Llevo impartiendo clases de yoga y meditación a lo largo de cuarenta y cinco años. He podido así, de primerísima mano, constatar hasta qué punto estas enseñanzas y métodos favorecen a toda clase de seres humanos, cualesquiera sea su edad, condición o raza. No dejan de sorprenderme, a pesar de haber transcurrido tanto tiempo desde que comenzara a impartir clases, los beneficiosos efectos que se desprenden de tales prácticas. No es de extrañar que en una encuesta que hicimos hace muchos años a trescientas personas, el noventa y cinco por ciento declarasen que recomendarían estas prácticas a todo el mundo.
Desde hace unos años la meditación va ganando imparablemente terreno en los países occidentales y todas las pruebas científicas y rigurosas que se llevan a cabo evidencian sus beneficios.
Según investigadores de la Universidad de California, la práctica del yoga y de la meditación disminuyen el riesgo de desarrollar múltiples patologías psicológicas y físicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares. La meditación alivia la soledad y baja la expresión de los genes asociados a respuestas inflamatorias del cuerpo.
Investigaciones llevadas a cabo por el doctor David Destendo (profesor universitario), apoyado por un equipo de la Universidad de Harvard, han demostrado cómo la meditación favorece los estados de virtud, armonía y compasión.
De acuerdo a una investigación realizada por Fadel Zeidan, del Centro Médico Wake Forest de Estados Unidos, la meditación, al influenciar el cerebro, alivia el dolor físico. Declara textualmente: «La meditación produce un efecto real en el cerebro y puede proveer una forma efectiva para que las personas reduzcan el dolor sin medicación».
Asimismo, la meditación juega un papel considerable como manantial de inspiración y sosiego para los artistas y son innumerables los pintores, escritores y músicos que se han abocado a la práctica del yoga y la meditación. Podemos destacar, entre los músicos, a Von Karajan, Yehudi Menuhin y Claudi Arrau.
Ramiro Calle
Director del Centro Sadhak