Podemos ser felices por medio de la creatividad. La creatividad es algo de lo que se habla mucho últimamente, y yo creo que tiene que ver con los tiempos de cambio que estamos viviendo y que de una u otra manera a todos nos obligan a reinventar algunas o muchas facetas de nuestra vida. Cuando las realidades en las que hemos vivido se disuelven, como ahora está ocurriendo, nos vemos obligados a crear una nueva realidad. Y esto aplica tanto en términos individuales como colectivos. Incluso en el ámbito laboral, la creatividad y la capacidad para poner encima de la mesa nuevas ideas que den buenos resultados es cada vez más valorada. Sin embargo, hay un mito en torno a la creatividad que la ve como una capacidad que tienen algunas personas y otras no. Nada más lejos de la realidad.
El espíritu humano es creativo por naturaleza, y además experimenta plenitud y felicidad en esas aguas. No tenemos más que mirar a nuestro alrededor, a la cantidad de cosas que hemos inventado y creado los seres humanos, para darnos cuenta de la enorme capacidad creativa que tenemos. Aún así, hay personas que no se sienten creativas, que piensan que la creatividad es una capacidad que tienen algunos y otros no. Esta creencia ya en sí misma es el principal obstáculo para que estas personas puedan desplegar todo su potencial creativo y beneficiarse de él. Lo que suele ocurrir, no es que no se disponga de la capacidad sino que no se usa, y por falta de uso la capacidad va adormeciéndose y quedándose en mero potencial. Es como si no ejercitamos nuestro cuerpo y, por falta de uso, nuestros músculos van quedando cada vez más debilitados y faltos de tono. Sin embargo, aunque llevemos mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio, nuestro cuerpo no ha perdido la capacidad de estar fuerte y tonificado; simplemente necesitamos volver a ejercitarlo. Esto mismo ocurre con la creatividad; aunque no la hayamos ejercitado mucho, la capacidad está ahí en potencial, y no tenemos más que empezar a usarla para que en poco tiempo nos encontremos siendo personas creativas que se benefician de su creatividad para resolver problemas, enfrentar retos, lograr los objetivos que persiguen y ser felices. Sí, la creatividad no sólo nos proporciona felicidad por la vía de ayudarnos a lograr lo que deseamos, sino también porque el uso de esta dimensión de nuestro espíritu nos hace experimentar plenitud, la plenitud que proviene de dar «expresión» a nuestro ser.
Si eres de las personas que no se considera muy creativa, te propongo un experimento. Piensa en alguna situación o problema que tengas en estos momentos que requiera de una solución. Después, en una hoja de papel, escribe el problema en forma de pregunta. Por ejemplo ¿Cómo puedo hacer que mis hijos realicen todos los días su parte de las labores domésticas sin protestar y además estén contentos de hacerlo? Una vez hecho esto, elije una palabra de forma aleatoria. Tiene que ser un sustantivo, por ejemplo, árbol, coche, calle, puerta… Puedes usar la primera palabra que te venga a la cabeza o abrir un diccionario, periódico o revista por cualquier parte y elegir una al azar. Es importante que la palabra la escojas al azar sin pensar en si tiene relación o no con el problema. Si mi pregunta es la que acabo de poner, y me viene la palabra naranja a la cabeza, mi mente racional podría pensar ¿Y qué tiene que ver una naranja con que mis hijos quieran hacer las labores domésticas? Si me hago esta pregunta puedo desestimar una palabra que me puede llevar a una idea fantástica. Ten en cuenta que nuestra creatividad natural se ve cercenada por dos razones principalmente: la primera es creer que no la tenernos, y la segunda es la lógica.
