KARMA: TOTALIDAD DE EXPERIENCIAS Y ACCIONES
Para ayudar a la mente a comprender el karma, asociamos acciones particulares a tipos de resultado, tales como buenas acciones que nos traen buenos resultados y acciones negativas que producen como consecuencia malas experiencias. Sin embargo, los acontecimientos en el ciclo de la vida no son consecuencia de una causa en particular. No experimentamos una situación por cada una de nuestras acciones, sino que la totalidad de nuestras acciones y experiencias tiene un impacto en aquello en lo que nos convertimos de un momento a otro. Al entender esto, empezamos a ver cómo cada decisión nos moldea.
El karma no se limita a lo que hicimos en nuestra última vida; incluye las acciones de la vida presente, y todas aquellas acciones de nuestras vidas anteriores. Cada paso, cada palabra, cada emoción, acumula en el tejido de nuestras experiencias un holograma de lo que somos.
En el cuerpo energético de cada persona quedan grabadas las memorias kármicas tanto positivas como negativas. Las memorias negativas impiden que el alma pueda elevarse a la fuente de vida, mientras que las positivas limpian, purifican y fortalecen el alma y el círculo de protección natural del ser.
“Uno de los aspectos positivos más importantes del karma es la capacidad de crear y de cambiar. El karma personal es creativo, ya que podemos decidir cómo y por qué actuar. Al mismo tiempo, nuestro futuro no está totalmente predeterminado; podemos cambiar”.
MENTE Y REENCARNACIÓN
La naturaleza de la mente es la integración del vacío, la claridad y la conciencia. A través de la meditación, podemos reconocer la naturaleza de nuestra mente. Para ello, debemos considerar la meditación como algo que no está separado de nuestra vida diaria; debe ser integrada en cada segundo de nuestra existencia.
Para la creación de karma positivo, debemos dirigir nuestra mente de forma positiva hacia la creatividad, abriendo caminos en la vida. La mente es una poderosa herramienta que puede materializar todo lo que se pretende construir, ya sea de carácter positivo o negativo. Si la mente no se dirigen hacia lo positivo, puede generar situaciones que desvían a la persona de su verdadera misión y paralizan su evolución espiritual.
La muerte es un pasaje hacia la reencarnación. Para transmitir un karma positivo en nuestra siguiente reencarnación, este tránsito debe estar libre de cualquier carga no resuelta durante la vida presente. A lo largo de nuestra vida, es fundamental pedir perdón, perdonar, liberarse del apego y transformar los sentimientos negativos en amor, humildad y sinceridad con nosotros mismos.
La carga genética de cada persona contiene un patrón energético que, si no es reparado durante su vida presente, continuará transmitiéndose en su próxima reencarnación. Cada nuevo ser, en el nacimiento y a lo largo de su vida, es influenciado por este campo morfogenético y por su propia carga kármica.
LAS DIMENSIONES DEL KARMA: PERSONAL, FAMILIAR Y ANCESTRAL
Existen tres fuentes de karma con las que debemos trabajar para alcanzar la liberación del alma: personal, familiar y karma de vidas pasadas o ancestral.
- El karma personal: Debemos trabajar con el karma que hemos generado en la vida presente y que ha sido grabado en nuestra mente a través de los pensamientos. Este es nuestro karma personal, y es nuestra responsabilidad. Es crucial tomar decisiones adecuadas y cambiar las situaciones en nuestra vida que nos causan sufrimiento, frustración y pensamientos negativos.
“El karma familiar puede ser sanado”
- El karma familiar: Debemos trabajar con nuestro karma familiar para liberar al alma del karma transmitido y limpiar el camino para las generaciones futuras. Despertar la conciencia nos permitirá identificar aquellos patrones heredados que no nos pertenecen. Reconocer las bendiciones y maldiciones de nuestros ancestros es el primer paso hacia su transformación en esta vida.
El karma familiar está impregnado en nuestras células, en la estructura de nuestros pensamientos y la forma en que sentimos las emociones. Este karma puede ser tanto positivo como negativo. Si es positivo, heredamos talentos, bendiciones y sabiduría de nuestros ancestros. Viviremos bajo su protección y armonía.
Por otro lado, el karma familiar negativo heredado a través de generaciones estanca y bloquea el éxito y los caminos de vida de la persona. Mientras este tipo de karma permanezca sin resolver, sanado o transformado, continuará influyendo negativamente en nuestra vida y en la de futuras generaciones.
- El karma ancestral: Finalmente, tenemos que sanar el karma generado en vidas pasadas. Tomar conciencia de que nuestras vidas están influenciadas por actos de encarnaciones ancestrales nos permite comenzar a sanar memorias que no nos permiten evolucionar. La curación del karma ancestral es un trabajo que requerirá la guía de un chamán o maestro espiritual. Esta figura podrá orientarnos sobre la práctica personal adecuada para la liberación y transformación del karma ancestral acumulado en nuestro pasado.
Gerardo Pizarro
Chamán Peruano de la Cultura Lambayeque
www.gerardopizarro.com