No se puede establecer normas para el inicio de un tratamiento ortodóncico ya que no existen patologías universales: cada caso es diferente. Lo primero que debemos entender son las diferencias entre un tratamiento interceptivo, un tratamiento ortopédico de los maxilares, y un tratamiento ortodóncico.
El tratamiento interceptivo: El primer paso hacia una sonrisa saludable
Este tratamiento está orientado a eliminar hábitos o patologías disfuncionales (como la interposición lingual, uso del dedo o chupete, respiración bucal, masticación unilateral, vegetaciones o amigdalitis crónica) que pueden generar alteraciones esqueléticas en la boca del niño. Sin un tratamiento adecuado, estos problemas pueden evolucionar hacia complicaciones que impliquen tratamientos más complicados o incluso cirugía ortognática. Además, estas alteraciones funcionales pueden influir en la salud general, causando problemas a distancia como escoliosis o asimetrías faciales. Por ello, la aparatología usada suele ser removible y exige un diagnóstico preciso por parte del ortodoncista.
La elección del momento para este tratamiento es cada vez más temprana, a menudo a partir de los dos o tres años. Un diagnóstico efectivo puede marcar la diferencia en el futuro salud dental de los niños.
El diagnóstico precoz puede evitar problemas en la columna vertebral
El tratamiento ortopédico: Ajustando el crecimiento para un futuro sin fisuras
El tratamiento ortopédico busca corregir el mal crecimiento de los maxilares que puede haberse establecido en los primeros años debido a hábitos disfuncionales. El éxito de este tratamiento depende de varios factores, como la edad, la capacidad de crecimiento y la colaboración del paciente. Sorprendentemente, muchas alteraciones esqueléticas son adquiridas por el uso inadecuado del sistema estomatognático, olvidando que no siempre son hereditarias.
Este tratamiento es más efectivo durante las fases de crecimiento, que suelen abarcar desde los cinco hasta los doce años. Generalmente, se utilizan dispositivos removibles o fijos que estimulan el maxilar o ajustan la mandíbula, contribuyendo a la corrección de las disfunciones.
El tratamiento ortodóncico: Moviendo estructuras hacia la perfección
El tratamiento ortodóncico implica mover los dientes mediante la tabla ósea existente, y puede realizarse a cualquier edad. Las técnicas van desde el uso de brackets hasta sistemas como Invisalign. Es importante resaltar que los aparatos removibles no suelen ser efectivos en este proceso, ya que no trasladan el diente adecuadamente, aumentando el riesgo de recidiva.
Generalmente, se utiliza este tipo de tratamiento con la dentición definitiva (a partir de los trece años), aunque en algunos casos se puede iniciar en la dentición mixta (alrededor de los siete años) para preparar un tratamiento posterior más sencillo y rápido.
En resumen, si se presenta una alteración en la función y el desarrollo de los componentes dentales y faciales, es recomendable establecer un tratamiento interceptivo o ortopédico a partir de los tres años. Esto puede ayudar a prevenir complicaciones serias tanto en la boca como en la columna vertebral.
Si el problema es simplemente dental y la función y crecimiento son armónicos, se puede esperar a que erupcionen todos los dientes definitivos antes de iniciar el tratamiento.
Te aconsejamos llevar a tu hijo al ortodoncista o al odontopediatra a partir del primer año de vida para asegurar un buen diagnóstico precoz, lo que puede evitar costosos y complicados tratamientos más adelante.
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Dr. D. Miguel Ángel Recatero
Especialista en Homeospagyria Colg nº 28082