Más allá de la esterilla: la distorsión del yoga en el mundo moderno

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2,8 minutos de lecturaActualizado: 28/10/2024Publicado: 28/10/2024Categorías: Ramiro CalleEtiquetas: , , , ,

Más allá de la esterilla: la distorsión del yoga en el mundo moderno. Una de las peores cosas que le ha sucedido al yoga es su paso por América, donde tienen el poder indiscutible de falsear, adulterar y desnaturalizar tantas cosas. Han surgido tipos de yoga que todo parecido con el verdadero yoga es pura coincidencia.

Se trata de paupérrimos sucedáneos de auténtico yoga o simplemente pseudoyogas donde se ignoran los principios, enseñanzas y métodos de genuino yoga, y donde se pone en marcha, antiyóguicamente, el culto al cuerpo, la competencia de egos y los ejercicios atléticos. Esta es una realidad perturbadora que no solo deteriora la práctica, sino que genera una visión totalmente distorsionada de lo que realmente significa el yoga.

¿Y qué podemos esperar de esos “maestros” o gurús de masas que franquician su agresivo “sistema” y abren centros de “yoga” como si fueran hamburgueserías? La proliferación de competiciones y concursos para ver quién puede hacer los contorsionismos más impresionantes es un claro indicador de la desviación de la práctica. Estos gurús, en su mayoría, son traidores a la verdadera Enseñanza y confunden mefistofélicamente a los aspirantes o neófitos, dejando en evidencia el daño irreparable que causan a la disciplina.

Es preocupante ver cómo muchas personas nacen libres y mueren esclavas de estos gurús ego-rascacielos, que predican desapego pero son profundamente apegados a su ego. La paradoja de la accesibilidad y la inaccesibilidad es otra muestra de su hipocresía. Esto refleja cómo han cumplido su función de manipular, en lugar de guiar.

Cuando comencé con el yoga en 1960, había muy pocos libros serios y honestos sobre la materia. No había distorsiones, solo una comprensión pura sobre el hatha-yoga. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a surgir variaciones que se alejaron del auténtico yoga, convirtiéndose en prácticas tan diferentes que ni siquiera deberían llevar su nombre.

Hoy en día, esta distorsión es evidente. Uno se pregunta: ¿Por qué lo llaman yoga si no es yoga? La respuesta está en que el nombre y la reputación del yoga se han convertido en un producto de venta en el gran supermercado del espíritu, donde pululan desaprensivos y embaucadores. Pero no olvidemos que el yoga es, por su naturaleza, una disciplina espiritual destinada a la elevación del ser humano, no un medio para ganar notoriedad o celebrar competencias.

Desestimar las raíces del yoga es hacer un flaco favor a su esencia. La conversión del hatha-yoga en una simple práctica deportiva no hace más que despojarlo de su verdadero espíritu. En esta tierra de confusión, lo que cada aspirante debe hacer es poner a prueba a su mentor, ejercer el discernimiento y no dejarse engañar por las apariencias.

Si uno quiere hacer músculos, ¡¿cuánto mejor las pesas?! Si uno quiere competir, ¡¿cuánto mejor el lanzamiento de jabalina o el salto?! El yoga debería desapegarse de estas necesidades superficiales. Quien busca autenticidad y crecimiento espiritual debería ver a través del velo de mentiras que cubren muchas prácticas modernas.

Ramiro Calle

Centro de Yoga Shadak

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