Este es uno de los cuentos más conmovedores, inspiradores y reveladores para todo buscador serio. No es una narración más, sino una breve y con un contenido motivador extraordinario.
Un hombre estaba llorando desconsoladamente ante la puerta de una casa. Por casualidad, otro hombre pasó y al verlo derramar tantas lágrimas, le preguntó:
– ¿Qué te ocurre, amigo? ¿Por qué estás anegado en llanto?
Entre sollozos, el hombre le respondió:
– No encuentro la llave para abrir esta puerta.
Con una sonrisa, el otro hombre exclamó:
– ¡Al menos tú has encontrado una puerta!.
Reflexiones sobre la Búsqueda Interior y el Autoconocimiento:
La larga marcha hacia la autorrealización es un viaje inevitable para transformarnos, ascender a niveles más elevados de consciencia y dar sentido a nuestra evolución interior. No existen atajos para llegar al cielo; aquellos que los prometen falsean la realidad. Buda decía: “Los grandes señalan la Ruta, pero uno mismo tiene que recorrerla“. Este camino se forja paso a paso; muchas veces, podemos sentir que desfallecemos y que hay aparentes retrocesos.
Estamos tan fascinados por la apariencia y lo superficial, que a menudo ignoramos lo esencial. El término Buda significa “despierto”, y potencialmente, todos podemos ser Buda; hay una naturaleza búdica en el fondo de nuestra mente, como una semilla que necesita ser cuidada y nutrida para que se despliegue. Es un trabajo que cada uno debe realizar a través de la meditación, la investigación de sí mismo, el autoconocimiento, la purificación del discernimiento y las técnicas de autodesarrollo en general. Durante esta marcha hacia la autorrealización, cada paso cuenta; cada logro nos acerca al verdadero logro. Así, el camino ya es la meta, y haber encontrado la puerta nos otorga ya un sentido. Practicar los procedimientos, que son la llave para abrirla, representa otro propósito en sí mismo. No hay ambición más importante que hacerse consciente, porque de la lucidez nace la auténtica compasión.
Ramiro Calle
Centro de Yoga Shadak