Equipo Kiluz: Luz Domínguez y Enrique Repiso

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

10,8 minutos de lecturaActualizado: 25/09/2024Publicado: 24/09/2024Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: ,

«Ser artistas del Buen Vivir quiere decir saber buscar la mejor forma de expresar éso que nos hace únicos»

Luz Domínguez y Enrique Repiso son psicólogos y escritores. Llevan veintiocho años ejerciendo de formadores en Recursos Humanos, reducción del estrés, liderazgo participativo y comunicación; especializados en seminarios para educadores, personal sanitario y trabajadores sociales.

Dirigen la Escuela de Ecopsicología de España, y son fundadores del Centro de Desarrollo Personal Crisol y de «La Lobera de Gredos».

Acaban de publicar el libro «Aumenta tu Feliciadad Interior Bruta. Conviértete en un artista del buen vivir. (Edit. Los Libros del Olivo)

¿Que entendemos por buen vivir? Cada uno daríamos una respuesta a esta pregunta y seguro que todas son acertadas. Para los autores, vivir bien es felicidad, dolor el justo, la realizacion y la armonía con el entorno.

Este libro trata de eso: convertirse en un artista de la vida. La felicidad es posible, no es una quimera si aprendemos una serie de cosas, que no llevamos incorporadas: saber soltar lastre, aprender a afrontar retos, a distinguir el dolor del sufrimiento… y nos convertimos en verdaderos artistas de la vida.

Espacio Humano ha preguntado sobre éstos y otros temas, a Luz Domínguez y Enrique Repiso porque la felicidad es algo interesa todos.

¿Quién es el artista del buen vivir?

Todos somos potencialmente artistas del buen vivir y este es un proceso para toda una vida. Cada uno podemos colocar la vida plena en el centro de nuestras prioridades y aplicarnos a crear una bella obra de arte con nuestra existencia. Para nosotros un artista del buen vivir es el que sigue la guía de esta «estrella polar»: dolor el justo, felicidad y realización, en armonía con el entorno. Para vivir una vida buena es necesario escuchar a nuestro organismo, tener determinación y aprender. Somos juguetones y creativos por naturaleza, tenemos libre albedrío para elegir y capacidad de aprender.

¿Cómo llegar a expresar lo que nos hace únicos?

Esto alude a realización. Cada persona somos genuinos e irrepetibles y desarrollamos nuestra naturaleza en interacción con el entorno. Cuando nos expresamos tal y como somos experimentamos una satisfacción profunda y un sentido de realización. Ser artistas del buen vivir quiere decir saber buscar la mejor forma de expresar eso que nos hace únicos. Cuando lo hacemos así nos sentimos realizados. Para expresarnos en el mundo de forma genuina es necesario conocer nuestra naturaleza, saber quien somos y aplicar la creatividad y la voluntad para hacer realidad nuestras ilusiones, nuestros sueños y nuestra misión. Realizarnos es hacer que nuestra semilla se despliegue y que lo posible ocurra.

¿En quién pensabais cuando escribisteis este libro?

En todas las personas que habitamos este planeta. Todos los nacidos nos enfrentamos con el reto de vivir bien nuestra vida. Alguna personas sienten fuerte la llamada hacia el buen vivir y ellas estarán especialmente preparadas para recibir estos mensajes. No es un libro para especialistas es un libro para todos.

Decís: «Dolor, el justo», pero nuestra cultura muchas veces no distingue entre dolor y sufrimiento ¿qué diferencia el dolor del sufrimiento?

El dolor es natural, nos apoya en la sobrevivencia y en el aprendizaje hacia la felicidad y la realización. Pero el dolor es una estación de paso, no un destino o lugar en el que vivir. El dolor es útil como aviso. Lo funcional es escucharlo, aprender, iniciar la acción correcta y soltarlo. El dolor es un aviso útil hacia la acción correcta. Esta es su función y más allá de esto, es un lastre innecesario.

El sufrimiento se produce cuando nos quedamos atascados en el dolor y no hacemos lo necesario para corregir el desequilibrio. Afirmamos, en una estimación, que el 80% del dolor en el mundo es gratuito e innecesario y se podría evitar (el 100% si llegas iluminarte). Con mayor inteligencia emocional sufriríamos menos como individuos y como especie y produciríamos menos dolor a otras especies. No hemos venido a esta tierra a sufrir. Vivir conlleva el dolor, que nos ayuda a sobrevivir, pero a esta tierra hemos venido a ser felices, a gozar y a realizar las potencialidades de nuestra naturaleza. Para ello necesitamos aprender. Los errores son resultados de los que podemos extraer valiosas conclusiones. Podemos ser tolerantes, estamos en el camino.

