Normalmente, todas las personas hemos sentido en algún momento esas ganas enormes de cambiar el rumbo de nuestras vidas.

Hartos de muchas cosas que nos rodean, de la ciudad, de nuestros amigos y, hasta de nuestro ambiente familiar o, simplemente por ser personas ansiosas de nuevas aventuras, hemos soñado con partir y dejarlo todo atrás, ir a cualquier otro lugar y comenzar una vida nueva.

 


Todos alguna vez hemos fantaseado con abandonarlo todo y huir a otro país


 

Todos alguna vez hemos fantaseado con abandonarlo todo y huir a otro país, tal vez mejor, e iniciar una nueva etapa, una nueva vida, dejando todo aquello que nos agobia, esa monotonía, problemas y responsabilidades.

Queremos sentir ese deseo incontrolable de darle un giro a nuestra cotidianidad y huir en busca de un paraíso donde nos sintamos mejor y donde creamos que no existen los problemas.

Esto es un sentimiento que muchos hemos atesorado alguna vez en nuestro interior. Es un sentimiento tan íntimo que no somos capaces de comunicarlo, y que, si nos auto examináramos, conseguiríamos averiguar que ha estado latente en muchas circunstancias de nuestra vida.

Síndrome de Gauguin

Este sentimiento o deseo se denomina Síndrome de Gauguin, el cual es inspirado por la historia de Paul Gauguin, quien fue un famoso pintor francés que se sintió impulsado por la necesidad de hacer un cambio de vida de 180 grados.

Huyendo de todo, incluyendo la ruidosa civilización europea, llegó a Tahiti, isla de ensueño donde cualquiera quisiera escapar, encontrando el paraíso muy lejano que tanto anhelaba. Y desde la isla principal de las Polinesia Francesa se dirigió a Hiva Oa, una pequeña isla situada en el Archipiélago de las Marquesas.

Esta hermosa isla inspiró a Gauguin a pintar muchísimos cuadros, donde plasmó la naturaleza y el paisaje de la isla.

Pero a lo largo de su estancia, se enfermó y pasó momentos difíciles, tanto económicos como personales, que lo llevaron a un intento de suicidio. Luego de su muerte, fue un pintor postimpresionista reconocido y respetado.

Al final de todo, no se trata de tener mala o buena suerte. Lo importante es ser honestos con nosotros mismos e identificar qué es lo que realmente queremos o anhelamos de verdad.

Así que, cuando sientas ese impulso por dejarlo todo para marcharte y empezar de nuevo, piensa también en el precio que le toco pagar a Gauguin por cumplir su sueño.