Los ciclos biológicos y su valor terapéutico

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5 minutos de lecturaActualizado: 23/09/2024Publicado: 22/10/2018Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: ,

En la naturaleza encontramos que todo se va repitiendo cíclicamente: los ciclos lunares, los solares, las estaciones, las mareas, las menstruaciones, etc. Es una realidad que nuestro mundo y nuestra biología funcionan por ciclos

Por “ciclo” entendemos un periodo de tiempo que, acabado, vuelve a contar de nuevo. También la serie de fases por las que pasa un fenómeno físico periódico hasta que se reproduce una fase anterior. En términos más sencillos podríamos decir que se trata de “algo” que se repite cada cierto tiempo.

Basándose en la observación de estos hechos, el psicooncólogo francés Marc Frèchet formuló la hipótesis de que el ser humano, probablemente, también tendría la capacidad de almacenar a nivel celular la memoria de determinadas fechas relacionadas con acontecimientos y emociones importantes en su historia que han dejado una marca positiva o negativa, y repetir cíclicamente un estado o hecho que reproduce análogamente esas memorias.

Por ejemplo, si vivo una pérdida dramática a los 7 años, en el mes de noviembre y eso me produce una tristeza profunda que no integro adecuadamente, puede ser que, pasados los años, aunque haya olvidado aparentemente ese acontecimiento, todos los meses de noviembre me pueda seguir sintiendo melancólico sin ninguna razón o, también, que cada siete años viva situaciones de pérdida, aunque sea en otros contextos de mi vida.

Entonces vemos que el ser humano se presenta como cíclico al igual que la naturaleza de la que emerge y como esa naturaleza está sometida a ciclos, también el ser humano se ve inmerso en ellos, quedando organizada su vida, física y psíquica, cíclicamente, por la mediación celular.

Frèchet llamó a esto “ciclos biológicos celulares memorizados” y mencionó la importancia terapéutica de dos principales:

  • Ciclo vertical o de autonomía: nuestra primera manifestación autónoma tiene lugar con el nacimiento ya que, hoy se sabe, que el bebé es quien realmente provoca el parto. La segunda autonomía tendrá lugar en el momento en que puedo hacer mi vida de forma independiente económica y socialmente (empezar a trabajar, ir a estudiar fuera, vivir fuera de la casa paterna, etc.). También si mueren los padres de forma temprana esa será la edad a tener en cuenta, puesto que ya no pueden ocuparse de uno. En esa edad se instala el ciclo de autonomía.

Un conflicto no resuelto en el periodo entre el nacimiento y esta edad se reproducirá, en forma analógica, en edades equivalentes en la repetición del ciclo de autonomía. Por ejemplo, una niña cuyo padre la deja a ella y a su madre cuando tiene 5 años y cuya segunda autonomía sucede a los 18, puede que sufra un abandono por parte de una pareja cuando tenga 23 años (18+5) y algo semejante a los 41 (18+18+5), y así sucesivamente hasta que integre su conflicto original en el primer ciclo (entre el nacimiento y la segunda autonomía).

Si una persona duda entre dos fechas respecto a su autonomía, podemos construir los dos ciclos y observar cuál es el que cuadra con la repetición de los problemas.

  • Ciclo horizontal: toma el momento de manifestación de un síntoma físico o emocional concreto y busca el origen de la programación o shock inicial dividiendo progresivamente la edad de aparición entre dos. Esto dará impactos repetitivos en las edades fruto de dicha división.

Por ejemplo, en una persona que sufre un cáncer a los 60 años es muy probable que encontremos eventos que se relacionan con dicho problema a los 30, a los 15 y a los 7 años y medio.

El sentido biológico de la repetición es darse a uno mismo una segunda oportunidad para resolver el problema, dado que la intención inconsciente es siempre positiva, aunque, en realidad, me haga daño en la vida. No hay que olvidar que sobrevivir es adaptarse y que para ello tenemos que encontrar una solución adecuada a los conflictos que se originan en nuestra interactuación con el medio. Por tanto, con cada repetición estoy intentando reparar un daño, algo que no se ha resuelto.

A veces encontramos que cada persona puede hacer el anclaje en fechas o edades concretas sin relación aparente con los ciclos que hemos descrito, por eso el trabajo tiene que personalizarse y ver cómo ha relacionado la persona en el tiempo los acontecimientos de su vida. En otras ocasiones vemos que la repetición se realiza en base a fechas de shock transgeneracional y entonces tendremos que buscar en el árbol genealógico qué pasó a un antepasado en ese mes o día concreto.

Es curioso cómo podemos atraer a nuestra vida a una pareja que reproduce alguno de nuestros ciclos.

El principio de los ciclos no funciona de manera general para todas las personas. Nos debe poner en alerta cuando a la persona se le repiten ciertas cosas regularmente, no encontramos una causa asociada a la aparición de un síntoma, sino que se ha activado simplemente al llegar a una edad concreta o cuando no sabemos qué buscar en una terapia porque hay mucha información y eventos en la vida de la persona y, tal vez, los ciclos pueden darnos pistas de forma práctica.

El interés terapéutico, en cualquier caso, es que nos ayudan a encontrar el origen de un problema de una forma rápida y concreta. La programación de la repetición se detendrá cuando seamos capaces de resolver lo que sucedió en el origen de instauración del ciclo. Con los ciclos biológicos memorizados nos costará más creer en la casualidad porque veremos que todo está, en cierta medida, programado.

 

Juan José Hervás Martín

Terapeuta Transpersonal

ailim.es

 

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