El Viaje Inconsciente: Descubriendo el Poder de las Constelaciones Familiares

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3,5 minutos de lecturaActualizado: 03/12/2024Publicado: 03/12/2024Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: , , , , , , ,

Cuando nos enfrentamos a bloqueos en nuestra vida, a menudo los percibimos superficialmente, como si observáramos la superficie de un lago tranquilo. Las constelaciones familiares nos permiten sumergirnos en las profundidades de nuestro ser, donde en realidad residen las causas de esos bloqueos.

El nivel aparente actúa como un espejo distorsionado de lo que está sucediendo más allá de lo visible. Así, muchas veces, nos frustramos al buscar soluciones que no están arraigadas en la verdadera naturaleza del problema. Es fundamental entender que el origen de nuestros conflictos se encuentra en un plano más profundo e inconsciente.

Constelar no implica que la situación se resuelva de manera estándar, sino que nos brinda la oportunidad de observar las dinámicas ocultas detrás de nuestras experiencias, incluso si no se ajustan a nuestras expectativas. Para adentrarnos en este proceso, es crucial adoptar una actitud abierta y una voluntad de salir de la zona de confort, conjurando una verdadera humildad.

Imaginemos a una persona que constela su relación con alguien a quien percibe como un agresor. La revelación más impactante podría ser que, en realidad, este individuo está proyectando actitudes de agresión hacia el otro, convirtiéndose en su propio espejo. Aquí, la toma de conciencia implica reconocer que la persona no es tan víctima como pensaba, abriendo la puerta a una transformación personal, esencialmente al entender que el cambio comienza desde uno mismo.

Las constelaciones nos dicen cuál es nuestro destino, entendiendo este concepto como los pasos que debemos dar para avanzar hacia una vida plena. Con frecuencia, cuando sentimos que no avanzamos, es porque nuestro ego se opone a aceptar nuestro destino. Es similar a intentar dirigir las olas del mar: en cuanto perdemos la conexión con la corriente y nos resistimos, nos arrastra. Sin embargo, cuando nadamos en armonía con la corriente, encontramos un lugar de calma dentro del océano de la vida.

¿Podemos realmente co-crear nuestro camino en la vida? El término “co-crear” ha cobrado popularidad, pero en el contexto de las constelaciones familiares, requiere una comprensión más profunda. Este proceso no es una varita mágica que asegura logros instantáneos, sino que revela nuestro verdadero destino y nos muestra cómo sanar trayendo a la luz desórdenes sistémicos.

Considere el caso de alguien que constela su enfermedad. La expectativa común puede ser que la sanación eliminara los síntomas físicos; sin embargo, la sanación real se produce al abrazar la enfermedad y aceptar el destino, incluso si este implica atravesar por un proceso doloroso.

Otro ejemplo podría ser una persona que lidia con un trastorno alimenticio. En una constelación, se revelaría que al buscar consuelo en los atracones, esta persona no está mirando a su madre, sino que proyecta búsqueda de amor y aceptación en ellos. Contrariamente a rechazar esta relación, la aceptación y el amor por la vida tal cual es, generan una fuerza interna para avanzar.

Cuando no aceptamos a nuestros padres tal como son, tendemos a exigir cambios a nuestro alrededor, generando frustración. No obstante, aceptar a nuestros padres conlleva a extender esa aceptación hacia el mundo, ayudándonos a vivir con mayor paz.

Una pregunta recurrente es: ¿cuántas constelaciones se necesitan para notar un cambio? Podemos pensar en la vida como un viaje con una mochila cargada de experiencias. Las personas con menos bloqueos suelen avanzar más fácilmente, mientras que otros enfrentan más desafíos. Es aquí donde el trabajo personal se vuelve crucial. Cada constelación tiene su propio mensaje, y a menudo, varias sesiones sobre el mismo tema revelan diferentes aspectos que confluyen en un síntoma común.

Finalmente, aceptar la vida tal como es, aunque implique cargar una mochila pesada, libera una rendición que puede cambiar radicalmente nuestra realidad exterior. Cuando ya no exigimos que la vida sea diferente, a menudo encontramos la paz que tanto anhelamos. Este es el resultado genuino de la aceptación: UNA VIDA EN PAZ.

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