De nuestra capacidad de adaptación a las diferentes circunstancias que se nos van presentando en la vida, depende nuestra felicidad. Es así de sencillo: cuanto mayor sea nuestra capacidad de adaptación, mejor uso de uno mismo haremos y más felices y plenos nos sentiremos. Pero el hecho de ser flexibles y saber adaptarse a una nueva situación no es algo que nos venga dado, sino que es algo en lo que hay que trabajar; requiere de un autoconocimiento interior y de una serenidad que evite una reacción impulsiva y negativa o que lleve a una situación de estrés. Podemos decir que adaptación es sinónimo de felicidad.
La felicidad depende de nuestra capacidad de adaptación
Hay momentos en la vida en los que la capacidad de adaptación a imprevistos ya sean de tipo emocional (una separación, la pérdida de un ser querido…), físicos (una enfermedad, una lesión, una operación, un accidente…), económicos (pérdida del trabajo, del poder adquisitivo…) o materiales (pérdida de la vivienda o de un bien muy preciado), se ve mermada produciendo un estado de alarma en nuestro organismo que provoca un debilitamiento sustancial del sistema nervioso e inmunológico, provocando estados de apatía, angustia, melancolía, tristeza o desconsuelo.
Nuestra sabia naturaleza nos ofrece una serie de plantas medicinales, llamadas adaptógenas, que son muy útiles en el mantenimiento y restauración del equilibrio o lo que se denomina homeostasis positiva, situación que permite que los miles de billones de células del cuerpo humano permanezcan estables a pesar de los cambios que puedan ocurrir tanto dentro como fuera del organismo. Las sustancias adaptógenas de determinadas plantas nos proporcionan los nutrientes esenciales necesarios para que el cuerpo alcance un rendimiento óptimo físico, mental y emocional.
10 plantas adaptógenas
Ante momentos de cambios (esperados o inesperados), de esos en los que tenemos que estar al cien por cien de nuestras capacidades, es bueno reforzar el organismo con las plantas que a continuación os voy a comentar para contrarrestar de forma natural el estrés provocado por ese agente “extraño” que nos hace perder el equilibrio interior. Contar en nuestra despensa natural con plantas adaptógenas nos va a ayudar a restaurar la salud y la vitalidad de una forma saludable sin intoxicar ni acidificar nuestro organismo con agentes químicos, al mismo tiempo que nos va a hacer mucho más llevadero ese proceso de transformación en nuestra vida.
1.- Astrágalo (Astragalus membrenaceus). Muy usada en la Medicina Tradicional China, la raíz de astrágalo tonifica el Qi. Es un estimulante del sistema inmunitario y un gran antiviral. Ayuda a la recuperación de los pacientes débiles o que han sufrido una enfermedad o estrés prolongado. Aumenta la vitalidad. También se utiliza para prevenir y combatir el cáncer como coadyuvante y complemento.
2.- Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus M.). La raíz del eleuterococo actúa sobre el organismo favoreciendo su adaptación a las nuevas situaciones y mejorando su resistencia a las enfermedades. Suavemente estimulante, es perfecto ante cualquier estado de debilidad ya que estimula las defensas, mejora la circulación y tiene un efecto antifatiga. Es una planta muy útil en casos de sobreesfuerzo tanto en jóvenes como adultos. Mejora la capacidad de concentración y fortalece el sistema inmune innato.
3.- Ginseng (Panax ginseng). Es una de las plantas adaptógenas más conocidas y utilizadas. Su raíz estimula el sistema nervioso central y las suprarrenales. Se caracteriza por aumentar la resistencia a la fatiga, al estrés, al frío, al calor y al excesivo trabajo físico. El ginseng vigoriza y da sensación de bienestar. Ayuda al organismo a adaptarse a todo tipo de situaciones, regulando la secreción de adrenalina.
4.- Gingko Biloba (Gingko biloba). Las hojas de gingko aumentan la irrigación del cerebro, de ahí que sea una planta muy beneficiosa para mejorar la memoria y la función mental. El gingko es la planta perfecta para las personas mayores al contrarrestar los problemas de pérdida de memoria relacionados con la edad.
5.- Rhodiola (Rhodiola Rosea). Los efectos adaptógenos de la rhodiola ayudan a combatir el estrés y su extracto es realmente eficaz para paliar los síntomas de fatiga, depresión, ansiedad, insomnio o los traumas, ya que actúa sobre varios neurotransmisores como son la dopamina, la serotonia y la norepinefrina.
Las plantas adaptógenas son útiles para restaurar el equilibrio
6.- Schisandra (Schisandra chinensis). Es una de las grandes plantas tónicas y estimulantes de la Medicina Tradicional China. Junto a sus propiedades hepatoprotectoras, actúa como energizante y antioxidante. Es perfecta para administrar tras una intervención quirúrgica, ya que estimula el sistema inmune. A su vez, mejora el rendimiento físico y mental, aumenta la fuerza natural y contrarresta la fatiga.
7.- Uña de Gato (Uncaria tomentosa). Este regulador inmunitario adaptógeno, proporciona tanto aumento como disminución del sistema inmune según sea necesario. La uña de gato estimula la capacidad del cuerpo para producir células T y otros glóbulos blancos en cantidades adecuadas para combatir microorganismos o agentes extraños del torrente sanguíneo.
8.- Romero (Rosmarinus officinalis L.). Estimulante del sistema nervioso central, el romero es una planta tónica que sube el ánimo y que está indicada para personas con apatía, cansancio, astenia y depresión. Mejora la memoria y ayuda en el desarrollo del colágeno de la piel.
9.- Tomillo (Thymus vulgaris). El tomillo es tónico y energizante a nivel físico, emocional y mental. Muy útil para personas que se sienten cansadas, débiles y con astenia. Es una planta que, además, aporta coraje, da fuerza y vigor.
10.- Suma (Pfaffia Paniculata). Adaptógeno y tónico general, Suma es una planta revitalizante y regeneradora. Gracias a su alto contenido en germanio, es un gran oxigenador celular. Aumenta la producción de estrógenos y es cardioprotector.
¿Cómo tomar las plantas adaptógenas?
Aunque todas ellas pertenecen al grupo de adaptógenas cada una de ellas tiene sus propias características, de ahí que siempre sea necesario que un fitoterapeuta nos indique cuál es la más adecuada de acuerdo a nuestras necesidades para que el efecto sea realmente saludable. Las plantas están ahí siempre para ayudarnos, descubrir cuál es la que necesitamos en cada momento es, sin duda alguna, una fuente de salud natural que va a garantizar la homeostasis.
Celia Valenciano
Área de Comunicación El Vergel.
www.el-vergel.com