Nuestra vida anterior

 

Nuestras memorias prenatales encierran un gran potencial llamado a ser liberado y a emerger desde la sombra del inconsciente, convertido en recursos para dar respuestas a los retos que constantemente se nos van proponiendo en forma de experiencias. Experiencias guiadas por un hilo invisible que incansablemente fluye en este proceso de “transformación” que llamamos “Vida”.

En nuestra “Vida Anterior” sucedió exactamente lo mismo. En principio fuimos una semilla formada por un óvulo y un espermatozoide, que ligados por la fuerza unificadora más poderosa del Universo: El Amor, se convirtieron en el cigoto, esa simiente donde lo “Invisible” se convirtió en “Visible” para abrirse camino a una nueva dimensión y así poder manifestarse a sí mismo en una forma humana, portadora de Luz de Autoconciencia, capaz de ser el testigo de su propio proceso vital hasta descubrir en el fondo su verdadera identidad.
Toda esta aventura no comienza cuando nacemos, sino cuando somos concebidos por nuestros padres. Y este pequeño-gran detalle, condiciona toda nuestra existencia.

Por supuesto, incluye no sólo a nuestros progenitores, sino a todos nuestros antepasados. Toda la herencia recibida tanto por línea materna como paterna, la hemos tomado prestada de ellos para abrirnos “la puerta” a esta, nuestra siguiente dimensión.
De aquí brota el gran respeto y gratitud por los antepasados, muy cultivado en todos los tiempos, culturas y razas, señal de gran Sabiduría.
Quizás algo que en tiempos modernos está tan adormecido como lo están nuestros sentidos, agotados por un exceso de información, que nos impide calar en la belleza profunda de lo sencillo y lo cotidiano.

Nuestra verdadera raíz espiritual se teje y se convierte en nuestra biología y nuestro cuerpo, troquelándose mutuamente durante toda nuestra existencia. Pero de una manera muy especial esto ocurre dentro del vientre materno, dónde la chispa divina se está fabricando un cuerpo físico, necesario para acceder a la siguiente dimensión y así poder manifestarse.

Y para poder hacerlo, necesita las memorias de todos nuestros antepasados, recopiladas en esa pequeña semilla que se desdoblará hasta conseguir la condición humana.
Por supuesto que de estas memorias ancestrales, heredamos su habilidades, que luego llamaremos “nuestras”, y sus limitaciones, que también viviremos como si fueran nuestras. Esta es una cuestión más importante de lo que parece y por la que en la “Técnica Metamórfica” nos convertimos en “repetidores”.

Repetidores, sin darnos cuenta de serlo, ignorantes de que lo somos en el fondo, dispuestos a liberarse de las ataduras que nos impiden llegar a descubrir nuestro verdadero SER.
Es más que probable, yo me atrevería a decir (desde mi experiencia personal) que es seguro, que cada situación de conflicto o crisis tiene un ambicioso propósito que cumplir; ayudarnos a desarrollar recursos ignorados o dormidos.

La Técnica Metamórfica

En la Técnica Metamórfica, el objetivo es reconectar a la persona con sus memorias y registros inconscientes, muchos de ellos heredados de sus antepasados, otros adquiridos durante esos 9 meses en la oscuridad del vientre materno a través de todo lo que la pareja, y especialmente la madre, vive, goza, ríe y llora.
El sentir de la madre, pasa directamente a ser el sentir de esa pequeña criatura, donde la Esencia de la Vida se abre paso hacia la Materia y esos registros quedan congelados y secuestrados en un plano tan inconsciente como poderoso.

Al reconectar con esas memorias, la Fuerza Vital, encargada de llevar a cabo todos los procesos de transformación, va liberando en cada uno de nosotros todo lo que puede ser liberado y de manera más conveniente.
Llevo más de 30 años “trabajando” con este ¿sistema?, ¿método? ¿técnica? ¿masaje? ¿Cómo llamarlo?
Sencillamente, tengo que reconocerme incapaz de darle un nombre adecuado.

Es un toque especialmente Mágico, una caricia de nuestras manos nacida en nuestro corazón. Sabemos que las manos son la extensión del corazón, y el corazón “sabe” que todo cuanto existe se entrelaza misteriosamente con lo que nos rodea de forma indisoluble, posee en don de ser feliz y de ayudarnos a descubrirlo en cada pequeño detalle que somos capaces de compartir generosamente. Por esa razón nuestras manos son “sanadoras”.

Y esta caricia la hacemos principalmente en los pies (también en manos y cabeza). Los pies son nuestras raíces con la Madre Naturaleza y su energía creativa y regeneradora que constantemente transforma la escasez en abundancia, las raíces que nos conectan con la Vida que encarnamos ahora.
Y por si esto fuera poco, los pies como extensión de nuestros riñones, guardan todas las memorias inconscientes de nuestro pasado prenatal y más aún lejano de nuestros antepasados.
Y es aquí, en los pies, donde “este toque” re-conecta al receptor con su “archivo” para que la “Fuerza Vital” pueda liberar esos patrones que se pudieron congelar en nuestra vida anterior, formando un obstáculo para llegar a sentir el pálpito de la verdadera Vida en nuestro SER.
Es un “trabajo” que va deshaciendo nudos en el hilo con el que tejemos nuestras experiencias y especialmente, en cómo las percibimos.

La Fuerza Vital trabaja por y para la Vida y su propósito es siempre fluir.
Si algo durante la vida prenatal la interrumpió, y alguna parcela de nuestro ser se quedó atascada, esto supondrá una pérdida y limitación importante.
Es este el objetivo de la “Técnica Metamórfica”: liberar estos patrones. Y se hace con una “inocente caricia” en determinados puntos que guardan las memorias de cada una de las semanas y días de nuestra vida intrauterina.

Tras todos estos años de trabajo con este sistema, no dejo de asombrarme con cada una de las personas que vienen a mi consulta. Como la calma profunda, la paz y el silencio que produce, va transformando a la persona, como se siente a sí misma, como percibe lo que la rodea, aparentemente por fuera, como comienza a sentir la Unidad que existe tanto dentro como fuera.
Igualmente, cuando trabajamos con niños. Ellos han sido mis mejores maestros en este tema.

Tanto en niños que atraviesan alguna dificultad en un momento concreto, como niños que sin ningún problema añadido, lo reciben periódicamente y se van desarrollando en todos los planos sin trabas, más tranquilos, más inteligentes y despiertos, más FELICES.

Aquí he de hacer una mención a los niños especiales, que ya han nacido con alguna limitación o estas han aparecido al poco de nacer. Este es un “trabajo” que parece haber sido “diseñado” para ellos. Va liberando sus limitaciones, ayudándoles a despertar su Fuerza Vital secuestrada, de tal modo, que tanto sus padres, como yo, les vemos caminar (cada uno a su paso) hacia la “normalidad”.

Y siempre es sorprendente ver como las lecciones más profundas y elocuentes, la Vida nos las da de la manera más sencilla, cuando somos capaces de poner el corazón en nuestras manos y en cada cosa que hacemos con ellas.

Es un trabajo que invita a sorprendernos constantemente con la Magia de la Vida en nosotros y en todo cuanto nos rodea.
Invito a todos los que ya estáis o queréis estar enamorados de la Vida y de su magia, a emprender esta senda, que también nos enseña por dónde encontrar la felicidad verdadera, que no depende de lo que viene de fuera y dura poco, sino de lo que sale del propio corazón, de lo que somos capaces de dar al mundo y de reconectar con su Unidad Original.

¿Alguien se apunta?

Mª Rosa Casal
Introductora en España de la Técnica Metamórfica
Directora y Profesora de Escuela de Vida
www.escueladevida.es