A partir de que la luz comienza a crecer en los primeros días de febrero coincidiendo con el tiempo de la Candelaria, una serie de plantas comienzan con valentía su floración desafiando los fríos del invierno, anunciando la pronta llegada de la primavera a finales de marzo, y con su belleza alegran los caminos de montañas, valles y bosques.
Selecciono algunas de ellas, que además de su belleza poseen interesantes acciones medicinales:
Mahonia (Ilex aquifolium), es un pequeño arbusto que florece aún en invierno con vistosas flores amarillas; sus hojas son duras y coriáceas, terminadas en pinchos que nos recuerdan un poco a las del acebo. También la podemos encontrar en los viveros, ya que si la tenemos plantada en nuestro jardín, aporta belleza a lo largo de las cuatro estaciones.
En invierno es de las primeras que florece antes de la primavera y en otoño nos da una bella y colorida otoñada con vistosos ocres y rojizos en sus hojas. Además nos proporciona unas bayas de color azulado muy ricas en vitamina C y con las que se pueden hacer mermeladas, o bien secarlas y añadirlas a nuestras infusiones de bayas silvestres.
Violeta silvestre (Viola odorata): Para encontrar a la pequeña y humilde violeta hay que fijarse un poco más, ya que es una pequeña planta que se esconde entre la hierba, con sus hojas tiernas de forma acorazonadas y acabadas de un delicado festón. De ella destacan sus preciosas flores moradas que anuncian la primavera y que desaparecerán cuando el calor se vaya haciendo presente. La encontraremos fácilmente en las zonas más húmedas y cercanas a arroyos de agua. Se utilizan sus hojas y flores para realizar infusiones para tratar problemas digestivos y respiratorios ya que tiene componentes mucilaginosos que protegen y reparan las mucosas internas de nuestro organismo. También podemos utilizar sus hojas y flores para añadir a nuestras ensaladas.
Bolsa de pastor (Capsella bursa pastoris): También una pequeña planta que podemos reconocer por su hojas en una roseta basal de la que surge un tallo que va floreciendo con pequeñas flores blancas de cuatro pétalos y que se van transformando en frutos con una forma características que le han dado su nombre, cuchara, zurrón o bolsa de pastor. Esta planta contiene sustancias vasoconstrictoras que ayudan a cortar los sangrados y las hemorragias, además regula el ciclo menstrual y evita el sangrado excesivo. Sus hojas las podemos tomar en ensalada y tienen un sabor ligeramente amargo que recuerda a la rúcula y sus frutos tienen un sabor algo picante que nos recuerdan a los berros ya que pertenece a la misma familia botánica de las crucíferas.
Fumaria (Fumaria officinalis): esta pequeña planta florece también entre finales del invierno y el comienzo de la primavera; es pequeña y delicada y se entremezcla entre la hierba. También le gusta mucho crecer entre los muros de las piedras. Sus flores son muy curiosas y de ahí su nombre, ya que su forma alargada como un tubito con el final de color rosado más intenso nos recuerda la forma de un cigarro encendido. Esta planta posee una actividad hepática y diurética por lo que es muy indicada en las curas depurativas de primavera y florece justo cuando es el tiempo indicado para realizarlas, entre febrero y marzo y antes de que se asiente la primavera.
Infusión depurativa de fumaria: tomar una infusión ligera con una cucharadita de planta por taza, preferentemente en ayunas. No tomar más de quince días seguidos ya que la planta contiene alcaloides.
Celidonia (Chelidonium majus): La celidonia también es llamada hierba de las golondrinas, ya que se dice que estas aves desinfectan los ojos de sus polluelos con el latex de esta planta. Es una planta frágil que busca las zonas húmedas. También crece entre la humedad que se crea entre las piedras de los muros. Esta planta tiene unas hojas en forma ovalada y unas flores amarillas de cuatro pétalos.
Tiene la característica de que si cortamos un tallito veremos un latex de color amarillo verdoso que sirve para eliminar las verrugas aplicando cada día un par de veces sobre las mismas, por esto es que esta planta también es llamada hierba de las verrugas. También este latex sirve para retrasar la salida del vello corporar y con ella se realizan preparados homeopáticos para mejorar la función hepático y biliar. Es una planta que solo se utilizará en uso externo.
Receta con Celidonia: para poder tener el jugo de celidonia a mano y disponible podemos recoger la planta fresca y poner 20 gramos de planta previamente machacada con un mortero en 80 gramos de glicerina. Dejaremos macerar 15 días tras los cuales filtraremos, obteniendo así un jugo de celidonia estabilizado y preparado para ser utilizado sobre las verrugas o bien para usar tras depilación para retrasar la salida del vello, en este caso se aplicará diluido en un poco de agua de rosas.
Palmira Pozuelo
Farmacéutica Naturista
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