El Chamanismo y los Chakras: El Universo en tu Interior

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Nuestra alma es un Campo Luminoso de Energía que reside en el corazón del Universo, fuera del tiempo y el espacio; Se extiende a través del vacío y se conecta a nuestros chakras y cuerpo físico a través de un cordón luminoso. Los chakras giran en el sentido de las agujas del reloj, en la misma dirección en la que giran los brazos de la galaxia de nuestro Sistema Solar.

El alma emana filamentos luminosos que nos conectan con ríos y bosques, al Universo y al lugar donde hemos nacido y donde vivimos en este momento. Estos filamentos de energía tienen la capacidad innata de mantenernos unidos a nuestra historia personal y nuestro destino, ya que forman parte de nuestro campo energético natural, cuyo desarrollo nos da la habilidad de sanar el pasado e influir en el futuro.

Cuando los chakras se encuentran en equilibrio en el ser, el espíritu tiene la capacidad de manifestar una estructura energética de luz que reconecta el cuerpo físico al alma.

Todas aquellas personas que reciben formación chamánica sobre los chakras adquieren una estructura energética más fortalecida y, por lo tanto, una comprensión más profunda de las leyes que rigen el Universo y el fluir de la fuerza vital. La formación chamánica sobre los chakras permite la resolución, disolución y desaparición de aquellos bloqueos, emociones y problemas arraigados en los chakras o centros energéticos del ser.

SANANDO LOS CHAKRAS, SANAMOS LA VIDA

El camino de la sanación de los chakras comienza con la integración de las partes del alma. La curación chamánica de los chakras libera de cargas emocionales y proporciona el cuidado necesario para su sanación. Además, también ayuda en la materialización de cambios hacia un estilo de vida más positivo, ayudando a la curación del cuerpo gracias al descenso de los niveles de ansiedad y el aumento de la capacidad de relajación del cuerpo.

Nuestro campo de energía luminoso contiene un archivo de todas nuestras memorias personales y ancestrales, de los traumas de la infancia e incluso de dolorosas heridas pertenecientes a vidas pasadas.

Cuando nuestro campo de energía luminoso no contiene ninguna impresión de enfermedad pasada, la recuperación de los cuerpos físico y energético en nuestra vida presente ocurre con rapidez. Sin embargo, la existencia o permanencia de huellas traumáticas pueden deprimir el sistema inmunológico, teniendo que pasar un largo periodo de tiempo para que nuestro cuerpo sea capaz de recobrar la salud tras un proceso de enfermedad. Cuando la impresión negativa que causó la aparición de la enfermedad es transmutada, el sistema inmunológico puede erradicar la enfermedad de forma rápida y natural.

La tarea del practicante de chamanismo es esencialmente la de utilizar su propio cuerpo y mente como un Puente entre la dimension del mundo físico y el reino transpersonal del espíritu.

Cada chakra tiene una frecuencia única que vibra con un color. Los traumas o la pérdida de un ser querido dejan una huella en nuestros chakras, no permitiéndoles vibrar en su frecuencia pura y acelerando el envejecimiento del cuerpo. Cuando un chamán completa su formación, sus chakras son liberados y alineados, recuperando la estructura del momento de nacimiento. De esta forma, vibran y giran con su pureza original de nuevo.

LOS CHAKRAS EN LA FORMACIÓN DE UN CHAMÁN

El chamán es el mediador que trabaja entre los dos mundos. Él o Ella es capaz de «viajar» al mundo de los sueños en representación de la persona que sufre para manifestar la sanación en su vida»

Cada centro energético vibra con una frecuencia natural, radiando los siete colores del arcoiris. Una vez desarrollados los chakras, el chamán está preparado para hacer su viaje interior más allá de la muerte y del mundo de los espíritus. De esta manera, el chamán es capaz de asistir a otras personas en su curación, y hacer el tránsito a través de la muerte de forma consciente, ya que la puerta del alma está abierta.

Como los órganos del cuerpo, cada chakra realiza una funcion única. El primer y Segundo chakras absorben la energía emocional. Cuando el primer chakra está desconectado de la tierra, el resto de centros energéticos no tienen la capacidad de liberarse de las cargas emocionales, estando cerrado el canal para el fluir de la energía. Esta carga energética almacenada en el cuerpo reduce la vibración de los chakras y debilita la fuerza vital.

El plexo solar, el corazón y el chakra de la garganta son alimentados por la energía del amor, la compasión y la empatía. A través del sexto chakra, o tercer ojo, se desarrolla la verdad perfecta y la ausencia de dualidad, a través de este chakra se puede expresar la dimensión divina del ser, y ver la divinidad en los demás. Se refuerza la dimensión eterna del alma conectada a nuestro cuerpo temporal. A través de este chakra, los chamanes pueden materializar la lluvia o los elementos. Un tercer ojo abierto nos permite ver nuestra verdadera naturaleza, nos da el conocimiento de nuestro pasado y futuro y permite percibir los destinos alternativos de las personas según sus decisiones.

El séptimo chakra en la coronilla es el portal del ser humano al universo, de la misma forma que el primer chakra es la puerta a la Tierra. Mientras que la tierra nos proteje y alimenta con su fuerza de vida, el Universo nos impulse hacia nuestro futuro destino y desarrollo espiritual.

El trabajo con el séptimo chakra nos da la maestría sobre el tiempo, de forma que nuestro karma es transformado y nuestras vidas son liberadas de los patrones del pasado, experimentando la liberación del ciclo kármico de la causa y el efecto.

Aquellas personas que desarrollan su séptimo chakra lo suficiente, pueden comprender los elementos de la naturaleza y las fuerzas del universo, recordando memorias de vidas pasadas pertenecientes a la conciencia de la Tierra y la humanidad.

Wiracocha, el dios de las antiguas civilizaciones preincaicas del norte del Perú, cuyo nombre se corresponde con «la fuente de lo sagrado», es el estado en el que el chamán, una vez trabajados todos sus chakras, refuerza su campo energético de protección natural o aura. El trabajo con este campo energético no desaparece en el momento de la muerte, sino que permanence como una huella en el alma y es replicado en vidas futuras.

Gerardo Pizarro
Chamán Peruano de la Cultura Lambayeque
www.gerardopizarro.com

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5,8 minutos de lecturaActualizado: 26/04/2018Publicado: 16/07/2014Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , , ,

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