Biodanza con bebés porteados

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3,5 minutos de lecturaActualizado: 20/09/2024Publicado: 18/01/2018Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: ,

La vida, más que un camino es un viaje.

Un bebé que quiere moverse es un ser con deseo de vivir. El adulto que le acompaña es la vida que cuida la vida.

Los bebés porteados tienen lo que necesitan: calor, movimiento, alimento y nutrición afectiva. En la experiencia de Biodanza danzamos y respetamos los procesos orgánicos de vivir, los de los adultos y los de los bebés. Contemplamos el movimiento como un instinto esencial para la vida, con el mismo valor que el reposo.

“La Biodanza es un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originarias de la vida basado en vivencias inducidas por la danza, la música, el canto y situaciones de encuentro en grupo” Rolando Toro.

Biodanza es “volver al origen”. ¡Y los bebés nos lo recuerdan todos los días!

Creo que vivimos en una sociedad donde hablamos demasiado y se nos olvida mirarnos, escucharnos y sentirnos. Con los bebés siento que muchas veces también sucede esto.

Cuando danzamos con los bebés en las sesiones de Biodanza hay una primera parte de ajuste postural, que también es una danza. Durante la sesión, hay un tiempo de ejercicios-danza más adrenérgicos (activamos el sistema simpático) y otros más colinérgicos, tranquilos (activamos el sistema parasimpático). Invitamos a evitar la palabra y comunicarnos desde otro lugar, a través de la mirada, la escucha, el contacto empático con feedback… generando así un equilibrio donde atendemos nuestras necesidades y las de las demás personas (adultos y bebés).

En un cotidiano donde entramos en el control muchas veces quizás excesivo, cuando danzamos y practicamos Biodanza con bebés porteados, la percepción del tiempo cambia y nos facilita el entorno, lleno de ecofactores positivos, para entregarnos a la vida y disfrutarla permitiéndonos la expresión de nuestros potenciales genéticos.

Ser la música que nos danza del modo más genuino y orgánico posible. Si observamos el proceso del embarazo, el nacimiento, el crecimiento… podemos darnos cuenta de que necesitamos al otro para vivir, además potenciado por un entorno nutricio, como lo encontramos en Biodanza.

Las mamás y papás comparten:

Sandra: ¿Cómo te hace sentir como padre/madre danzar con tu hija/o porteada/o? ¿Qué te aporta?

Raúl: “Noto mucha más consciencia de mis movimientos puesto que también soy consciente de que llevo a mi bebé conmigo. Me hace experimentar otras cosas que no las experimento si estoy solo. No es importante cuánto y hacia donde me desplazo sino si es armónico para mí y para el bebé. Si tuviera que animar a un papá o a una mamá a venir, les diría que portear es una etapa que se acaba muy rápido y que de la misma manera que guardas recuerdos y haces fotos… danzar con ella es una huella que queda en el corazón”.

Soraya: “Es una experiencia muy profunda. Normalmente se buscan espacios para los niños y nosotros nos subimos a su disfrute. En Biodanza existe un espacio para mí en él que disfruto y el de alguna manera acompaña mi disfrute y lo potencia. Sentir su calor, su risa, sentirle dormido…es un auténtico regalo. Conectar con esa nueva realidad física que al mismo tiempo es también mi nueva realidad existencial como madre, acoplarme a él y desde ahí crear una nueva danza… mi movimiento ya no es el mismo porque ahora soy madre. Me lleva a crear un movimiento distinto en el día a día como madre”.

Ana: “Cuando he danzado con mi bebé he sentido una intensidad ampliada y una fuerte conexión con el grupo y con mi bebé, sobre todo en las vivencias de afectividad. Esa mirada de inocencia hacía que las vivencias fueran muy especiales… el sentir que el grupo cuidaba a mi bebé me llenaba de gratitud y de vida”.

 

Sandra de Rivas

Facilitadora de Biodanza SRT y Directora de Espacio Encuentro

espacio-encuentro.com

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