo que separa los mundos como si de un tejido invisible se tratara, y destejiendo sus hilos abre la grieta que separa el cielo y la tierra. Siente de pronto los tambores resonantes del corazón de la tierra latiendo en sus pies descalzos, siente el fuego secreto de las profundidades subiendo por los arroyos de su sangre y serpenteando en su espalda y es entonces cuando puede percibir que desde el abismo del cielo la magia de la luna invisible entra en su cuerpo, empapándola en la certeza de que “ahora es el tiempo”, el instante eterno en que el poder se manifiesta , el breve segundo de la verdad , pues es ahora cuando la luna abre su fértil vientre de oscuridad para recoger en su interior la semilla de una intención.
Este instante fuera del tiempo, tan fugaz como el abrir y cerrar de un parpadeo, ha de preñarse de una intención certera y clara sin atisbo de la más mínima duda y que esté alentado por la misma voz del alma que en la hechicera canta. En el movimiento de sus dedos teje la realización de su deseo, en la noche embrujada la tejedora de hechizos pronuncia las palabras de un encantamiento que solo los espíritus que sirven a la luna escucharán y con todo su cuerpo danza en la certeza de que ya no hay marcha atrás pues así ha sido creado y así está hecho . La hechicera sabe que sus labios no mienten, sabe que su voluntad es libre y que el misterio sirve ante todo a la libertad. La voluntad verdadera de la luna invisible es la misma que su voluntad.
El gozo inunda su alma , que ha podido mostrar su canto y ser escuchada. Cosiendo de nuevo los tejidos de la tierra profunda y del abismo del cielo , aquella que tiene el poder para seducir la realidad , la encantadora de mundos se dirige a su gruta mientras que unos ojos invisibles bajo la hierba, los arboles , las rocas y las aguas del lago , ahora la observan partir encendidas sus miradas con el brillo de la magia.
En este lugar fuera de las miradas de la mente ignorante, aquí es conocida la Magia de la Hechicera, invisible a los ojos que miran con limitaciones y juicios la vida salvaje . Cada vez que en las noches de luna invisible , ella sale de su gruta , la voluntad del misterio y la voluntad de la hechicera se hacen una.
Y cuando ella parte a su gruta susurran las hojas del sauce con voces de brujas antiguas , y el viento viaja a los confines del mundo susurrando en el corazón de todos los seres : toma lo que es tuyo, sigue la voluntad verdadera , elige, y todo vendrá a ti.
Todo viene a ti , todo viene a ti , todo viene a ti
Guadalupe Cuevas
Escritora y terapeuta de Feminidad Consciente
guadalupecuevas.com