El yoga es básicamente método. De ahí que desde tiempos inmemoriales se ha incorporado a numerosos sistemas filosófico-religiosos de todo Oriente y ha sido considerado el eje espiritual de Asia. Con razón el gran psicólogo William James declaraba que el yoga es «el método ascético más venerable de la Humanidad«. El yoga dispone de un impresionante arsenal de técnicas y procedimientos para favorecer la evolución consciente, transformar la mente y hacer posible la realización de sí. Entre sus numerosas técnicas está la del mantra, que se han venido utilizando en la India desde siglos antes de la era cristiana.
Un mantra es una palabra o fonema con un especial significado místico o esotérico, y que se recita mental, semiverbal o verbalmente, siendo la recitación más poderosa la mental. El mantra le inspira a la mente aquello que el término designa y a través del mismo el practicante evoca-invoca-convoca lo que el mantra significa, siendo éste un medio de conexión con una realidad que está más allá de la mente ordinaria o justo escondida en la mente común como la perla lo está en la ostra o la nata en la leche.
Los mantras se han utilizado desde antaño en muchos países de Oriente y, sobre todo, en la India.
Incluso hay una rama del yoga, denominada mantra-yoga, que se ocupa de manera primordial en la investigación y recitación de los mantras. Es toda una ciencia del sonido y de la vibración, así como los efectos que originan en la mente, el sistema emocional, el cuerpo energético y el cuerpo físico.
El sonido y el sonido articulado o palabra, son energía, vibración y poder. El universo está impregnado de vibración y tal vibración emite un sonido ultrasutil, que se va haciendo más toscos en la medida en que se torna más energético y físico, menos etéreo. El sonido más puro es el que surgió cuando el universo se manifesto. De lo inmanifiesto surgió lo manifiesto. Para los hindúes de Siva (el Ser o Conciencia) surgió la energía dinámica o Shakti, que crea todas las formas. Shiva, lo inmanifiesto, es estático, y Shakti, lo manifestado, es dinámica. Hay un adagio que incluso reza: «Sin su Shakti, Shiva es como un cadáver», dando a entender lo esencial de la energía dinámica que es Shakti.
El sonido que dió comienzo con la explosión del Cosmos, fue AUM, que al recitarlo se contrae como OM. Designa al Absoluto o Mente Cósmica. Es el mantra de los mantras, el más repetido y venerado en la India y se le ha conocido como el Sabda-Brahmán o Sonido de Dios. Todo lo viviente emite ese sonido primordial y si pudiéramos escuchar la vibración de los manifestado sería como un OMMMMMMMM ininterrumpido e incesante. Es el sonido o vibración de toda forma de vida mineral, vegetal o animal.
Mediante la recitación del mantra OM, la persona se interioriza y, enfocándose allí donde el mantra surge, logra ir más allá del pensamiento, acallando los pensamientos que interfieren y estorban, para acceder a la parte más profunda e íntima de uno mismo. Así la persona concentra, limpia y sanea su mente, manteniéndola sosegada e interiorizada.
La recitación del mantra va unificando la consciencia y combatiendo la agitación y dispersión mentales, pero tiene que ser una repetición consciente y no mecánica, en la que insistamos en ello, hay que cultivar tres actitudes:
- Evocación, en cuanto que se evoca aquello que el mantra designa.
- Invocación, pues se invoca su sentido, su poder, para que se manifieste en uno.
- Convocación, porque se trata de convocar dentro de uno lo que el mantra designa.
Cuando la persona recita el mantra Om, logra una notable capacidad para otorgarle a la mente serenidad e introspección.
Puede recitarse el mantra de diez a veinte minutos o más, en posición de meditación, evitando las distracciones.
El mantra puede recitarse independientemente de la respiración o asociándolo a la misma. Si se asocia con la respiración, se recita, alargándolo, una vez por inhalación y una por exhalación, mentalmente.
También se puede recitar y mentalizar el mantra reverberando en determinadas zonas del cuerpo, como la boca del estómago, la región cordial o el entrecejo.
El mantra se convierte en una llave de la mente
Como tanto insisto en mi relato iniciático «EL FAQUIR», () se trata de pasar de la mente de superficie a la mente profunda y sin fluctuaciones mentales, es decir unmani o no-mente, porque cuando el pensamiento cesa, se revela la luz del Ser.
Incluyo otros tres mantras de gran alcance espiritual:
HAM SA:
Es el mantra natural y espontaneo de la respiración. Se conecta la mente con la respiración y, mentalmente, se recita Ham alargándolo, al inhalar, y Sa, alargándolo, al exhalar. La h se aspira.
OM NAMAH SHIVAIA:
Recibí este mantra directamente de Baba Muktananda y de Babaji Sibananda de Benarés, entre otros yoguis. Es la invocación al ser interior, trasladando la mente a su fuente, allende el pensamiento. Se puede recitar independiente de la respiración o asociándolo con la inhalación y la exhalación. Al recitarlo uno debe mentalizar: «Invoco mi ser interior«, pero sin palabras, como un sentimiento de honda introspeccion.
OM TARE TUTARE TURE SOHA:
Durante muchos años, mi hermano Miguel Ángel y yo cerrábamos el programa radiofónico que hacíamos semanalmente con la recitación por tres veces de este significativo mantra, que es una apelación a la benevolente energía femenina cósmica, para que nos inspire a pasar de la orilla de la oscuridad a la de la luz, de la de la servidumbre a la de la libertad interior. Lo mejor es ir encadenando el mantra seguidamente el tiempo dedicado a su recitación, vivenciándolo en lo profundo.
Tina Turner – Sarvesham Svastir Bhavatu (Peace Mantra)
Ramiro Calle
ESCRITOR. DIRECTOR DEL CENTRO SHADAK
Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak
Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak