En los meses de diciembre y enero podemos ver este magnífico árbol fructificando. Es admirable y singular ver a las plantas y árboles que en el momento de menor luz y más oscuridad florecen o fructifican, lo que nos da pistas de su fuerza y fortaleza.
El olivo es un árbol ligado al ser humano desde hace miles de años y sagrado en muchas culturas. Fruto de las civilizaciones asentadas en torno al «Mare Nostrum», los olivos han llegado hasta nuestros días como testigos de nuestra historia.
España, primer productor mundial de aceite de oliva, con una superficie de 2,5 millones de hectáreas y más de 300 millones de olivos, posee miles de ejemplares milenarios que se han convertido en objeto de deseo de muchas personas que no dudan en pagar fuertes sumas de dinero por hacerse con uno.
Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha determinado que el olivo conocido como ‘la Farga de L’Arion’, en Ulldecona (Tarragona), tiene una edad estimada de 1.701 años y se habría plantado, por lo tanto, en el 314 d. C., en el mandato del emperador Constantino I (306-337 d.C.). Este olivo es el árbol fechado más antiguo de la Península y está asimismo entre los más viejos de todo el mundo.
El olivo es un árbol ancestral de todo el Mediterráneo y muy valorado especialmente por el pueblo griego. La ciudad de Atenas tenía como centro del templo dedicado a la diosa Atenea, al olivo. La Acrópolis de Atenas guarda el olivo sagrado descendiente de aquel original y hoy en día podemos ver los olivos rodeando la grandiosa Acrópolis en Atenas.
En la antigua Grecia el olivo estaba considerado como un árbol sagrado que simbolizaba la inmortalidad, la vida, la victoria, la fertilidad y la paz. Por eso simbolizaba a la ciudad de Atenas y a la diosa Atenea, con su casco reposando sobre su lanza, es decir la inteligencia, la razón por encima de las armas y de la violencia. Por eso las ramas del olivo transmiten un mensaje de paz y tolerancia entre los pueblos.
En Olimpia los vencedores de los antiguos Juegos Olímpicos, eran coronados con ramas de olivo y su cuerpo ungido con su aceite.
El olivo era muy preciado por su fruto ya que la aceituna que era uno de los alimentos básicos de la dieta griega. Además de alimento fruto, el aceite obtenido de su presión ha sido grandemente valorado por todos estos pueblos mediterráneos tanto entonces como en los días actuales.
El aceite de oliva de primera presión en frío es una grasa de excelentes cualidades nutritivas por su equilibrada composición en ácidos grasos, especialmente en el monoinsaturado ácido oleico muy estable y cardiosaludable, por lo que es importante su presencia en la dieta habitual. Su aceite es un condensador de luz en medicina mágica y operaciones alquímicas.
Además este aceite en uso exterior tiene excelentes cualidades emolientes y reparadoras sobre la piel. Forma parte desde el pasado de recetas y remedios para la piel como el cerato de Galeno, a base de cera de abeja y aceite de oliva, el aceite de hipérico elaborado por la maceración de flores de hipérico en aceite de oliva virgen, o el bálsamo samaritano a base de aceite de oliva y vino de calidad.
En fitoterapia se utilizan las hojas de olivo que son de color verde acerado, gris en el envés. Las hojas son perennes y tardan en renovarse de uno a cuatro años, por ello veremos siempre al olivo con todas sus hojas. Se recogen en junio.
Infusión de hojas de olivo. Esta infusión tiene cualidades hipotensoras, diuréticas, antiinflamatorias, antidiabéticas, y relajantes. 60 gramos de hojas por litro de agua. Tomar de dos a tres veces al día.
Flores de olivo El olivo posee unas flores pequeñas blancas perfumadas de color blanco puro, que se agrupan en racimos y de pétalos muy firmes.
En el sistema floral del Dr. Edward Bach, la flor del olivo se relaciona con demanda extrema de energía: la Paloma portaba una rama olivo en el diluvio (Génesis), Jesús subía a descansar al monte Ararat en busca de paz y energía o se retiraba a orar al huerto de los olivos en Jerusalén, donde aún hoy ocho olivos de más de 2000 años.
El elixir florar de olivo se recomienda en estados de sobresfuerzo físico y mental, para quien no sabe medir sus fuerzas y sus límites.
Cómo preparar aceitunas en salmuera. El fruto del olivo conservado y fermentado en salmuera es un alimento probiótico típico de los pueblos del mediterráneo. Aporto una receta que se ha pasado de padres a hijos en un pueblo del Alentejo portugués:
Se ponen en agua las aceitunas enteras sin cortes cubiertas con agua y se dejan tapadas durante un mes en un recipiente de cuello estrecho. Ha de ser agua natural sin tratar.
Hay que abrir de vez en cuando el recipiente para dejar salir el gas. Poner una señal en la línea donde llega el agua. Pasado el mes quitar ese agua, lavar las aceitunas, y rellenar hasta esa señal con agua e ir añadiendo sal marina.
Para saber la cantidad de sal necesaria poner un huevo y cuando flote sobre el agua con la sal esta será la cantidad necesaria. Quitar el huevo y poner las aceitunas y dejarlas un mes o más. Ahora se pueden añadir hierbas aromáticas al gusto como ajo, laurel, orégano, pimienta, tomillo.
Palmira Pozuelo
Farmaceutica naturista
palmirapozuelo.com