Estamos aquí para transformarnos. Las situaciones que nosotros/as llamamos problemas o dificultades vienen y van a seguir viniendo. Aceptar que el juego es así, reconocer nuestros aliados y aliadas y acechar por dónde se nos va la energía son pistas para transitar por el territorio de la transformación y hacernos el camino más bello y alegre.
Hagamos lo que hagamos, la vida nos pone por delante situaciones complejas-difíciles-desesperantes-repetitivas. Y con cada situación tenemos una nueva oportunidad para aprender lo que sea necesario y liberar lo que ya no es necesario.
Yo antes me lo tomaba como un proceso de sanación. Esto lo estoy sanando, pero aún me queda esto otro por sanar y aquello y lo de más allá. Y venga a sanar y sanar y sanar.
Ahora, en este momento medio mágico-medio duro-medio no me lo esperaba-estoy bastante sobrepasada-de la maternidad, he recordado que la transformación es como un juego. Y es a lo que estamos jugando en esta vida. Jugando a transformarnos. Por esto una y otra vez aparecen estas oportunidades.
Escribí Mujer Serpiente para ofrecer a otras mujeres y hombres el proceso y el fruto de mi viaje de transformación. Mi experiencia había sido a menudo solitaria y quería ofrecer compañía a quienes estuvieran transitando por este territorio.
En el periodo-tremendo-después del parto de mi hijo «comprendíviví» que la transformación es un ¡clic! que libera la energía que tenemos atascada en un tema-conflicto-asunto-bucle y al liberarla tenemos esa energía disponible para la vida. Por entonces yo ya había escrito el libro y estaba a punto de ser publicado. Yo esto ya lo sabía con mi mente pero en esa época lo supe desde dentro, lo comprendí desde mis entrañas.
A veces tenemos consciencia pero nos faltan herramientas para hacer ese ¡clic! Otras veces necesitamos escucharnos a nosotras mismas y respetar lo que estamos escuchando. Y esto no es tan fácil especialmente si andamos enredadas en un asunto del que no sabemos salir o sí sabemos pero no nos atrevemos o todavía no es el momento. A menudo ese ¡clic! está en nuestro cuerpo o en nuestros sueños o nos lo está gritando la vida. Algunas veces ese ¡clic! viene a través de las palabras de otra persona, o de un libro. También puede ocurrir saliendo de nuestra rutina y mirando lo que nos ocurre con perspectiva como nos damos cuenta de lo que está ocurriendo. Hay muchas maneras. Yo cuando me pierdo pido ayuda, y pido que las señales sean claras y que yo las pueda comprender.
La primera pista para la transformación es aceptar que estas oportunidades de transformarnos, llamadas por nosotros/as problemas, dificultades, crisis, atrapamientos, atascamientos, «momentazos» aparecen y van a seguir apareciendo. Si aceptamos el juego y lo jugamos como lo hacen los niños y las niñas, concentrados y presentes, pues ya tenemos disponible la gran cantidad de energía que solemos dedicar a resistirnos.
La segunda pista es buscar nuestros aliados y aliadas. Los necesitamos. Son personas, lugares, aficiones, libros, canciones, frases, mascotas, trabajos, grupos, familia de sangre o de camino…Reconocerlos, invocarlos, dedicar tiempo a estar con ellos, dejarnos acompañar. Son diferentes para cada persona y pueden cambiar a lo largo de nuestra vida. Para algunas personas la danza puede ser una aliada, para otra es la montaña, para otra es escuchar música en casa o leer un libro A veces la soledad es aliada pues nos ayuda a escucharnos y detectar cuáles son nuestras necesidades y así poder satisfacerlas, otras veces no es una aliada y lo que nos ayuda es estar en contacto con otras personas y compartir. En estas épocas yo suelo escribir una lista de mis aliados y aliadas. Para tenerlos presentes y que no se me olviden. Escribo ahora mi lista de aliados y aliadas y en esta época ha aparecido una nueva aliada-buscar la alegría-y esta aliada me acompaña en estos momentos dándome pistas y lucidez para encontrar el camino.
