Cuando tomamos conciencia de quienes somos y actuamos con coherencia, todas nuestras células reconocen esa coherencia.
Nuestra coherencia ha de ser total en la vida: en nuestras acciones, en lo que pensamos y en lo que sentimos.
La emoción que activa la coherencia corazón-mente es la gratitud, capaz de cambiar la forma en que percibimos el mundo.
Tras muchos años practicando la Técnica Metamórfica y desarrollando el Masaje Celular, siento que en mi función de terapeuta también las dos técnicas han actuado en mí llevándome hacia un camino de transformación. Ahora ha llegado el momento de impulsar más el trabajo que comenzamos en el año 1998 en la Fundación ANDE para personas con discapacidad psíquica; ellas nos mostraron otra forma de hacer metamórfico a la que llamamos Masaje Celular.
Cuando miramos los acontecimientos que hemos vivido con perspectiva entendemos que lo que nos ha sucedido tenía que ser así para que llegáramos al punto en el que hoy nos encontramos. La inspiración nace del trabajo y el aprendizaje, y este es el momento de dar un nuevo paso en el Masaje Celular con una visión mucho más completa que seguirá creciendo a medida que profundice en él. Todo se va conectando, y cuando veo cómo actúa siento que aún queda mucho por investigar.
El tratamiento se realiza principalmente en la espalda y la cabeza, porque es donde se sitúan los centros de energía Chakras que permiten pasar información desde el cuerpo sutil que nos envuelve, donde el científico Rupert Sheldrake ubica los campos morfogenéticos que serían nuestros planos de construcción, hacia las glándulas del cuerpo donde se produce el intercambio de información más importante gracias a las hormonas y neurotransmisores.
Aunque todavía es una teoría son muchas las razones por las que se plantea que el campo morfogenético no sólo contiene los planos originales de lo que somos como especie sino también es donde se localizaría la conciencia de especie que nos conecta a todos los individuos, permitiendo que cuando un número determinado de ellos aprenda algo nuevo los demás lo hagan también sin necesidad de haber estado en contacto.
En la Técnica Metamórfica trabajábamos la columna vertebral y la cabeza en las zonas reflejas de pies y manos conectándolas con los nueve meses de gestación y las vivencias de la persona a través de la madre. El Masaje Celular trabaja directamente espalda y cabeza, a través de los chakras; también pasando energía hacia otras zonas como por ejemplo: caderas, órganos como hígado y bazo; diafragma, costillas, escápulas, hombros; recorriendo todo hasta la cabeza.
Al igual que en metamórfico esas zonas de columna nos pasan información de bloqueos que sucedieron en el vientre materno durante los nueve meses de gestación que dejaron una impronta en las células y estas a su vez en los tejidos que forman. Nuestro trabajo consiste en ayudar a las células a recuperar su memoria original y su conciencia, no la impronta o patrón que recibieron.
También podemos tratar los bloqueos que se generan a lo largo de la vida que pueden venir de los patrones que traemos heredados o de traumas impactantes que hemos vivido.
La pregunta de que cómo es esto posible no se puede responder desde el estudio de la biología que aprendemos todavía hoy en las facultades, basada en las teorías neodarwinistas de la evolución o en la física de newtoniana. Hay que introducir la nueva visión cuántica capaz de explicar fenómenos como por ejemplo el que en un momento del desarrollo embriológico, concretamente a los 24 días de gestación, una célula embrionaria comience a latir y a partir de ella se forme el corazón y el sistema vascular. ¿Quién da la orden a esa célula concreta?
En biología se explicaría que en el ADN se activan determinados genes y ya sabe que tiene que latir y formar el corazón. Y yo pregunto: bien y ¿quién activó a los genes? Ellos no tienen conciencia de que son corazón y sin embargo sólo forman el corazón, no forman otro órgano.
Según el Dr. Amit Goswami, para explicar el fenómeno de la morfogénesis, cómo un embrión que comienza siendo una sola célula crece hasta convertirse en un organismo biológico completamente diferenciado, hay que recurrir al cuerpo vital no físico o campo morfogenético, situado fuera del núcleo celular, que dirigiría los programas de morfogénesis ya que el embrión se va expandiendo por división celular haciendo una réplica exacta de sí mismo con el mismo ADN y los mismos genes. Por tanto para que tengamos la apariencia de los individuos de nuestra misma especie tiene que haber un programa fuera del núcleo de la célula que dé las órdenes para conformar los diferentes tejidos, y ese programa tiene que existir en el campo morfogenético.
Los puntos de nuestro cuerpo físico donde se percibe más la energía vital son los chakras y, si observamos, vemos que se sitúan cerca de órganos importantes. Esto se podría entender como que los chakras son las zonas donde se interpretarían los mapas desde el cuerpo vital al cuerpo físico, y si por alguna razón un chakra funciona mal el órgano representado también lo hará.
Cada célula está conectada con ese campo morfogenético que le da instrucciones y, a través de campos electromagnéticos, se activan los receptores de membrana que son pequeñas cadenas de proteína que reciben la información. Al igual que la antena de un televisor que recibe las frecuencias e interpreta y emite diferentes canales, la célula formará un órgano u otro. Todo lo que ocurra a su alrededor le va a influir y eso a lo largo de la vida celular va dejando una impronta, como si hubiera sido vacunada, para que actúe de manera determinada si vuelve a verse en las mismas circunstancias; eso crea un patrón que heredarán las diferentes células en las que se va dividiendo.
Un patrón puede venir marcado desde nuestros ancestros, no sólo de lo que hemos vivido nosotros.
Hace unos años tuve una alumna que estudiaba Medicina Tradicional China. Me dijo que el primer meridiano que se forma en el desarrollo embriológico era el de corazón. Si unimos corazón y mente tendremos la conexión de la conciencia al cuerpo a través del amor. También la Medicina China dice que corazón controla mente (o meridiano de corazón debe controlar al pensamiento).
En el masaje Celular y a través de nuestras manos introducimos con la intención frecuencias que van a interferir con el patrón de frecuencias de la persona ayudándole poco a poco a transformar su forma de percibir la vida (activamos otros receptores de las membranas celulares que todavía están ahí). Es como darle la libertad al cuerpo para resetearse, volver a su campo morfogenético y retomar el patrón original con todo su potencial.
Todo esto conlleva un trabajo importante, ya que nosotros mismos nos boicoteamos porque el patrón que tenemos está tan anclado en el subconsciente que aunque lo reconozcamos no podemos conseguir que cambie.
Hay una parte del Masaje Celular que ayuda mucho: la coherencia corazón-corazón que se establece cuando el corazón del terapeuta y el del paciente laten a la par. En ese momento se entra en coherencia y la frecuencia de uno y otro se hacen “una”, transmitiendo el terapeuta su estado de Paz Interior y escucha.
Es importante que también el terapeuta trate de dejar fuera de la sala de consulta sus problemas, por eso necesitamos trabajar mucho con la meditación y vaciar la mente. Ese estado no dura todo el tiempo que dura la terapia, pero con que lo haga unos instantes es suficiente para romper patrones a través de esa conexión.
Carmen Benito Rico
Licenciada en Biología
Directora del Centro de Bioestética Carmen Benito
www.carmenbenitobioestetica.com
Masaje metamórfico. Conciencia celular. Terapias
carmen_benito_rico@hotmail.com