Bendiciones de la Reflexología Thai de las Manos

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Una placentera, cuidadosa y efectiva manera de estimular el favorable flujo energético del cuerpo y despertar nuestro estado natural de vigor y gracia

Los pies han sido los grandes protagonistas de la reflexología. Aún cuando se echa de menos un mayor saber y apertura hacia este tratamiento, nadie deja de fantasear con un buen masaje en los pies que le haga descansar al final de una jornada intensa. Es gracias a marcos terapéuticos como la medicina tradicional china y el ayurveda indio que hemos sabido que los extremos del cuerpo son terminales importantes de nervios y conexiones sutiles que alcanzan al organismo en cada una de sus partes y sistemas de funcionamiento. Así, no sólo pies, sino manos, cara, lengua, orejas, espina dorsal y cuero cabelludo son territorios útiles para restablecer la correcta absorción y flujo de la energía que nos mantiene vivos y nos otorga salud.

Las manos, uno de esos extremos desde donde podemos tocar con intención favorecedora la integridad de una persona, ofrecen una especial manera de trabajar nuestro bienestar cuerpo-mente. Ellas, que están entre las más laboriosas sirvientes de nuestra constitución, son en sí mismas un mundo por descubrir, investigar y disfrutar. No sólo dan y reciben, sino que permiten ser usadas como instrumentos en los que minuciosamente nos rescatamos.

Las prácticas tradicionales tailandesas de mejoramiento de la mente y el cuerpo (impregnadas de las antiguas sabidurías china e india sobre la felicidad a la que el ser humano puede no sólo aspirar sino realizar) incluyen una praxis terapéutica en las manos como alternativa sólida y respetada. Al igual que en los pies, en las manos está representada la persona en sus partes físicas y espirituales. Y desde ellas se induce su equilibrio.

Una sesión de reflexología tai de las manos incluye, además de una plegaria previa por la salud de quien la recibirá, una revisión de las condiciones de la mano (color, temperatura, consistencia, firmeza, tipo de piel, estado de las uñas, flexibilidad, rasgos de la palma y el dorso, dimensiones) y la aplicación de maniobras con cremas naturales o aceites orgánicos. Esta secuencia de movimientos buscan la relajación de todo su contorno y forma. Se trabaja desde los dedos hasta el codo y se detiene en cada punto de la anatomía manual.

Esta reflexología incluye no sólo acciones relajantes y descontracturantes de las pequeñas y múltiples tensiones que haya en las manos, sino también estiramientos varios. Se usa también, como en la reflexología tailandesa del pie, un stick de madera para incidir en los puntos específicos conectados con órganos, glándulas, áreas y sistemas del cuerpo. Así que equilibra la acción del masaje relajante con la liberación directa de nudos musculares y la presión en los puntos reflexológicos. La sesión puede durar hasta una hora, media hora por mano, y es particularmente placentera y efectiva.

Buenas Hermanas

La reflexología de las manos comparte igual teoría y beneficios que la reflexología podal. Cuando se estimulan los puntos reflejos, la energía natural del cuerpo (unos la llaman energía eléctrica, otros sostienen que es una manifestación más sutil pero poderosa conocida como prana, chi, ki o lom, según el contexto cultural) se activa a lo largo del canal energético que llega al órgano, glándula o sistema correspondiente. Este impulso de chi remueve los obstáculos que encuentre a su paso y estimula el buen funcionamiento de la zona orgánica interesada. Esta manipulación además elimina el estrés físico y mental asociado a esa obstrucción. Así desencadenará un cambio fisiológico positivo.

La más conocida en occidente ha sido la reflexología de los pies del doctor William Fitzgerald (Connecticut, Estados Unidos, 1872). Fitzgerald ejerció no sólo en América sino también en Europa: Viena y Londres. En Londres entró en contacto con la cultura hinduista, el ayurveda y otros conocimientos orientales que impactaron en su concepción médica. En 1917, sus teorías unidas al trabajo de otro especialista, el doctor E. F. Bowers, fueron recopiladas en el libro Zone Therapy. En él divide al cuerpo en diez zonas y las hace corresponder con igual número de secciones en los pies.