La tercera pista es acechar por dónde se nos va la energía. Pensamientos negativos constantes, o una relación que no funciona y lleva siendo tóxica un tiempo, o que mi lado exigente no me deja descansar, o que me paso horas navegando en internet y me voy despistando, o que estoy intentando la aceptación de quienes no me aceptan y me cuesta aceptar que esto es así y pasar página. Tener claro por dónde se me está yendo la energía o al menos comenzar a observarme y tratar de localizarlo me abre la posibilidad de buscar recursos y herramientas para poner límites o buscar acuerdos diferentes con esto que estoy viviendo y que me quita vitalidad y alegría.
A veces lo que necesito es una perspectiva diferente de lo que estoy viviendo y con esta nueva perspectiva dejo de perder energía. Aquí puede ser donde necesitemos ayuda de amigos, amigas o ayuda terapéutica.
Escribir el libro fue para mí un reconocimiento a cuatro aliadas que me han acompañado y me acompañan. Mujer Naturaleza. Mujer Creadora. Mujer Sabia. Mujer Chamana. Quiero acabar el artículo con una propuesta de cada una de estas aliadas.
Mujer Naturaleza. Me paro unos segundos e invoco un elemento de la naturaleza para que me acompañe. Dejo que venga. Estoy con este elemento unos instantes en mi imaginación, también permito que vengan sonidos, sensaciones en mi cuerpo. Este elemento me da pistas acerca de lo que necesito ahora. Yo me paro y lo que viene en esta época una y otra vez es la imagen de un árbol en flor. Necesito belleza y alegría y este árbol viene a darme estos regalos.
Mujer Creadora. Me pregunto qué quiero crear. Y lo escribo. A veces quiero crear algo material, otras veces necesito crear un proyecto compartiendo con otras personas, o bien crear un hábito diferente o crear una actitud. Todo son creaciones. Cada minuto de mi vida estoy creando. Una vez que decido qué quiero crear necesito un pequeño paso concreto en esa dirección. Si decido crear tiempos para meditar decido empezar por cinco minutos cada mañana. El primer paso es pequeño-concreto-posible. En la creación siempre aparecen obstáculos. Algunos internos (pereza-no valgo-no sé-no se me da bien-nunca lo he hecho antes) y otros externos (buscar el cómo, con qué recursos de tiempo, dinero y energía cuento, conflictos con otros aspectos de mi vida o con otras personas, asumir que si quiero crear tiempos para meditar necesito renunciar a tiempos para otra actividad). Para afrontar los obstáculos necesitamos un buen equipo de apoyo externo (estas personas que nos animan y apoyan) e interno (aprender a darnos palabras de ánimo y aliento, escribirlas, leerlas cada día).
Mujer Sabia. Todas las situaciones tienen un regalo de sabiduría. Nuestra mente se va a lo que otras personas tendrían que aprender o a cómo nos gustaría que fueran las cosas. Me paro y me pregunto qué puedo aprender de la situación que estoy transitando. Algunas situaciones podemos elegirlas, otras no, especialmente en estas últimas es importante hacernos esta pregunta. Lo que siempre podemos elegir es la actitud con la que afrontamos una situación.
Mujer Chamana. Nos recuerda que hay algo más allá de lo tangible y lo visible y que podemos tener una relación con este algo más allá. Me paro por la mañana, o antes de un encuentro importante y pido a mi parte más sabia y amorosa que esté presente y me guíe. Al pararme y pedir guía ya estoy dejando de escuchar las voces conocidas (culpa, miedo, exigencia…) y entro en el día o en ese encuentro con más silencio y con la intención de conectar con mi sabiduría y mi amor.
Tenemos grandes aliados y aliadas que nos acompañan en el camino. Reconocerlos, honrar su presencia, escuchar sus voces.
Nos esperan. Nos están esperando.
María Ponce de León Fuentes
Psicóloga colegiada-Terapeuta Gestalt-Arteterapeuta
www.mujerserpiente.com