La piel es el órgano más grande del cuerpo y está en constante interacción con nuestro entorno. Este delicado lienzo refleja no solo nuestra salud física, sino también nuestro estado emocional y nuestro bienestar general. A través de nuestra piel, eliminamos toxinas y es esencial cuidarla para garantizar que cumpla con sus múltiples funciones de protección y regulación. Además, al igual que nuestra flora intestinal, la piel mantiene su salud gracias a una flora bacteriana que si se altera puede dar lugar a diversas alteraciones cutáneas como eccemas, dermatitis o psoriasis.
La Piel: Nuestro Escudo Natural ante las Toxinas
Numerosos factores pueden comprometer la salud y la apariencia de nuestra piel, tales como la nutrición, la higiene y el estado emocional. Sorpresivamente, podríamos decir que nuestro exterior es un reflejo sincero de nuestro interior. En verano, pasar de meses fríos a la exposición al sol requiere atención especial, ya que la piel se enfrenta a irritaciones y alergias exacerbadas. Mientras disfrutamos de vacaciones y salidas, nuestras rutinas alimenticias se desestabilizan, lo que puede resultar en una acumulación de toxinas.
Preparando el Terreno para el Verano: Primeros Pasos
Al comenzar el periodo estival, es crucial ayudar a la piel a eliminar las células muertas de la epidermis para permitir que respire de nuevo.
1.- Limpieza en Seco: Utiliza un guante o cepillo de materiales naturales para exfoliar y estimular la microcirculación, facilitando la relajación de la piel.
2.- Baños de Vapor: Ideal para purificar tanto la piel como la sangre; el calor dilata los poros, limpiándolos a fondo.
3.- Actividad Física: Practica deporte con ropa transpirable para promover la sudoración y la eliminación de toxinas.
4.- Alternar Temperaturas: Alternar duchas de agua caliente y fría tonifica la piel, mejora la circulación y cierra los poros.
5.- Hidratación y Nutrición: Opta por cremas con protección solar de calidad. Elige productos libres de tóxicos o sustancias nocivas. Usa filtros solares con óxido de zinc y nutre tu piel con aceites naturales post-solar.
Desde el Interior: La Importancia de la Nutrición
Lo que consumimos juega un papel vital para la salud de nuestra piel. Prioriza alimentos ricos en antioxidantes que protejan contra las radiaciones ultravioletas:
- Consumir productos ricos en betacarotenos, que se transforman en vitamina A, presentes en zanahorias y calabaza.
- Incluir vitaminas del grupo B como cereales integrales y frutos secos.
- Aumentar la ingesta de vitamina C en pimientos y cítricos, así como alimentos que aporten zinc.
- Asegurarte de incorporar ácidos grasos esenciales omega 3 y 6.
- Optar por una alimentación hidratante y ligera que refresque el organismo.
Antioxidantes: Los Guardianes de Nuestra Piel
Diversas plantas medicinales de la fitoterapia pueden cuidar nuestra piel, bien sea en infusiones o aplicadas tópicamente:
- Ortiga Verde: Calmante y cicatrizante.
- Coda de Caballo: Ayuda a remineralizar.
- Caléndula: Ayuda en el proceso de cicatrización.
- Aloe Vera: Conocido por sus propiedades calmantes e hidratantes.
- Raíz de Bardana: Antiséptica y bactericida.
- Lavanda: Desinfectante y cicatrizante.
- Malva: Emoliente y suavizante.
- Manzanilla: Calmante.
- Tomillo: Antiséptico.
Un Truco Refrescante para el Cuidado del Rostro
Te comparto una receta para hacer cubitos de hielo que revitalizan la piel en verano. Mezcla cola de caballo, caléndula, lavanda, tomillo y manzanilla en agua hirviendo, deja reposar, cuela y congela en moldes de cubos. Usa un cubito sobre el rostro cada noche para obtener resultados sorprendentes.
Celia Valenciano Bono
Responsable Departamento de Comunicación El Vergel
www.el-vergel.com