Romero energía renovadora de Primavera

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6,2 minutos de lecturaActualizado: 19/09/2024Publicado: 16/03/2015Categorías: Salud NaturalEtiquetas: , ,

Se dice del Romero que con sus propiedades se podría escribir un libro entero, afirmación que es muy cierta. Aparece silvestre en toda la cuenca Mediterránea, en nuestro país sobre todo en la zona este, centro y sur y no lo encontraremos en el norte y hacia el oeste. Su nombre botánico Rosmarinus officinalis, significa “rocío de mar” ya que le gusta situarse en los acantilados cercanos al mar en toda la costa mediterránea, y a su gran uso medicinal hace referencia la palabra officinalis que significa de uso en oficina de farmacia.

El romero es un arbusto que puede llegar a medir hasta los dos metros de altura. Tiene tallos cuadrados que con el tiempo se redondean y se hacen leñosos. Sus hojas, opuestas con forma acicular más oscuras por el haz que por el envés, están ligeramente dobladas por sus bordes hacia adentro. Sus flores son de un suave color azul violáceo en su mayoría, aunque también las veremos rosadas o blanquecinas. Tienen forma de labio abierto por lo que se las denomina “Labiadas”. Pertenece a la misma familia botánica que la lavanda, la salvia, el tomillo o la menta; todas ellas se caracterizan por tener su flor en forma de boca abierta o labios abiertos.

Crece en zonas calizas, en terrenos muy secos en bosques muy abiertos y luminosos, resistiendo el fuerte calor del verano y los duros fríos del invierno. El romero podemos verlo prácticamente todo el año florido, pero es al comienzo de la estación de primavera cuando presenta su mayor floración y podemos ver entonces la montaña teñida de intenso color azul violáceo.

Contiene en sus hojas glandulitas que segregan aceite esencial, que podemos oler al frotar sus hojas; es un olor fuerte, alcanforado e intenso que no deja indiferente. Este aceite esencial es el más rico de todos en hidrógeno por su alto contenido en hidrocarburos terpénicos como pineno o canfeno y sobre todo contiene borneol y su derivado borneona o alcanfor. De ello deriva su alto poder calorífico expresado en preparaciones de uso tradicional como el alcohol de romero que al frotar sobre la piel la enrojece intensamente estimulando y favoreciendo la circulación.

El alcanfor es una molécula que al ser inhalada estimula la función cortical, activa la atención y la memoria, como ya recogió Shakespeare en palabras de Ofelia a Laertes “Aquí traigo romero que es bueno para el recuerdo”. Esto ha sido demostrado científicamente en un estudio de un grupo de Psicólogos de la Universidad de Northumbria, en Newcastle (Reino Unido), según el cual el romero puede aumentar la memoria entre un 60 y un 75%. También estimula la actividad circulatoria y la respiratoria, lo que hace que nos sintamos más activos y más despiertos; por todo ello se le ha denominado el “ginseng español”.

Es además una de las plantas con mayor contenido en antioxidantes como los flavonoides derivados de luteolol y apigenol; de este modo se protege de su intensa exposición al sol, por lo que posee una fuerte actividad protectora frente a la formación de radicales libres previniendo y protegiéndonos de numerosos procesos degenerativos que estos desencadenan, especialmente a nivel de los delicados tejidos del sistema nervioso.

Es una gran planta para favorecer la actividad cerebral, muy adecuada para mejorar el rendimiento en el estudio y la concentración, especialmente en época de exámenes. También para llevar en el coche como aroma para mantenernos más despejados y despiertos.

La función hepática es favorecida en gran medida por esta planta. Si probamos una hoja de romero fresca notaremos un cierto sabor amargo debido a su contenido en principios amargos que favorecen la actividad hepática y biliar; además los flavonoides apoyan la actividad depuradora de las enzimas hepáticas que al eliminar toxinas necesitan antioxidantes para neutralizar la formación de radicales libres.

Su contenido en aceite esencial y en ácidos fenólicos le confieren actividad antibacteriana y antivírica, por lo que se utiliza en afecciones respiratorias y en infecciones de carácter interno y externo.

Su riqueza en ácido ursólico, aceite esencial y taninos hacen del romero una planta muy indicada para tratar heridas y afecciones de la piel actuando como antiinflamatorio y activando los procesos de regeneración epitelial.

Lo especial del romero:

El romero florece intensamente en tiempo del comienzo de la primavera cercano al equinoccio. Su olor especial que nos recuerda al incienso. La forma generada entre sus tallos cuadrados y sus hojas opuestas nos ofrecen el símbolo de la cruz. Todo ello nos la presenta como una planta especial y sagrada que se utiliza junto con las ramas de olivo y las palmas para celebrar el día del Domingo de Ramos dentro de la tradición cristiana, que es un resonante de tiempos pasados, y las celebraciones del Equinoccio de Primavera, donde se celebraba el final del invierno, un tiempo de muerte en la naturaleza y el comienzo del ciclo de la vida, de la primavera.

Su contenido en aceites caloríficos nos traen el calor y el sentir del Sol despertando y renovando la vida entre animales y plantas en este momento del año, por lo que podríamos decir que está especialmente indicado para despertar nuestro ser interior, nuestro espíritu y activarnos para con mayor voluntad realizar nuestra misión de vida.

También se le relaciona por el calor y la luz con las que se han generado sus esencias, con alejar todo lo negativo y por ello era común al cambiarse a una casa nueva recorrer con ramitas de romero mojadas en agua cada rincón y paredes de la nueva casa mientras se decía: “Romero santo, santo romero, que salga lo malo y entre lo bueno”

Recetas con romero:

Infusión de romero: 1 o 2 cucharaditas por infusión, 2 o 3 veces al día. (10-20 gr. por litro), como digestiva, hepática, antioxidante.

Aceite de romero: mezclar 50 gotas de aceite esencial con 50 gramos de aceite vegetal (oliva, almendras, girasol, etc) aplicar sobre la piel en forma de friegas o en masaje. Con actividad estimulante de la circulación, mejora los dolores articulares, contracturas y los procesos artrósicos.
Si ponemos unas ramitas dentro de una botella de aceite de oliva tendremos un aceite muy especial digestivo y aromático para el aliño de ensaladas y otros platos

Mezcla aromática para la concentración y el estudio: Aceite esencial de romero, aceite esencial de eucalipto, aceite esencial de menta, aceite esencial de clavo: 5 gotas de cada uno de ellos poner en un difusor de aromas, o sobre un recipiente con agua encima de un cubre-radiador o impregnando un clínex cerca del lugar de estudio o trabajo.

Incienso de romero: con hojas y flores de romero seco pulverizar con un molinillo eléctrico, poner sobre un carbón encendido o unas brasas: desinfección de ambiente, purificación.

Las preparaciones de romero por su carácter estimulante es mejor utilizarlas por el día, evitar por la tarde o noche ya que pueden dificultar el descanso y el sueño. Tampoco se recomienda en personas con hipertensión ya que puede elevarla.

Palmira Pozuelo
(Farmacéutica Naturista)
www.alkemila.com
[email protected]

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