¿Tienes barreras inconscientes que te impidan quedarte embarazada? ¿Cuáles son las cargas familiares que llevas a tu espalda? ¿Qué te has contado y qué te han contado sobre el embarazo o el ser madre a lo largo de tu vida? ¿Está ordenado tu sistema familiar?
Nosotros creemos que dirigimos nuestra vida, pero cuando aparece algo a nivel físico o emocional que no podemos controlar, nos encontramos ante un momento de gran incertidumbre y nos damos cuenta que somos más vulnerables de lo que pensábamos.
Empecemos hablando del consciente y del inconsciente. El consciente está muy sobrevalorado. Es esa vocecita interior que no para de hablarnos, de rumiar, de hacerse preguntas, de decirte si vales o no vales. Nos hace daño, pero realmente no tiene tanto poder en nosotros. Sin embargo, a nivel inconsciente tomamos el 95% de nuestras decisiones. Nuestro inconsciente es el depósito de todos nuestros recursos, de nuestras experiencias y es donde se depositan nuestros traumas. Piensa en todo lo que el inconsciente hace por ti: respirar, pulsaciones, digerir… El que manda es el inconsciente y él ya lo sabe, pero podrás adquirir una serie de recursos para manejarle.
Cuando no llega el embarazo tan buscado, tu vocecita interior comienza a bombardearte: ¿Qué me ocurre?, ¿por qué me pasa esto a mi?, ¿qué he hecho yo para merecer esto, es el karma?, ¿Y si es mi pareja?… y así un sinfín de preguntas. Según Einstein, si tengo un problema y una hora, estoy 59 minutos buscando la pregunta. La pregunta correcta lleva a la solución. Lo importante no es preguntarnos el por qué, sino ¿qué vamos a hacer a partir de ahora? Lo primero y más necesario es orientarte hacia la solución tanto a nivel físico como emocional.
El miedo, la angustia, la incertidumbre acaban de alojarse en ti. A partir de este momento comienzas a pensar y a sentir de otra manera. Cuando algo nos preocupa se queda en nuestra cabeza de una manera recurrente; es el llamado pensamiento rumiante. Cuanto más piensas en ello más se repetirá y más grande se hará el problema. Tras un estímulo o pensamiento, siempre aparece una sensación física y un sentimiento o emoción. Con un pensamiento, el cerebro comienza a producir sustancias químicas que te hacen sentir como estás pensando.
Por ejemplo, al pensar que no puedo quedarme embarazada comienzo a notar que me ahogo o me falta el aire y siento miedo o angustia, pero a su vez esta angustia genera mayor ahogo, y a su vez al sentir este ahogo pienso que me estreso más y eso se va a volver en mi contra y me generará estrés y no voy a poder quedarme embarazada… Así entro en un bucle que genera más y más tensión y del que es muy difícil salir sin ayuda de un profesional. Cuando sientes como piensas, comienzas a pensar como sientes.
Ya lo decía Milton Erickson (psiquiatra americano 1901-1980): “No es lo que pasa lo que nos afecta, nos afecta la forma en la que respondemos a lo que nos pasa”.
Un acompañamiento eficaz es básico para aliviar el estrés, el trauma y el dolor fruto de no quedarte embarazada. Con técnicas como EMDR o Hipnosis, se consigue a nivel inconsciente calmar el Sistema Nervioso Central, disociar la atención de tus pensamientos y activar nuevas vías inconscientes para generar nuevos recursos.
Pero además de sostener en el camino de no quedarte embarazada, es básico que se trabaje en un proceso donde se puedan encontrar las causas emocionales que dificulten esta fertilidad.
¿Qué creencias o mandatos internos pueden estar limitando tu fertilidad? ¿Cuántas veces escuchamos que se te va a pasar el arroz o que no eres capaz de nada; cuando tengas un hijo verás lo que es sufrir; con niños estás muerta profesionalmente, etc.? Nuestro inconsciente es un gran servidor, es un gran sabio que nos protege, así que para qué tener un hijo.
¿Y qué podemos hacer? Sencillo, reprogramar tu mente dejando de creer en eso y visualizando el poder fértil que llevas dentro. Con Hipnosis, EMDR o PNL llegamos al inconsciente de tal manera que construimos un nuevo futuro, una nueva realidad en nuestra mente.
Pero, además, pueden existir cargas familiares que bloqueen tu fertilidad. Por ejemplo: has podido tener una abuela que murió en el parto, o una madre esquizofrénica, un hermano violento, muertes tempranas, abortos en la familia, etc. Todo ello ha traído tanto dolor a la familia que de nuevo tu cuerpo te protege de ello. El cuerpo sigue a nuestro inconsciente, a lo que le marca nuestra alma familiar. A veces somos tan fieles a nuestros familiares que por ellos somos capaces de no engendrar, creando de forma inconsciente un bloqueo en la “niña” a la hora de ser madre… La solución, poner en orden este sistema.
Y ¿qué puedo hacer para cambiar esto? Lo primero tomar conciencia de ello, hacerlo consciente, darle luz. A partir de ahí hay que hacer un trabajo de aceptación, de reconocimiento, de integración, de orden en el sistema familiar que lo hacemos a través de constelaciones familiares fundamentalmente.
Es normal que busques una respuesta médica, pero ¿detrás del síntoma que hay? El cuerpo es un albergue de los síntomas, el cuerpo somatiza nuestro malestar emocional, nos protege inconscientemente, aunque el resultado de esta protección a veces nos cueste la vida. Es por ello que nos parece imprescindible un acompañamiento psicológico a la hora de quedarte embarazada. Normalmente acuden a nosotras las personas que se encuentran con dificultades, pero lo óptimo sería hacerlo antes, de tal manera que a la hora de engendrar te encuentres libre de traumas, barreras y cargas familiares. Y así dar luz a un nuevo alma desde la pureza y la estabilidad emocional.
Sonia Navajo – Psicóloga y Coach Crea-t
Ángeles Urrea – Psicóloga
fertilidademocional.com