Estamos en una época de cambio constante donde los antiguos paradigmas ya no nos sirven. La estética tiene que tomar un rumbo nuevo y diferente porque la actual es antinatural e invasiva. Es la hora de la estética natural!
Kogo es un cambio de paradigma en la estética cosmética.
En Occidente la filosofía de la ciencia se basa en la premisa de que los seres humanos están separados de la naturaleza y que el mundo al igual que una máquina puede ser desarmado y reducido a sus partes integrantes.
Por lo tanto, ahora en la estética vivimos tiempos muy convulsos porque con este esquema, pensamos que el cuerpo queda reducido a partes estructurales, desde los órganos a los tejidos, de los tejidos a las células, etc.
Es fácil encontrar un tejido o rostro envejecido, que se identifique como un problema que pudiera tratarse aisladamente (pómulos sin vida, piel destensada, …). Los tratamientos faciales en occidente suelen aislar la problemática del rostro como un mecánico que quiere reparar a cualquier precio un problema (inocular sustancias tóxicas, usar técnicas intrusivas). Nunca trata a la persona como un todo.
Nada más lejos de la filosofía oriental, donde la premisa principales que la vida ocurre dentro del ciclo de la naturaleza. La cultura oriental observa que las personas son ecosistemas muy delicados y los Facialistas son los jardineros que debemos cultivar sin dañar. Lo que hiere a una persona, daña al jardín entero.
El ser humano es un microcosmo y todo está interconectado, nuestro estilo de vida, nuestras emociones… todo se refleja en nuestra piel y en nuestro rostro.
Muchas personas en estos momentos están buscando alternativas para los amenazantes dilemas del cuidado del cuerpo y la salud.
Tenemos que apoyar el cambio de conciencia. Son muchísimas las personas que vienen a mi consulta porque se sienten estafadas y maltratadas por una estética que no tiene nada de natural.
Lejos quedan los centros de estética que utilizaron nuestras abuelas, donde la persona o la clienta era lo más importante del negocio. Ahora nos convertimos en un número al que van a inocular sustancias tóxicas; ya no existe ningún cuidado ni interés en la persona.
¿Qué conseguimos?
Pues las más afortunadas inyecciones en el rostro, que a veces son dolorosas, dependiendo de quién lo haga. El resto presentará inflamaciones, infecciones, rechazos y alergias a los productos inoculados.
Reflexionemos un momento.
Si utilizamos estas técnicas no vamos a ver resueltas nuestras expectativas. En ningún momento van a trabajar los tejidos del rostro con cariño y no van a conseguir movilizarlos para crear el efecto de lifting natural tan prometido.
Una vez más las expectativas de la belleza para las mujeres, no se cumplen. Las marcas invierten grandes sumas de dinero para generarnuevos productos cosméticos o aparatología que en ningún momentosurten efecto.
Hay que ser consciente de las decisiones que se toman en estética. A veces cerramos los ojos porque no queremos ver. Pensar que los centros que utilizan las técnicas invasivas prometiendo devolver la juventud del rostro en una sola sesión, es completamente imposible.
Rostro solo tenemos uno y todos hemos visto atrocidades en las caras de familiares, amigos o personajes públicos. Notamos que la persona tiene un rictus hierático sin ningún tipo de expresión.
¿Qué puede hacer Kogo como alternativa a la estética invasiva?
Desde el momento en que una clienta entra por la puerta, va sintiendo que entra en un ambiente completamente diferente. Para empezar una preocupación constante sobre todos los aspectos que van a influir sobre su belleza.
Las marcas invierten grandes sumas de dinero para generar nuevos productos cosméticos o aparatología que en ningún momento surten efecto van a influir sobre su belleza.
Se hace una valoración externa basada en la medicina y las técnicas japonesas de diagnóstico, y más tarde, después de empezar a trabajar en los tejidos existirá un segundo diagnóstico. En este segundo nivel se llega a conclusiones diferentes sobre el estilo de vida de la persona y deficiencias internas o excesos inflamatorios en los tejidos.
Estética Natural: trabajo continuado y sutil
Empieza desde el primer momento un trabajo continuado y sutil que va a corregir desde el primer tejido del rostro y cuello hasta el último.
La primera sesión es maravillosa, con movimientos lentos y sutiles para empezar a drenar los líquidos que se instalan en el rostro, que están llenos de toxinas que tenemos que retirar. Estos líquidos van deteriorando el rostro y dejando la piel sin energía volviéndola mate y cetrina.
Una vez que hayamos liberado los tejidos de los líquidos es el momento de utilizar movimientos más rápidos y precisos con los que iremos consiguiendo tensar la musculatura del rostro.
Lo más difícil que existe es la recolocación del ovalo facial. En estos momentos no existen conocimientos en las rutinas occidental es que puedan recolocar los párpados caídos, un doble mentón, flacidez en los pómulos, etc.
Kogo encuentra su expresión en los imperativos orientales de preservar la vida y vivir siempre de acuerdo con la naturaleza.
