para sentir la fuerza del estado adulto
Desde que somos pequeños desarrollamos conductas y actitudes que nos permiten sobrevivir a los conflictos que se desarrollan a nuestro alrededor.
Esas actitudes pueden ser recurrir a un determinado comportamiento para llamar la atención, para sentirnos queridos, tener la aprobación de los que nos rodean, etc. Necesitamos esto, en primer lugar, de nuestros padres, y también de alguna otra figura de apego que esté presente en nuestra infancia.
En función de cómo se haya desarrollado ese apego o ese vínculo con nuestros padres, se desarrollarán unos comportamientos u otros en nuestra vida a medida que vamos creciendo.
Quiero nombrar en este punto, la Teoría del Apego, que fue formulada por el psicólogo John Bowlby. Muy resumidamente, esta teoría demostrada científicamente, nos viene a decir que el infante desarrolla un apego seguro si durante sus primeros cinco años de vida siente que es aceptado y protegido incondicionalmente. Bowlby demostró que era necesario una pego seguro para un correcto desarrollo cognitivo y emocional posterior.
Los comportamientos que desarrollamos en nuestra infancia fueron adaptativos porque nos ayudaron a sobrevivir, tener cariño y atención. En cambio, cuando crecemos, muchos de esos comportamientos dejan de ser adaptativos, porque corresponden al pasado, y ahora nos perjudican porque ya no se adaptan a la realidad del momento presente. Si no podemos evitar seguir actuando, pensando o sintiendo como cuando éramos niños, se dice que vivimos en el estado Niño.
Las emociones no resueltas del pasado se siguen activando, en primer lugar, porque no he aprendido a vivir de otra manera; y, por otro lado, porque lo que aún no he resuelto, mi inconsciente lo sigue proyectando en mi realidad
presente, llegando en muchas ocasiones a distorsionarla, en función de mi experiencia pasada vivida (y no resuelta).
Desde que somos pequeños desarrollamos conductas yactitudes que nos permiten sobrevivir a los conflictos que se desarrollan a nuestro alrededor
Si no he desarrollado estrategias que me permitan salir de ese bucle emocional, vuelvo a caer en lo mismo. De manera que cuando eso se produce, podemos decir que nuestro momento presente, todavía se ve condicionado por el pasado. Esto suele ocurrir cuando aún se sienten las consecuenciasde un trauma en nuestra vida, de una separación abrupta de los padres, de haber tenido un “apego inseguro”, de un duelo que no se completó, etc.
En cambio, cuando puedo vivir mi vida, desde lo que corresponde únicamente al momento presente, podemos decir que estamos en ese momento viviendo desde el estado Adulto.
Para pasar del estado Niño al estado Adulto, es necesario resolver y hacerme cargo de mis carencias emocionales sin culpar a nadie, sin culpar a mis padres, sin culpar al pasado, sin esperar que otras personas de mi vida actual cubran esas carencias, y hacerme cargo de mí mismo. Además, es necesario renunciar a los beneficios secundarios que tiene estar en el
estado Niño.
Si actuamos de acuerdo a lo que conviene al momento presente, habiendo integrado las experiencias del pasado, pero sin estar condicionados por él, estamos en el estado Adulto. Cuando estamos en el Adulto, nuestra vida tiene más fuerza porque desde ahí tomamos las riendas de nuestra vida, a la vez que nos hacemos cargo de nuestras carencias, sin utilizar éstas para justificarnos.
El trabajo con Constelaciones Familiares nos permite sanar las emociones del estado Niño, ya sean propias o adquiridas de algún ancestro. Por lo que esta herramienta nos ayuda a estar cada vez más en el Adulto, y de esta forma vivir más plenamente el momento presente.
Psicóloga Especializada en Nuevas Constelaciones Familiares