Cada modalidad de yoga se complementa y apuntala a las otras. Unos prefieren una ladera y otras personas, otra, de acuerdo a su temperamento, naturaleza básica de la mente y tendencias emocionales.
Un ser humano es un conjunto de elementos que conforman la organización psicosomática: cuerpo físico, cuerpo energético, órgano mental y sistema emocional. El yoga trabaja sobre las diferentes funciones de la persona. Al ser una entidad biopsicosocial, se trata de armonizarnos en cuerpo, psique y relación con los demás.
Podemos aprender, mejorar y humanizarnos. La consciencia puede elevarse y evolucionar. No hay por qué resignarse fatalistamente a las propias carencias. Aunque no debemos incurrir en falsas expectativas triunfalistas, un ser humano puede madurar y desde la aceptación consciente, poner medios para favorecer a los demás y a uno mismo.
Hatha yoga
Efectúa un minucioso trabajo consciente sobre el cuerpo, donde la corporeidad se utiliza como un medio para alcanzar la mente e incrementar la consciencia.
Nada se deja al azar; sus técnicas han sido verificadas ad infinitum. Las más esenciales son los asanas o esquemas corporales, el control respiratorio o pranayama, los mudras y bandas o procedimientos de acción neuromuscular y regulación de energías, y los shatkarmas o técnicas higiene y purificación.
Radja yoga
El yoga que apunta directamente a la mente para estabilizarla, transformarla, desarrollarla y liberarla de impedimentos y tóxicos, es el radja yoga, con técnicas como la concentración, la meditación, la visualización y la introspección.
Karma yoga
El yoga de la acción consciente y más desinteresada es el karma yoga, donde nos adiestramos para hacer lo mejor que podamos en cualquier momento y circunstancia, pero sin obsesionarnos por los resultados, que ya vendrán por añadidura. La acción atenta y diestra se convierte en una meditación en la vida de cada día. Se trata de vivir cada momento con consciencia y plenitud, conciliando los intereses propios con los ajenos.
Gnana yoga
Es el yoga que se sirve del discernimiento, para aprender a distinguir entre la personalidad y la esencia, lo banal y lo sustancial, lo importante y lo accesorio, la imagen y la propia identidad real.
Bhakti yoga
El bhakti yoga es para personas con tendencias místicas. No es ni mucho menos una religión o un culto. Invita a esa mirada interior para conectar, a través de la contemplación y el vacío, con “aquello” que está más allá del pensamiento ordinario, poniendo el énfasis en que la gracia no está fuera, sino dentro de uno mismo.
Otras formas de yoga son el kundalini yoga o yoga para aprender a desplegar la energía cósmica en el individuo y desarrollar su simiente de iluminación; el tantra yoga o yoga para aprender a manipular las energías y reorientarlas hacia lo incondicionado; el virya yoga o yoga del poder interior; el samadhi yoga o modalidad para unificar la consciencia y producir el éxtasis; el vidya yoga o yoga del conocimiento suprasensorial, y otras ramas yóguicas para activar los mejores potenciales del ser humano.
Cada aspirante llegará donde se proponga si se sirve de la motivación inquebrantable, la práctica asidua y el esfuerzo adecuado. Se nos han dado todas las técnicas oportunas y todas las enseñanzas fiables.
Este trabajo no es para holgazanes que aspiren a encontrar un gurú que haga el trabajo por ellos. Para entrar en la cárcel de uno de esos egocéntricos y avaros gurús de masas que se pavonean por el planeta mejor es quedarse en la propia, pero trabajar seriamente dentro de ella para un día poder abandonarla y saborear el inconfundible gusto de la libertad interior.
Ramiro Calle Escritor
Director del Centro Shadak