Nuestro reto como especie es crecer en sabiduría emocional y espiritual.

¿Hasta qué punto los elementos químicos internos del cerebro, regulan nuestros estados emocionales?

Los estados emocionales están mediados por sustancias químicas naturales. Nuestro organismo está equipado con un arsenal químico interno que induce estados de bienestar: endorfinas, serotonina, oxitocina, dopamina… Estos mediadores químicos propician estados de ánimo positivos y la buena noticia es que nosotros, a través de nuestras elecciones, concretamente eligiendo nuestro estilo de vida, podemos inducir la generación de las drogas de la felicidad en nuestro cuerpo. Por ejemplo, las endorfinas, que producen sensaciones de vitalidad, energía alta, alegría, analgesia y refuerzan el sistema inmunitario, aumentan cuando realizamos actividades que nos gustan y concretamente todas las actividades que mueven la sangre por las venas, deporte, música, bailar, cantar, reírse, la comunicación fluida, el buen sexo…

¿Es posible entrenarse para ser feliz o estamos determinados por nuestros componentes químicos y nuestras circunstancias externas: familiares, sociales, de pareja?

La vida plena se cultiva con nuestras elecciones. Se puede aprender a gestionar de forma útil el dolor, sin permanecer en él más tiempo del necesario. Podemos apoyar la felicidad entrenando nuestra concentración en el presente, aceptando y amando lo que es y disfrutando de las pequeñas cosas. Nos realizamos cuando elegimos estilos de vida que nos sientan bien y creamos nuestros sueños y nuestra misión…Con nuestras elecciones creamos la calidad de nuestra existencia.

La realización, uno de los componentes de la vida plena ¿de qué está hecha?

La realización supone conocernos y expresarnos en el mundo creando nuestros sueños y nuestra misión. Cuando escuchamos nuestra naturaleza y somos fieles a ella sentimos una satisfacción profunda. La realización requiere del tiempo lineal, determinación, voluntad y aprendizaje.

Hacéis referencia al Yo Orgánico, con mayúscula ¿qué es el Yo Orgánico?

Los sapiens estamos dotados de un Centro Guía, conectado con la totalidad del organismo, que tiene la misión de elegir, aprender y volver a elegir. En nuestro libro utilizamos la alegoría del jinete, el caballo y el sol. El que elije es el jinete, que lleva las riendas y dirige la acción. Llamamos Líder Orgánico al buen jinete. Este centro guía elije escuchando al organismo, en todas sus facetas, y teniendo en cuenta al entorno. Es la parte de nosotros más sabia. Elije hacia el bien más elevado: «bueno para mí, bueno para ti, bueno para el entrono». Para activar nuestro Líder Orgánico es necesario ser conscientes, aprovechar la oportunidad de la «pausa» que nos permite nuestro neocortex y aprender de los resultados. El Líder orgánico es como un buen director de orquesta y busca el bien superior integrando armónicamente todas las partes.

¿Qué es la Ecopsicologia?

Es un campo de conocimiento que une Psicología y Ecología y contempla al individuo en relación con el medio. La Ecopsicología constata que la desconexión de la naturaleza genera sufrimiento innecesario en las personas y destrucción ecológica en nuestro planeta. Propugna la reconexión con la natura (comenzando por el propio cuerpo) para recuperar vitalidad, vínculos emocionales y orientación. Somos naturaleza y formamos parte de la vida. Recuperar las raíces nos aporta fortaleza y despierta nuestro sentido de conexión con todo lo que está vivo. Desde ahí resulta natural cuidar la vida, como resulta natural cuidar lo que amas.

Por un lado parece que la vida está exigiendo del hombre actual un despertar hacia la unidad y a profundizar en un concepto de fraternidad, pero por otro lado existe un gran individualismo y separación ¿cómo dar cabida en la vida al corazón, al vínculo amoroso que nos conecta con la vida y anula las separaciones?

