En la senda para el desarrollo y despertar de la consciencia, por un lado están las enseñanzas y, por otro, los métodos. Las enseñanzas nos abren el camino y los métodos nos permiten actualizar nuestros recursos internos para ir recorriéndolo. Sin embargo, es primordial comprender que ambos deben ser evaluados críticamente y llevados a la práctica diaria.
No se trata de asumir las enseñanzas ciegamente, sino de examinarlas con rigor y solo adoptarlas cuando evidenciemos que pueden ser efectivas. Como decía el sabio Shankaracharya: “la enfermedad no se cura gritando ‘medicina’, sino tomándola”. Esta frase resuena con la necesidad de aplicar lo aprendido para ver cambios tangibles en nuestra realidad.
Transportar las enseñanzas y los métodos a la rutina diaria es esencial. No se trata solo de dedicar un tiempo específico a la práctica, sino de cultivar una actitud de presencia en cada acción que realizamos. Es un esfuerzo continuo que enriquece tanto nuestra vida interior como nuestra interacción con el mundo exterior.
La Vigilancia: El Camino hacia la Autotransformación
Para facilitar este proceso, es fundamental vigilar nuestra mente, palabras y actos. A través de esta autovigilancia, aprendemos a regular nuestros pensamientos y acciones. Al observarnos a nosotros mismos, como bien decía Buda: “Si te estimas en mucho, vigílate bien”, nos volvemos más conscientes de nuestra naturaleza y de los patrones que necesitamos transformar para alcanzar una psique más armónica.
Descubriendo y Transformando Nuestros Rasgos
En este proceso, podemos:
- Identificar nuestros rasgos de carácter negativos y trabajar para debilitarlos.
- Abordar las emociones nocivas, aprendiendo a separarnos de ellas y a no permitir que nos dominen.
- Observar las reacciones basadas en el ego que surgen del apego y del odio.
- Fomentar un amor más consciente y desinteresado hacia nosotros mismos y hacia los demás.
- Eludir la autocompasión y el lamento, cultivando una disposición proactiva hacia la vida.
- Preservar la presencia del ser, desarrollando una consciencia auténtica de lo que somos.
El Arte de Abrazar el Momento Presente
Por último, abrirse al momento presente, sin quedar atrapados en viejos patrones mentales, es crucial. Es a través de esta atención consciente que podemos iluminar cada instante con claridad y calma, creando así una vida más plena y consciente. La transformación personal no es un destino, sino una exploración continua que nos lleva a un despertar constante.
Ramiro Calle
Director del Centro de Yoga Shadak y escritor