Los Q’eros, conocidos como los últimos Incas, son un pueblo de etnia quechua que, durante la época de la conquista, se alejaron a zonas inaccesibles de los Andes, llegando hasta los 5,500 metros sobre el nivel del mar. Actualmente, se agrupan en cinco comunidades situadas en los valles glaciares del macizo Vilcanota, en Paucartambo, al sur de Cuzco, Perú. Aquí, el impresionante paisaje andino no solo es un entorno físico, sino un mundo lleno de espiritualidad y tradiciones.
La alimentación de los Q’eros depende fundamentalmente de las patatas, el único cultivo viable en estas alturas. Además, crían llamas que les proporcionan leche y lana, y solo en ocasiones muy especiales consumen su carne. Este estilo de vida refleja una profunda conexión con la Tierra y la naturaleza que los rodea.
Los Q’eros y el Chamanismo Andino
Redescubiertos en 1955, los Q’eros han ampliado su influencia en la nueva espiritualidad. En su sociedad, se distingue tres niveles de poder espiritual:
- Paco Runa: el primer y fundamental nivel de sacerdocio andino.
- Pampa Misayoc: el segundo nivel que también realiza iniciaciones espirituales.
- Alto Misayoc: el nivel superior, donde se encuentra el poder de comunicar directamente con los Apus.
Actualmente, hay solo tres Alto Misayoc Q’ero, siendo Doña María Apaza, de 85 años, la única mujer en este estatus. A pesar de su edad, su energía y gracia al caminar por las montañas andinas son inspiradoras. Otros dos sacerdotes notables son Humberto Flores y Doña Bernardina, quienes han desempeñado un papel fundamental en la comunidad Q’ero.
Los Paco Runa llevan a cabo rituales y ofrendas a los Apus, pidiendo ayuda y sanación. Los Pampa Misayoc, por su parte, son los guías en el camino espiritual, mientras que el Alto Misayoc ordena directamente a los espíritus de la naturaleza, como el viento y el agua.
Apus o Espíritus Guardianes
Los Apus son considerados los Espíritus Guardianes de la Naturaleza que residen en las montañas. Cada gran montaña de la región, como Ausangate y Machu Picchu, tiene su Apu, desarrollado a lo largo de siglos de convivencia y respeto hacia la naturaleza. Este legado energético de los Andes, vinculado a los Himalayas, es visto hoy como el centro energético del planeta y un punto crucial para el despertar espiritual.
Los Q’eros también se comunican con los elementales de las piedras, lo que forma parte de su entrenamiento chamánico. Aquellos que logran el estatus sacerdotal lo hacen por linaje, voluntad personal, o mediante una experiencia inusual: la caída de un rayo y su supervivencia, un fenómeno que les confiere un poder y conexión únicos con el mundo espiritual.
Dentro de su tradición, la Coca es considerada su planta sagrada y es utilizada a diario en rituales de purificación. Además, realizan iniciaciones conocidas como Karpays, que introducirán lentamente al iniciado en la espiritualidad Inka.
Un término fundamental en la cultura quechua es Amauta, que significa maestro o sabio. Juan Ruiz es un ejemplo contemporáneo de este sabio, quien se dedica a compartir el conocimiento espiritual andino en un contexto moderno.
La Chakana, o la Cruz Andina
La Chakana es el símbolo emblemático de la espiritualidad Andina. Este símbolo, en conexión con la Cruz del Sur, representa una escalera entre los tres mundos: Hanan Pacha (el mundo de arriba o espiritual), Kay Pacha (el mundo de la materia), y Uku Pacha (el mundo subterráneo). El centro de la Chakana simboliza tanto el Sol externo como el Sol interior que reside en cada uno de nosotros.
Los Q’eros también se diferencian por su entendimiento del chamán, quien reconoce que Dios reside en el corazón del ser humano. Este enfoque del chamanismo va más allá de la sanación; se convierte en un camino hacia el crecimiento espiritual a través de la naturaleza y la vivencia diaria de lo sagrado.
Los Q’eros, como los últimos Incas, son un vástago vivo de la espiritualidad andina. Este pueblo no solo es portador de un importante legado cultural, sino que deben ser apoyados en su lucha por preservar su identidad y tradiciones frente a las amenazas de la modernidad.
Visitar a los Q’eros, participar en los rituales que realizan y aprender de sus prácticas de purificación es una experiencia conmovedora. Aquellos que han recorrido los senderos de los Andes con ellos han sentido cómo se mueven con la agilidad de pumas en su entorno, enriqueciendo nuestra conexión con la Madre Tierra, Pachamama.
Rafael Navarro
Coordinador de Inkarri