Chi Kung: Elemento Tierra II – Amor y confianza

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«La energía de la Tierra es el pegamento que nos ayuda a formar vínculos y la confianza el disolvente que los separa y nos permite renovarlos»

En el artículo anterior vimos algunas de las funciones importantes que desarrolla el elemento Tierra en nuestras vidas:

-Es la energía que se ocupa del mantenimiento de la vida del individuo mientras permanecemos en la Tierra (abastecimiento y nutrición).
-Como órganos le corresponden el Estómago y el Bazo-Páncreas que forman el primer laboratorio de alquimia dónde empezamos a elaborar la energía que adquirimos de los alimentos.
-Nos aporta consciencia sobre la parte material de lo que somos.
-Sensación de centramiento y de estar enraizados, reconocer el lugar que ocupamos en el mundo.
-Nuestras primeras relaciones afectivas con el mundo a través de la madre, la familia y la tribu.
-Desarrollo de los primeros sentimientos de confianza y seguridad en el mundo y con los demás.
-Digestión y asimilación de los alimentos, así como de los procesos mentales, lo que nos permite una reflexión lógica y claridad mental.

LA TIERRA COMO VISIÓN ESPACIAL:
Pensemos en que originalmente el ser Humano vivía en un entorno natural en el que era básicamente nómada, cazador y recolector y sólo mucho tiempo después se hizo sedentario cuando aprendió a cultivar la tierra y a domesticar a los animales salvajes para uso propio. Por lo tanto la noción del espacio con los puntos cardinales y la visión del hombre en el centro de ese espacio, probablemente fue uno de los primeros pensamientos abstractos que desarrollaron los antiguos humanos en referencia con su entorno y consigo mismos.

LA CONFIANZA Y EL AMOR:
La energía del elemento Tierra, es una energía maternal que a todos nos nutre de una forma desinteresada, diríamos que es la primera forma de amor que podemos reconocer en nuestras vidas.
De la misma forma los primeros vínculos que se establecen entre madre e hijo desde el periodo de formación en el útero y las primeras fases de la lactancia a través del «amor incondicional» de la madre, determinará la calidad y la cantidad de los futuros vínculos que harán posible nuestra unión con la madre Tierra y con los demás seres humanos.
La fuerza de la gravedad como fuerza de atracción hacia el centro es el primer vínculo de unión que sentimos y será el comienzo de nuestra necesidad de unirnos a otros en lo sucesivo.
La confianza y el reconocimiento de nuestro propio valor son la consecuencia de sentirnos acogidos, amados, protegidos y nutridos por nuestra madre y por la madre Tierra, lo que nos hace sentir que tenemos valor por nosotros mismos y merecedores de los dones que la Tierra y la vida nos otorgan, de esa manera nos vemos animados a reconocernos como seres humanos y a identificarnos con el resto de la humanidad a través de la compasión.

LA TIERRA Y LOS PRIMEROS VÍNCULOS:
Gracias a la energía de la Tierra comenzamos a desarrollar nuestros primeros vínculos, primero con la madre y luego con la familia y la sociedad y la seguridad de crecer en un ambiente protector nos permite expandir nuestros vínculos más allá, hacia los otros seres.
Así podríamos decir que esta formación de vínculos tiene dos aspectos:
YIN- formación de los primeros vínculos humanos y los sentimientos de seguridad que encontramos en ellos.
YANG- expansión de estos vínculos fuera de la familia, desde la infancia y la adolescencia, gracias a la confianza que nos permite adentrarnos en un mundo repleto de oportunidades para aprender y conocer.
De manera que las energías de la Tierra propician la unión entre los diferentes seres, y la confianza la separación y la renovación necesarias para enriquecernos a través de la experiencia.

EL ÚTERO Y LA FORMACIÓN DEL EGO:
Las energías del elemento Tierra son las encargadas de la ingestión, digestión y asimilación de los alimentos y también de nuestros procesos mentales. El metabolismo de los pensamientos supone dar forma y ordenar toda la información necesaria para satisfacer nuestras necesidades de supervivencia y para la mejora de lo que llamamos «EGO».
Estas capacidades se desarrollan inicialmente durante la etapa de formación en la vida intrauterina, donde comenzamos a madurar todos nuestros sistemas de nutrición y supervivencia, desde las aportaciones del útero materno que actúa como la propia energía de la Tierra.
Por eso cuando este tiempo de maduración se ve alterado o dañado, las facultades Tierra necesarias para desarrollar un ego equilibrado también se verán alteradas. Para aquellas personas cuyo desarrollo intrauterino sea incompleto, como el caso de los niños prematuros, la necesidad de una «placenta y un cordón umbilical simbólicos», será una necesidad predominante en su vida, que podrá aparecer como una forma de organización social externa en la que su ego se encuentre acogido, como pertenecer a un club social, a un partido político, una secta, etc.
La placenta desempeña un papel sumamente importante en la formación de la psiquis del nuevo ser, diferenciando claramente a los padres del hijo. Una placenta dañada en la que suceda un intercambio anormal entre la madre y el hijo, puede dar lugar a numerosos problemas incluyendo daños cerebrales en el feto. Cuando existen este tipo de daños en el recién nacido o si la salud de la madre está perjudicada, esto afectará al desarrollo normal de los vínculos y de la separación.

ELEMENTO TIERRA Y EL SISTEMA NERVIOSO:
Las energías del elemento Agua-Riñones son las encargadas de la formación del SER a través de las energías Heredadas y de la energía Esencial y también se encargan de la formación del sistema nervioso central antes y después del nacimiento. Este sistema nervioso central es el que más tarda en alcanzar la madurez y depende en gran medida para su desarrollo de los aportes nutritivos que le suministra el sistema digestivo, por lo que una deficiente asimilación de los alimentos o una escasa alimentación provocará daños o retrasos en la maduración del sistema nervioso cognoscitivo, como se aprecia en los casos de desnutrición infantil, con falta de atención, pérdida de memoria y disminución del rendimiento intelectual.
Estos dos sistemas Tierra y Agua trabajan juntos, uno en la formación del sistema nervioso y el otro en su buen mantenimiento.

LA TIERRA ABASTECE Y DULCIFICA LAS DEMÁS ENERGÍAS:
La energía de la Tierra es la encargada de proporcionar alimento y nutrición a todos los demás sistemas orgánicos, es el metabolismo en general, y cuando este suministro se realiza de manera insuficiente todos los demás sistemas se hallarán desprotegidos. Pero también se encarga de conciliar las otras energías que pueden manifestarse más pujantes o inquietas en otros sistemas, suavizando las relaciones entre ellas.
Así gracias a su naturaleza «compasiva», la Tierra ejerce una acción suavizante sobre la cólera que agrede al Hígado y también nos ayuda a enfrentarnos con el miedo que vacía los Riñones, con confianza y seguridad y a tratar con las energías apasionadas del elemento Fuego-Corazón desde la reflexión y la lógica y con la añoranza y la melancolía que agotan nuestros Pulmones, desde el amor y el buen humor que son propios del elemento Tierra.
«La energía de la Tierra es una energía que nos permite sentir el mundo con holgura y comodidad, creando un lugar apacible en nosotros, dónde poder experimentar el goce de vivir».

Janú Ruiz

Instructor de Chi Kung

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6,7 minutos de lecturaActualizado: 20/08/2017Publicado: 29/11/2013Categorías: Estilo de Vida

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