Tu pareja es tu maestro
La relación de pareja no siempre es sencilla, puesto que implica que se lleve a cabo un proceso de consciencia y de responsabilidad, conduciendo inevitablemente a un proceso personal convirtiéndose así la pareja en un gran maestro.
Lo que nos muestran los conflictos.
Los conflictos, en realidad están tratando de equilibrar los desequilibrios inconscientes, tratando de encontrar una armonía sistémica, aceptando e incluyendo lo que el pasado no lo fue. Los conflictos, además se manifiestan por repetición en el inconsciente, es decir aquello que está en desequilibrio se repetirá en este caso con menos fuerza, para encontrar el equilibrio.
El problema, es que no siempre se consigue comprender lo que los así llamados conflictos o síntomas están tratando de comunicar ni de equilibrar, puesto que para ello es necesario encontrar el origen del conflicto, aceptarlo, incluirlo y reprogramarlo.
Conflictos comunes:
- Cuando la pareja no aparece. La ausencia de pareja, se convierte en un conflicto en sí mismo, proporcional al deseo de querer tenerla. Es entonces cuando surge la frustración y un malestar significativo, atribuyéndose a la conducta o personalidad. En cambio, el motivo se encuentra en el inconsciente y para cada persona puede variar significativamente, dependiendo de lo sucedido. Por ejemplo, para alguna persona puede estar asociado a un abuso sexual, para otras a una creencia implantada en la infancia o por repetición de lo sucedido con algún ancestro.
- No conseguir sostener una relación de pareja en el tiempo. En las relaciones esporádicas y puntuales que crean un patrón repetitivo, la persona suele tener un sentimiento de no ser amado, de decepcionar a las personas, sintiendo malestar e inseguridad pensando que está haciendo algo mal y que por ello no consigue sostener la relación de pareja deseada. Se ha de comprender lo que dicho conflicto está queriendo manifestar para poder así sostener una relación de pareja a largo plazo. Por ejemplo, una persona que no quiere ver su sombra, podría encontrar un patrón de huida rompiendo así las relaciones.
- Discusiones frecuentes, traiciones, malestar en la relación. Sufrimiento generan las discusiones recurrentes, puesto que normalmente generan tensión, estrés y sentimiento de incomprensión. Un conflicto, muestra algo que en ambos ha de ser trabajado o en sus sistemas familiares, puesto que están proyectando el uno sobre el otro sus propias heridas, de las cuales cada persona ha de ser responsable, para así poder conseguir disolver el conflicto, desde un rol adulto. En este caso, habría que ir a la infancia e investigar qué traiciones o disputas hay en el árbol genealógico o si hay ancestros involucrados en guerras.
- Falta de compromiso e implicación. La falta de compromiso e implicación por parte de la pareja es muy doloroso, para la persona que lo vive, pues no se siente tenido en cuenta y amado. Sumamente importante, es observar el vínculo creado con la madre y consecuentemente con el padre, para ver como uno se vincula, su forma de comprometerse e implicarse y por lo tanto lo que en la pareja se proyecta, aunque también podría tener su origen en la infancia o en el sistema familiar dependiendo de la persona.
- Adicciones emocionales. Es muy doloroso, pues se vive la relación de pareja como una adicción, generando un profundo malestar, entre estar y no estar con la pareja eligiendo permanecer en pareja en una relación poco saludable. Se vive una ambivalencia, una incoherencia basada en la inseguridad y dependencia. Se ha aprendido a amar y a vincularse, de forma poco adecuada, habiéndose activado una memoria inconsciente que se proyecta sobre la relación de pareja.
- Patrones repetitivos. Los patrones repetitivos son muy frecuentes, más de lo que se desearía que fuesen, generando habitualmente malestar puesto que no se comprende desde un punto de vista inconsciente lo que están tratando de manifestar y para qué. Detrás de un patrón repetitivo hay un mensaje que está tratando de ser visto y resuelto, y al no ser la persona consciente, se vive con sufrimiento y dolor.
Ante estos conflictos listados anteriormente sería conveniente analizar y trabajar:
- El embarazo y el nacimiento y la infancia.
- La relación con los padres.
- El origen en el árbol genealógico.
- Equilibrar el sistema familiar.
Finalmente se requiere reprogramar los desequilibrios y las creencias.
Tu pareja es tu maestro
Gracias a la pareja, se abre la oportunidad de ver reflejados los conflictos internos y poder así resolverlos desde la toma de consciencia, la responsabilidad y la aceptación, siendo un proceso que genera un inmenso crecimiento interno. Al convertirse la pareja en un espejo reflejando la sombra, le permite a uno conocerse mejor encontrando así un encuentro más honesto, sincero y real consigo mismo gracias al impulso de mejorar en la relación de pareja.
La magia en la relación
Surge la magia, cuando ambas personas consiguen ver más allá de las heridas y tomar responsabilidad sobre ellas, viendo cada conflicto como una oportunidad para mirar hacia el interior, para evolucionar y encontrar el equilibrio desde un punto de vista inconsciente, siendo solamente así como uno podrá estar en paz y disfrutar de una relación de pareja satisfactoria.
Un camino de consciencia
Es por ello que cabe recordar la importancia de realizar el camino de forma consciente, para que cada experiencia potencie un amor realista y no desuna. Es así como los miembros de la pareja pueden convertirse en compañeros del camino y encontrar la armonía en pareja.
Marta Cela Álvarez
Psicóloga colegiada