Nuestra cultura está presidida por los valores del patriarcado: separación de la naturaleza, priorización de la individualidad, uso de la fuerza como forma legitimada para obtener dominio…

Vivimos en la Cultura de la individualidad. Sin embargo, somos mamíferos y necesitamos del vínculo como del aire. Y somos la vida a la que estamos unidos desde el origen de los tiempos. Necesitamos la individualidad y necesitamos los vínculos, necesitamos la libertad y necesitamos del amor en un nuevo equilibrio. Nuestra cultura necesita recuperar los vínculos con la vida y superar la locura de la desconexión. La biofilia es amor por la vida, está en nuestros genes y de una forma natural despierta nuestra sensibilidad hacia el bienestar de lo otro. ¿De dónde procede esta tendencia vinculativa? Edward O. Wilson explica que compartimos más del 90% de nuestros genes con otras formas de vida y que esto nos crea un amor de familia hacia ellas.

La Ecopsicología con sus ejercicios, métodos y propuestas nos abre al desarrollo de la biofilia que nos es connatural pero que está adormecida.

Me ha parecido muy acertada la alegoría de la danza y las relaciones. Hay personas que bailan muy mal al igual que hay personas que se relacionan muy mal. Utilizamos años en aprender materias profesionales que muchas veces no llegamos a utilizar. ¿Por qué no se utiliza más energía y tiempo en aprender a tener buenas relaciones personales, sabiendo, como sabemos a un nivel experiencial lo importante que son para nuestra felicidad? ¿qué obstáculos aparecen en nuestra mente o en nuestros sentimientos?

Si, si y si. Necesitamos dedicar más atención y energía al cultivo de relaciones de calidad. Deberíamos aprender inteligencia emocional en las escuelas, en las universidades, en cualquier profesión. Merece la pena aprender a cultivar relaciones de calidad. Puede haber personas mejor dotadas por la genética y por la infancia para la danza y para las relaciones, pero todos podemos aprender a danzar y a relacionarnos mejor. En todos los estudios que se han realizado, las relaciones de calidad, empezando por la relación por nosotros mismos es el factor que más correlaciona con la felicidad.

Llevais casi 30 años años trabajando a favor de que la persona sea más feliz ¿qué es el Proceso Kiluz que utilizáis como metodología del trabajo?

Es un itinerario para «estar a gusto en tu piel» y «crear la vida que quieres».

La primera parte va dirigida a : «Estar a gusto en tu piel» (felicidad) y seguimos el siguiente procedimiento:

*Tomar conciencia

*Sanar a través de «pasadizos» cognitivos y energéticos

*Mirada apreciativa (valoración y agradecimiento)

La segunda parte va dirigida a «Crear la vida que quieres»(realización) y seguimos el siguiente itinerario:

*Elegir

*Cultivar

El clima grupal de apoyo y afecto es un ingrediente fundamental en este proceso.

Trabajamos en La Lobera de Gredos, un espacio silencioso y de naturaleza virgen diseñado para conectarse con la naturaleza, empezando por el propio cuerpo.

En este práctico libro hacéis un recorrido sistémico por todo lo que acerca y aleja al hombre de la felicidad para la que ha sido creado ¿cuál sería el primer paso a dar, cual si fuera un camino de peregrinación que recorrer?

Lo primero es poner la felicidad en el centro y la vida plena como nuestro norte. Lo primero es querer, saber que podemos y alinearnos con ese propósito. Dar prioridad a lo que verdaderamente importa y que esto se convierta en nuestra estrella polar. Que nuestra vida sea regida por ese norte y que nuestra elecciones y acciones se dirijan hacia esa dirección: dolor el justo, ser felices aquí y ahora y ser fieles a nuestros sueños y a nuestra misión y estar dispuestos a aprender. Aprender a «danzar» armónicamente, con nosotros mismos, con las otras personas y con la naturaleza de la que formamos parte.

¿Queréis añadir alguna cosa más?

Una vez que elegimos con determinación el buen vivir es importante el cultivo la «buena mirada» hacia la vida y las personas, la apertura de corazón, el cultivo de la alegría de vivir y la acción correcta.

¿Puede haber un arte más bello que construir una vida plena? Podemos, tenemos opciones, la vida nos ha regalado las herramientas. Es el momento. Hagámoslo.

M.F.G.G.

Comenta este artículo

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!