En este artículo se expone de manera abierta la visión de la terapia desde el modelo de Musicoterapia Humanista y se ofrecen algunas pinceladas de cómo se realiza el trabajo terapéutico con música. Se ilustra la aportación/deconstrucción de la sociedad en el desarrollo de nuestro potencial humano (su influencia en nuestra autoestima, los esquemas provenientes de generaciones anteriores…) y qué hacer ante ello desde un encuadre musicoterapéutico humanista.
La Conexión Humana a Través de la Música
A veces me pregunto qué es eso que nos mueve a los músicos para componer, para compartir, para encontrar en la música el lenguaje de nuestra expresión. Tal vez eso que se transmite entre nuestras composiciones y las expresiones que hacemos de ellas cuando las compartimos. Eso que no alcanzamos a ver pero que está ahí. Cada uno de nosotros recibe algo diferente de lo que la música ofrece, creando una experiencia única y personal.
Además, me cuestiono qué es lo que nos impulsa a los musicoterapeutas a hacer de la música un vehículo terapéutico. ¿Es la música, el vínculo que creamos con las personas, o la magia que surge en el espacio terapéutico? Quizás cada nota que suena y cada momento que se vive en la terapia abren nuevos espacios dentro de nosotros. Y a través de estos momentos, podemos llegar a *darse cuenta* de lo que siente nuestro corazón y volar con nuestra alma, permitiendo que el cuerpo vibre y la mente despierte.
Sobrellevar la Presión de la Sociedad Moderna
El mundo contemporáneo nos ofrece pocas oportunidades de ser verdaderamente nosotros mismos. ¿Cuántas veces nos hemos sentido forzados a encajar en un molde que no nos representa? Descubrir quiénes somos entre las exigencias de una sociedad tan competitiva puede resultar desalentador. Este proceso de autodescubrimiento es esencial; el valor más alto que podemos tener es conocernos a nosotros mismos.
Comprender Nuestro Pasado para Desarrollar Nuestro Potencial
Mi concepción de la terapia implica proporcionar herramientas que ayuden a comprender el momento actual de cada uno. Reflexionar sobre de dónde venimos, lo que nos ha sucedido y qué nos bloquea de alcanzar nuestro verdadero potencial. En este trayecto, se nos presenta la oportunidad de aprender, crecer y descubrir nuevos aspectos de nuestro ser.
La Música como Reflejo de Nuestro Interior
La música puede ser tanto un medio para escuchar como para crear y expresarlo a través del movimiento y la voz. En la terapia, se convierte en un espacio simbólico donde podemos observar nuestro mundo interior, expresarlo y moldearlo. Aquí, es posible vislumbrar tanto nuestras sombras como nuestros máximos potenciales, explorando incluso lo que todavía no hemos imaginado.
El Desafío de Establecer Límites Saludables
Una de las claves difíciles en nuestro crecimiento personal es aprender a establecer límites. Vivimos en un entorno que ha priorizado el amor hacia los demás por encima del amor propio, un desequilibrio que ha afectado nuestra autoestima. Amarnos a nosotros mismos es fundamental para forjar relaciones verdaderas y profundas que nos nutran y ayuden a crecer. Sin un fuerte amor propio, es difícil promover el amor genuino hacia el mundo.
Sanación de las Heridas del Pasado a Través de la Musicoterapia
¿Cómo podemos restaurar nuestra claridad sobre quiénes somos y lo que merecemos? Dentro de cada uno de nosotros habita un niño interior que se adapta a las exigencias del entorno. Esta lucha interna ha dado lugar a creencias limitantes y baja autoestima, como un bosque que ha perdido árboles. Gracias a la creciente aceptación de las terapias, hoy tenemos la posibilidad de romper con estos esquemas obsoletos. La musicoterapia nos ofrece un espacio vital para liberar la carga emocional y enfrentar las sombras que nos separan de nuestro ser auténtico.
El Rol del Musicoterapeuta Humanista
El trabajo del musicoterapeuta humanista consiste en acompañar los procesos internos emergentes durante la terapia. Conociendo bien las posibilidades que la música nos ofrece, podemos responder a las necesidades individuales, respetando ritmos y valores únicos en cada persona. Esta es la *premisa fundamental*: partir de la necesidad de cada individuo y utilizar el arte de la música para permitirle alcanzar su máximo potencial. Al hacerlo desde nuestra propia humanidad, ofrecemos un espacio seguro donde el otro puede encontrarse sin máscaras ni etiquetas. \n \n“Lo que soy y lo que siento es suficientemente valioso para servir de base a una terapia” –decía Carl Rogers.
La Música: Un Acto de Amor
A veces pienso que la música es una excusa que utilizamos para seguir dando amor a la humanidad y al mundo. Razón suficiente para explorar su profundo poder terapéutico y lo que puede lograr en nosotros.
Lucía Díaz Uceda
Psicóloga y Musicoterapeuta Humanista.
Dra. de Armonía Esencial, Centro de Musicoterapia y Terapias artísticas y humanistas.