Volviendo al experimento. Si estoy buscando cómo hacer que mis hijos hagan sus labores domésticas de buena gana y contentos de hacerlo, y he escogido la palabra naranja, la segunda parte es hacer una lista de los atributos de esa palabra y de las ideas que me surgen en la cabeza asociadas a ella. Por ejemplo, cuando pienso en una naranja veo que tiene atributos como fruta fresca, ácida, color intenso, redonda, rugosa, esfera, gajos, simetría… También, al pensar en naranja, me vienen a la cabeza ideas asociadas a ella tales como: equipos de recolección, camiones de transporte, frutería, juegos malabares con naranjas, petanca de naranjas, … Ves que hay infinidad de ideas que se nos pueden venir a la cabeza cuando pensamos en naranjas. Ahora de lo que se trata es de volver a la pregunta/problema y ver de qué manera cada uno de esos atributos e ideas puede aplicar al problema. Por ejemplo, la idea juegos malabares puede llevarme a pensar que una manera de que mis hijos hagan las labores domésticas contentos de hacerlas es crear una especie de juego alrededor de las labores domésticas en el que les involucro y en el que se lo van a pasar bien. Volviendo a la lista, veo las palabras redonda y gajos, y esto me lleva a la idea de que podría crear un juego de familia en el que hagamos un círculo de poder al estilo de los chamanes en el que cada semana nos sentaremos para ofrecer nuestro trabajo al grupo y después para hacer un teatrillo en el que actuar las situaciones más cómicas de la semana.
Ves que no se trata más que de utilizar una sencilla técnica como es el uso de una palabra y sus atributos e ideas asociadas, para que se abra todo un universo de posibilidades. Habrá ideas que se nos ocurran que serán buenas y viables, y otras que no, pero, como decía el premio nobel de física Linus Pauling: «El mejor camino para tener una buena idea consiste en tener un montón de ideas».
La creatividad nos ayuda muchísimo en el día a día de nuestra vida y en nuestro trabajo porque nos permite encontrar soluciones y aportar valor en todo aquello que hagamos. Pero además, el uso de la creatividad es una fuente de disfrute. ¿Recuerdas lo bien que lo pasabas de niño o niña utilizando tu imaginación? La creatividad es un juego, y el juego creativo nos hace disfrutar. Lo importante es permitirnos jugar siendo conscientes de que en ese juego, aunque seamos adultos ocupados en cosas «muy importantes», está la solución de la mayoría de nuestros retos y problemas.
Para terminar quiero dejarte un proceso de cinco pasos que ha demostrado ser muy eficaz para resolver problemas y enfrentar retos:
1. Define el problema o reto en forma de pregunta.
2. Genera todas las ideas que puedas como posibles soluciones. Utiliza para ello alguna técnica como la de elegir una palabra y hacer una lista de atributos e ideas asociadas.
3. Una vez que hayas generado ideas, olvida el asunto y deja que tu mente subconsciente trabaje en él. De forma inesperada te surgirán ideas de posibles soluciones
4. Después, repasa todas las ideas que has producido con tu mente consciente e inconsciente y evalúalas para seleccionar una de ellas. Utiliza la lógica y el sentido común, pero también la osadía para permitirte probar cosas nuevas y no probadas porque es precisamente en éstas donde radican los grandes éxitos.
5. Pon la idea en acción porque la única manera de ver si una idea funciona o no es ponerla en acción. De cualquier manera, si has hecho todo este proceso, ¿no es para resolver algo? Pues la única manera de hacerlo es pasar a la acción.
Haciendo este proceso nos damos cuenta de cuán creativos somos, de cuánta capacidad tiene nuestra mente, y de la pena que supone desperdiciar toda esa capacidad para disfrutar de nuestra vida, resolver las situaciones en que nos encontramos, lograr lo que deseamos, y vivir la vida que queremos vivir. La historia está llena de casos de personas que a través de su creatividad han transformado sus vidas y han llegado a grandes logros. Su equipamiento es el mismo que el tuyo, el mío y el de todos los seres humanos; sólo hay que usarlo.
Que tengas un gran día.
Juan Manuel Martín Menéndez
Escritor. Confeenciante
www.quetengasungrandia.com