Los seres humanos parece que estamos programados para la búsqueda de la felicidad, y es difícil entender todo el desarrollo material y tecnológico que el hombre ha conseguido a lo largo de su historia sin tener en cuenta este impulso interior. Cuando uno se pregunta qué es lo que quiere en la vida, al final, lo que prácticamente todo el mundo acabamos diciendo es: «yo quiero ser feliz». Y esto lo buscamos en los diferentes ámbitos de nuestra vida, desde la pareja, la familia, el trabajo, los amigos o las aficiones, hasta búsquedas interiores y espirituales. Deseamos sentirnos contentos, satisfechos y con una cierta sensación de plenitud.

Sin embargo, ¿cuántos de nosotros hemos sido educados en el arte de la felicidad y la satisfacción de vida? Realmente no muchos porque ésta no suele ser una de las asignaturas que tenemos que estudiar en el colegio, el instituto o la universidad. Aún así, a lo largo de la historia, el hombre ha generado conocimiento y sabiduría en este arte, que puede ser aprendido para acercarnos a ese deseo fundamental de nuestra naturaleza.

Los detractores del arte de la felicidad esgrimen el argumento de todos los problemas, retos y situaciones difíciles que forman parte de la vida y que de una u otra manera a todos nos tocan. Pero es que el arte de la felicidad no es el arte de la utopía desconectada de la vida, sino el arte del bienestar interior, el contentamiento, la satisfacción y la plenitud dentro de las aguas de la vida, que unas veces serán cálidas, agradables y favorables, y otras veces no.

Uno de los ámbitos clave para nuestra felicidad y satisfacción de vida es el trabajo ya que a éste solemos dedicar una parte muy importante de nuestro tiempo. Sin embargo, las encuestas indican que sólo un pequeño porcentaje de las personas declaran sentirse felices en su trabajo. ¿Por qué se produce esta situación? La respuesta no es inmediata ya que hay muchos factores que intervienen en la satisfacción y felicidad laboral, desde la presión y exigencia creciente, las políticas de las compañías, la atmósfera laboral y de relaciones con los compañeros, la situación económica, etc. etc. La mayoría de estos factores están fuera de nuestro control, y aunque siempre tenemos el poder de cambiar de trabajo, cambiar de empresa, o incluso cambiar de carrera profesional, no siempre podemos o queremos tomar estas decisiones. Sin embargo, hay otro factor que depende completamente de nosotros y que no es otro que nosotros mismos.

Nuestra felicidad y satisfacción laboral, y en general nuestra felicidad y satisfacción de vida, depende en una buena parte de nosotros y de cómo decidamos vivir. Hace ya más de diez años que me dedico a enseñar sobre felicidad, satisfacción y éxito en el trabajo, y a lo largo de este tiempo he ido viendo cómo hay seis claves que facilitan enormemente que consigamos hacer de nuestro trabajo un contribuyente positivo a nuestra felicidad y satisfacción de vida, así como a nuestro éxito profesional. Son las siguientes:

1. Encontrarnos plenos de energía y de vitalidad
2. Tener un pensamiento positivo y potenciador
3. Sentirnos felices en nuestra vida
4. Mantener relaciones positivas
5. Utilizar nuestro potencial creativo
6. Activar palancas de disfrute en el trabajo

Veamos un poquito de cada una.
Nuestro estado de vitalidad es clave porque un estado de cansancio, fatiga o falta de energía, no sólo dificulta que nos sintamos bien, sino que también hace más difícil que se desplieguen todas nuestras capacidades. Aún así, la fatiga es uno de los fenómenos de nuestro tiempo debido al aumento de las cargas de trabajo unido a las responsabilidades familiares.

Por otra parte, el tipo y enfoque de nuestro pensamiento es también una de las claves porque éste crea la realidad en que vivimos. La realidad que experimentamos es eminentemente subjetiva y depende de la óptica a través de la cual miremos, que no es otra cosa que el enfoque y naturaleza de nuestro pensamiento. Un pensamiento positivo y potenciador nos ayuda no sólo a sentirnos bien, sino también a que se desplieguen nuestras capacidades. Y aquí no hablo de ese optimismo a ultranza que puede causar estragos en la vida de la persona, sino de cómo decides mirar las realidades y en qué aspectos de éstas te enfocas.

Sentirnos felices en nuestra vida es otro componente esencial de la felicidad en el trabajo porque nos llevamos a nosotros mismos cada día a trabajar. Es como una especie de círculo que se realimenta a sí mismo: cuanto más felices nos sentimos en nuestra vida, más felices nos sentimos en nuestro trabajo, y cuanto más felices nos sentimos en este último, mayor es la sensación de felicidad de vida.

Las relaciones que mantenemos y su naturaleza son otra clave de felicidad. Somos seres sociales que vivimos en relación, y es a través de las relaciones con otras personas que solemos experimentar nuestros momentos más felices. Pero también ocurre que las relaciones pueden ser una fuente de infelicidad y de problemas. Mantener relaciones positivas con otras personas, en este caso con las personas con las que trabajamos, es una fuente de felicidad y de satisfacción laboral. Y aquí es donde las habilidades y el arte de las relaciones positivas entran en juego.

El espíritu humano es creativo por naturaleza, y cuando damos expresión a nuestra creatividad, experimentamos satisfacción y plenitud. Indudablemente no todos los trabajos tienen la misma capacidad de proporcionarnos oportunidades de expresión creativa, pero en todos los trabajos nos encontramos ante retos y situaciones en los que podemos utilizar nuestra creatividad. Cuando así lo hacemos, no sólo experimentamos satisfacción interior, sino que también tenemos más posibilidades de que nos vaya bien y prosperemos.

Por último, sobre la sólida base que constituyen los cinco puntos anteriores, podemos activar palancas de disfrute en el trabajo:

• Divertirnos
• Aplicarnos a retos
• Dotar a nuestro trabajo de un propósito elevado
• Aprender, desarrollarnos y crecer
• Tener ilusión

Todo lo anterior está fundamentalmente en nuestras manos. Las circunstancias en que nos encontremos, en este caso laborales, pueden ser las que sean, incluso desfavorables de cara a nuestra felicidad y satisfacción laboral, pero siempre tenemos el poder sobre nosotros mismos y sobre cómo navegar en las aguas en que nos encontremos.

En los próximos artículos haremos un viaje por cada una de las seis claves y algunos de los hábitos que nos ayudan a activarlas.

Juan Manuel Martín Menéndez
Escritor, conferenciante y autor del libro Que tengas un gran día
www.quetengasungrandia.com

Felicidad. Trabajo. Energia. Ilusion