Hay una necesidad de cambio del paradigma individual y colectivo que desarrolle, integre y armonice todas las potencialidades de los seres humanos. El Arteterapia Humanista emplea las artes de forma multidisciplinar, interdisciplinar y transdisciplinar, haciendo que en su recorrido por cada chakra atienda en cada uno de ellos su aspecto físico, mental, emocional y espiritual, de forma totalizadora, restableciendo la capacidad natural del individuo para relacionarse consigo mismo y con el entorno.
El desarrollo personal es aquello que Abraham Maslow uno de los creadores de la Psicología Humanista defendía. Él decía que el ser humano sano no es aquel que no tiene enfermedades sino el que desarrolla al máximo todo su potencial físico, emocional, mental y espiritual. Cuando alguno de estos niveles es relegado se produce un desequilibrio ya que la falta de armonía lleva al caos como forma de búsqueda de una nueva ordenación, siempre guiados por la sabiduría organísmica hacia un equilibrio de orden superior. Esto es lo que está ocurriendo en la actualidad a nivel colectivo, social.
Nos enfrentamos a un nuevo paradigma. El anterior aportó a la humanidad lo necesario en su momento pero ya está alcanzando niveles de insensatez que amenazan la supervivencia y por ello ha entrado en crisis, que no es otra cosa que lo que acompaña el cambio, del mismo modo que un adolescente necesita hacer ajustes que le lleven a la madurez.
A nivel individual atravesamos la misma evolución; a cada una y uno nos toca ajustar nuestros organismos, en todos sus aspectos, para alcanzar un estado de eficiencia superior, ya que de no hacerlo cometemos lo que Ken Wilber llama «errores categoriales» tratar de explicar o resolver asuntos del dominio físico desde el mental o viceversa. En «Los tres ojos del conocimiento» dice: «Por el momento basta con suponer que todos los hombres y mujeres poseen un ojo carnal, un ojo racional y un ojo contemplativo; que cada ojo tiene sus propios objetos de conocimiento (sensorial, mental y trascendental); que un ojo superior no puede ser reducido a un ojo inferior ni explicado por él; y que cada ojo, es válido y útil en su propio dominio pero incurre en una falacia cuando intenta captar totalmente los ámbitos superiores o inferiores».
El arteterapia humanista mantiene este objetivo, desbloquear y desarrollar por igual y equilibradamente las potencialidades de nuestros diferentes cuerpos. Menciono el concepto «cuerpos» porque es una metáfora visual, muy utilizada que ayuda a comprenderlo.
Cada uno de estos cuerpos tiene sus funciones y dificultades propias, y requiere un tipo de lenguaje expresivo diferente. Es por ello que el arteterapia humanista es multidisciplinaria; cada tipo de expresión artística es más adecuado a una o a otra persona en un momento determinado y facilita uno u otro tipo de indagación o desbloqueo, pero además de esta exploración en diferentes formas artísticas, llevamos a cabo también experiencias interdisciplinarias, pasando de una expresión artística a otra o a otras, para que de esta manera la información llegue a nuestro cerebro, cuerpo,.. desde diferentes registros, desde diferentes formas de percepción y que de esta forma el conocimiento que resulta de esta expresión y reapropiación sea más completo y unitario.
Cada arte también actúa de diferente manera en la relación interpersonal. Los tipos de relación que se pueden dar con el teatro, o el movimiento son diferentes de los que se obtienen con la pintura grupal, o con la música realizada conjuntamente.
Por ello, de la misma forma que prestamos atención por igual a los diferentes aspectos del ser humano, empleamos todas las herramientas artísticas a nuestro alcance, en el convencimiento de que de esta manera la información llegará de forma más completa a través de los diferentes sentidos y a diferentes registros que empleamos al relacionarnos, pero siempre con la conciencia de que aquello que estamos haciendo va mucho mas allá de la mera expresión artística por ello es también transdisciplinaria; porque sabemos que lo que estamos buscando es el contacto profundo con nuestro Ser Interior, para lo cual necesitamos sentirnos, expresarnos y experimentarnos en el contacto auténtico con los demás, para así irnos acercando al SER que reside en cada uno de nosotros y que es único para todos, aunque esa idea se nos quede algo grande a la mente humana, por ahora.
El Arteterapia Humanista es una experiencia totalizadora que transitando por todos los chakras va empleando en cada uno de ellos técnicas corporales de desbloqueo y de carga de energía para el cuerpo físico.
Son técnicas expresivas para facilitar la conexión con las emociones y técnicas supresivas para evitar en lo posible la desconexión de las mismas, y también técnicas integradoras para que aspectos polares de nuestra personalidad puedan armonizarse.
Dichas técnicas van actuando en paralelo sobre el cuerpo físico, emocional, mental y espiritual del individuo; al tiempo que a través de la interrelación en el grupo con sus juegos de proyecciones, resonancias y transferencias van evidenciando las reacciones y los cambios de actitud que se van produciendo en el desarrollo del proceso de evolución de cada una de las personas que lo componen, posibilitando tanto la exploración emocional como su expresión y abriendo una puerta a la resolución de conflictos al restablecer la capacidad natural del individuo para relacionarse consigo mismo y con el entorno de un modo satisfactorio.
He podido comprobar tanto en las personas que acuden a consulta individual como en los alumnos que vienen a los cursos de formación de arteterapeutas, su capacidad para expresarse a través del arte y desarrollar, de forma gradual y cada cual a su ritmo, la habilidad necesaria para recoger los mensajes que sus producciones les ofrecían e integrarlos en su vivencia personal. Es por ello que confío en el potencial de la expresión artística como ayuda en el proceso de autoconocimiento, disfrute, alimento psíquico y espiritual, e instrumento de cambio social.
El requisito para que el arteterapia nos ofrezca sus mejores frutos, radica en mantenerse con una mente abierta, libre de pre-juicios y pre-conceptos, es decir, en actitud de escucha atenta y disponibilidad.
Mantenerse en esa actitud de indiferencia creativa, el «Wu-Wei» taoista de la acción en la no-acción, entraña dificultad para el cliente que acude por lo general con una expectativa de lo que desea lograr, y también para la/el arteterapeuta que se enfrenta a la situación además de con sus propios condicionamientos, con los de su cliente, y que pueden llegar a nublar su mirada y su sentir, si no está bien entrenado en el estar presente en el aquí y ahora y en su auto-escucha.
Por ello en la formación de arteterapeutas ponemos mucho énfasis en que aquellos que desean acompañar y ayudar a otros en su proceso de desarrollo, imprescindiblemente deben hacer su propio recorrido, experimentar en ellos mismos aquello que van a utilizar después, aprender el respeto profundo y amoroso por el otro, por su ritmo, sus valores, creencias y dificultades ya que todo ello también forma parte de su proceso.
Nuestra propuesta es recorrer un camino profundo de crecimiento ayudados por el Arteterapia, que nos ayude a tomar conciencia de las propias dificultades y potencialidades, llevándonos al tiempo a la adquisición de conocimientos y a una maduración interna que posibilite nuestra presencia en el mundo, ya sea como arteterapeutas o como personas desarrolladas que transmiten su humanidad en su entorno.
Nuestra ambición es la expansión de la conciencia individual y colectiva .
Elvira Gutiérrez
Dra. Bellas Artes, Psicoterapeuta Gestalt y Arteterapeuta
Directora Formación Centro Arteterapia y Terapia Gestalt