Todos los seres humanos, de una u otra forma, somos poliédricos. Somos diferentes en soledad y en multitud, con unas u otras personas, en unas un otras situaciones.
Por un lado está la imagen, es decir cómo nos mostramos a los demás; por otro, la autoimagen, cómo nos vemos o queremos vernos a nosotros mismos; por otro, la esencia más profunda, a menudo enmascarada por la personalidad o máscara social y por los viejos patrones, los prejuicios y todo tipo de condicionamientos socio-culturales, religiosos y familiares.
No es fácil desligarse de la imagen y la autoimagen para poder ser uno mismo
No es fácil desligarse de la imagen y la autoimagen para poder ser uno mismo, como no lo es situarse más allá de las descripciones que los demás hacen sobre nosotros mismos o liberarse de la idealización del propio yo. Pero la búsqueda de uno mismo, y poder despojarse de esquemas y filtros, es necesaria para conocerse y vivirse desde adentro afuera y no de afuera adentro.
Es la recuperación de uno mismo. A veces desenmascararse es doloroso, pero siempre espiritual y psicológicamente nutritivo.
Comparto con vosotros la noticia aparecida en yogaenred sobre el documental titulado por los directores del mismo “El Ramiro más íntimo“, donde me muestro en lo posible tal y como soy y me vivencio, aunque nunca pueda llegar a ser tan natural como mi gato Emile.
Ramiro Calle
Centro Shadak
Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak
Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak