3 estrategias para sobrevivir a la operación bikini

Seamos honestos con nosotros mismos. ¿Te importa cómo te ves? ¿Preferirías verte más delgado y en forma? ¿Te gustaría bajar de peso y sentirte más ligero? ¿Sientes que es demasiado sacrificado seguir una dieta de adelgazamiento? ¿Qué las rutinas de entrenamiento son agotadoras? ¿Qué después de mucho esfuerzo no logras nada? ¿Crees que el físico importa o lo importante solo está en el interior?

Algunas personas se refugian de su frustración, en la idea de que no importa tanto el físico, que todo eso es muy superficial. Esto, podría ser una forma de negación, de tratar de enmascarar el dolor que hay de fondo y el problema de la impotencia al no sentirse capaces de su estado físico deseado. Por supuesto esta negación es útil para reprimir, evitar y huir de su propia realidad y de las emociones. Así duele menos. Sin embargo, el problema sigue estando ahí. Por más que se niegue no desaparece ni se resuelve. La cuestión es, ¿Cómo quieres vivir tu? Lo importante es que puedas elegir conscientemente la vida que deseas, sin autoengaño.

Voy a facilitarte algunos ejercicios muy sencillos y prácticos para que puedas aumentar tus recursos. Pero, recuerda que nada sucede sin acción. Y que, como todo en la vida, necesitas práctica y tiempo para que el cambio se haga efectivo y ver los resultados. Que con total seguridad se van a dar si eres constante.

Pasamos a la acción

  • Ahora, respirando profundo y con los ojos abiertos o cerrados, como más cómodo te resulte, imagina por un instante que pudieras tener el cuerpo que deseas. Considerando tu complexión natural.
  • Haz “como si…”. Permítete soñar por un instante, sin críticas, juicios, ni límites, como hacías de niño. Imagina que ya estás ahí. Crea una imagen vívida, con todo detalle.
  • Ahora métete dentro viviéndola en primera persona, viendo, escuchando, sintiendo. Respira profundo y date permiso para sentirlo todo intensamente. Siente que ya es real.
  • ¿Cómo te sentirías si ya tienes el cuerpo que deseas?

Quizá te haya resultado fácil imaginarlo o, por el contrario, tal vez te cueste y sientas escepticismo y te bloqueas. Es normal. La cuestión es, ¿Qué te está impidiendo lograr tu objetivo?

Lo que interpone entre tú y tu estado físico

Según la PNL, las 3 interferencias más comunes, que se pueden estar interponiendo entre tú y el estado físico que deseas pueden ser:

  1. Ansiedad y estrés.
  2. Comer compulsivamente. Necesidad de obtener placer.
  3. Estrategia mental errónea para seleccionar lo que comes.

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El ritmo de vida acelerado, problemas, insatisfacciones y frustraciones generan ansiedad y estrés. Existe una relación directa entre las emociones y la alimentación.

Tomamos alimentos que nos producen placer inmediato. Suelen ser nutricionalmente pobres y con alto nivel calórico. Alimentos con gran cantidad de azúcar y grasas saturadas, que, consumidos regularmente, provocan malestar orgánico e irritación. Nos hacen subir de peso aumentando la frustración, pero no lo podemos evitar porque nos aportan placer. Convirtiéndose en un círculo vicioso que nos lleva a consumir más como vía de escape al malestar. Y poniendo en riesgo la salud.

Lo que hace que comamos compulsivamente es esa necesidad de obtener placer rápidamente para escapar, aunque sea por un instante de la triste realidad, pudiendo convertirse en una droga de la que somos adictos.

En PNL decimos: “Toda conducta tiene una intención positiva”. La intención positiva es el beneficio emocional que esperamos obtener con la conducta. No hacemos nada por nada. Por ejemplo: cuando te enfadas con alguien para que haga lo que quieres o tratas de llamar la atención de tu pareja provocando celos. Estas conductas de enfado y celos no son las más adecuadas. Pero la tranquilidad, atención y cariño que esperas obtener con tu conducta, es ese beneficio emocional compensatorio.

Igualmente cuando comemos compulsivamente en exceso, a deshoras o sin hambre, elegimos alimentos que nos hagan disfrutar y relajarnos.

 

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La solución: la relajación

Una solución para romper esta dinámica es relajarnos. La relajación aumenta la consciencia. Y el beneficio de la consciencia es que nos permite tomar el control de nuestra vida.

Cuanto más estrés y ansiedad menos consciencia tenemos.

1/ Te recomiendo este sencillo ejercicio para relajarte y aumentar la consciencia. Practícalo cada día.

  • Siéntate en un lugar cómodo, puede ser incluso en la oficina, casa, parque, playa, etc.
  • Cierra los ojos y ve a tu interior.
  • Observa cómo estás respirando.
  • Permanece observando tu respiración durante unos minutos poniendo toda tu atención en ella. Repitiéndote “estoy consciente de mi respiración”

2/ Cuando vayas a comer haz lo siguiente, especialmente si lo vas a hacer impulsivamente:

  1. Pon consciencia en ti mismo. Respira lenta y profundamente durante un par de minutos. Observa si lo que sientes es hambre realmente.
  2. Pregúntate: ¿Tengo hambre? ¿Para qué quiero comer? ¿Qué necesidad trato de satisfacer con la comida?
  3. Cambia tu estrategia para elegir qué comes. Las personas naturalmente esbeltas eligen los alimentos conscientemente. No comen impulsivamente.

 

3/ Aplica también esta estrategia:

  • Respira profundo. Pon atención a tu abdomen. Durante unos segundos.
  • Mira el menú o piensa en el plato que estás eligiendo. Imagina que ya está en tu estómago, como si ya lo hubieses comido.
  • Pon toda tu atención en tu estómago sintiendo que realmente ya lo has comido. Imagina cómo te sentirás más tarde cuando todo eso esté dentro de ti. SIÉNTELO realmente.
  • Elige otro y repite el paso 3. Finalmente decide en función a cómo te quieres sentir.

Y, como dijo BanksySi te cansas, aprende a descansar no a renunciar”.

 

María M. Alcázar

Directora Instituto Español PNL

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