La propuesta de Fitzgerald produjo rechazo en su gremio. No obstante, fue bien acogida por otro galeno, Joseph Riley, quien junto a su ayudante, Eunice Ingham, le dedicó investigaciones exhaustivas con las que logró precisar puntos de reflexología. La labor de Eunice Ingham, posteriormente, contribuyó a la difusión de la reflexología en Occidente. Se consagró a la reflexología y publicó dos libros: Historias que los pies podrían contar (1938) e Historias que los pies han contado (1951). Ingham falleció a los 95 años en 1974 y uno de sus legados fue el trazar el primer mapa reflexológico occidental con las correspondencias entre los órganos y las distintas zonas en la planta de los pies. A partir de este minucioso croquis se han elaborado otros mapas con cambios y reinterpretaciones, a veces creando inmensa confusión.

Mano y Pie

Hoy en día muchos autores enfrentan verdaderas contiendas, más o menos argumentadas pero nunca definitivas, sobre el origen de la reflexología, atribuido a las culturas, china, india o egipcia. En cuanto a registro, se considera como la representación más antigua asociada a esta práctica un pictograma hallado en la tumba de Ankmahor, sacerdote y médico egipcio, en Saqqarah (2330 antes de Cristo). Lo interesante de esta imagen es que aparecen en una misma escena, en condiciones equitativas, tratamientos de reflexología tanto podal como de la mano. La traducción de los jeroglíficos que la acompañan es muy divertida y reza: «Dice el paciente: ‘No me hagas sufrir’. Contesta el terapeuta: ‘Agradecerás lo que te hago».

En el contexto tailandés, la reflexología de la mano es herencia del cruce de culturas que se vivió en ese territorio. Tailandia ha sido un interesante recipiente de la sabiduría ayurvédica e hinduista, así como de los paradigmas chinos de la medicina. Estos cuadros culturales se mezclaron con la noción de disfrute y jovialidad propios del país, así como con su acervo chamánico, animista y fitoterapéutico.

PAZ al primer toque

El contacto inicial entre el masajista y el receptor es importantísimo. El masajista debe coger las manos del paciente con respeto y reverencia interiores, mas no con solemnidad distante. La idea es que en el tratamiento disfruten ambos. El estado ideal es aquel en el que uno y otro logren estar profundamente relajados. Es una oportunidad para ejercitar la concentración o la meditación.

Es importante no emplear esta ni ninguna otra variante de reflexología para diagnosticar enfermedades en sustitución de una revisión especializada. Tampoco debe ser entendida como un tratamiento de acupuntura. Los acupuntores hablan de meridianos, dominan sus recorridos y dedican extensos estudios para el diagnóstico y el tratamiento. Su metodología es otra aunque compartan saberes con la reflexología.

Beneficios y ventajas

Si bien el masaje de las manos equivale al de los pies, puede entrañar una relativa dificultad al localizar las zonas deseadas. Por eso precisa de un entrenamiento adecuado para conocer bien los puntos estratégicos, así como los movimientos que hay que realizar con una habilidad y atención que se adquieren con una práctica bien orientada.

Las ventajas de trabajar en las manos de una persona estriban principalmente en que no hace falta tocar los pies. Culturalmente hay ciertas aprehensiones con respecto a ellos. La reflexología de la mano nos permite superar dicho obstáculo. Por otra parte, también nos supone una ventaja cuando los pies están infectados por hongos, tienen verrugas que cubren grandes áreas, han sido afectados recientemente por un esguince o distensión muscular, presentan fractura de hueso, están enyesados o amputados, o cuando la persona sufre de cosquillas crónicas o dolores fuertes.

Las ventajas de las manos, además de ser más accesibles que los pies, es que en ellas la reflexología resulta más suave y menos dolorosa. Suele gustar a las personas mayores. Su efecto relajante favorece el sistema nervioso. Ayuda a aliviar dolores en la mano y el brazo asociados con enfermedades como la esclerosis múltiple, tenosinovitis, hombro congelado, codo de tenista, latigazo cervical, síndrome del túnel carpiano, lesiones por esfuerzo repetitivo y artritis reumatoide. Promueve la eliminación de toxinas acumuladas. Desinflama y evita la retención de líquidos. Mitiga complicaciones gástricas. Hace al receptor frecuente menos susceptible a agentes externos como virus, bacterias y hongos. Apoya la recuperación de problemas respiratorios. Además de esto, supone una herramienta de automasaje muy útil y práctica.

Quizá una de las razones más potentes para acudir a ella es que procura una experiencia sorprendentemente placentera, que induce el descanso, el buen sueño y alimenta lo mejor del ánimo personal.

Edgar Alfonzo-Sierra

Profesor de la Escuela Española de Masaje Tradicional Tailandés

www.mthai.es

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7,8 minutos de lecturaActualizado: 20/08/2017Publicado: 28/02/2014Categorías: Salud NaturalEtiquetas: , , , , ,

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