¿Sabes que diferencia hay entre un buen terapeuta y un terapeuta común? Un buen terapeuta no es aquel que escucha al paciente con su relato y auto-diagnóstico y comienza un tratamiento. Un buen terapeuta es un verdadero maestro que maneja su profesión a la perfección, que tiene la capacidad de captar con todos sus sentidos lo que ocurre en la vida de su paciente, al detalle, mucho más allá de lo visible y de lo consciente. Y a partir de ahí, elige la terapia más apropiada…
Si trabajas en el mundo terapéutico, sabrás que los pacientes tienden a buscar nuestro servicio porque desean relajar su mente, aliviar su estrés, o deshacerse de alguna dolencia, incluso problemas graves que han intentado resolver con medicina tradicional sin éxito.
Su llegada a nuestra consulta está cargada de buenas intenciones; quieren ayudar a que nuestro trabajo sea más sencillo y rápido. Vienen con listas de nombres científicos de sus enfermedades acompañadas de explicaciones detalladas sobre sus problemas, sin ser conscientes de los pequeños bloqueos emocionales que los afectan.
¿De dónde viene la enfermedad?
Un buen terapeuta realiza un trabajo complicado y esencial. Su misión es investigar la raíz de la enfermedad en medio de los síntomas del paciente, su historia clínica, su biografía personal y cómo se relaciona con su enfermedad y su entorno familiar, laboral y social.
Mientras escucha al paciente, un buen terapeuta no se limita a atender solo lo que dice, sino que observa su cuerpo, gestos, postura, mirada, tono de voz, y la energía que emana de sus palabras y silencios. Sabe preguntar, sentir, percibir y observar con agudeza.
El trabajo del terapeuta suele ser profundamente satisfactorio, pero requiere una excelente preparación profesional y un constante crecimiento personal. Además, es fundamental desarrollar una alta sensibilidad para sentir y percibir la energía entre las manos, proyectar mentalmente y lograr una comunicación efectiva con el paciente.
Un buen terapeuta es consciente de que si no aborda la causa raíz de la enfermedad, apenas estará mitigando los síntomas, sin abordar lo que realmente necesita ser sanado. Solo así se potencia la curación integral del paciente.
Averiguando las posibles causas
Cuando formo nuevos reflexólogos, una de las herramientas que considero esenciales es la Psicoanalogía de la Enfermedad. Esta técnica poderosa facilita la conexión entre el síntoma y la causa original, permitiéndonos entender mejor la forma de ser, pensar y actuar del paciente.
Para muchos pacientes, puede ser difícil reconocer que, en ocasiones, la enfermedad ofrece beneficios. Cuando no pueden conseguir atención, cuidado y amor desde un estado de bienestar, lo encuentran a través de su dolencia, una revelación que puede esclarecerse mediante la Psicoanalogía.
Cada órgano tiene su manera de comunicarse
Junto a la Psicoanalogía, utilizo La Ley de los Cinco Elementos para identificar órganos afectados y determinar el tratamiento más adecuado. La Medicina Tradicional China sostiene que, además de sus funciones físicas, cada órgano tiene una función emocional y energética. Los órganos transforman y almacenan energía según su elemento (Agua, Madera, Fuego, Tierra o Metal), y cada uno corresponde a una emoción expresada en el cuerpo.
Cuando un órgano presenta molestia, indica que hay un desajuste en el organismo. Eso suele ser la señal de que la Energía Vital no fluye correctamente, señalando bloqueos que llevan a la enfermedad.
Conocer la Psicoanalogía y La Ley de los Cinco Elementos nos permite abordar la terapia desde la raíz.
Lo que pensamos y sentimos impacta nuestra salud
La energía debe circular en nuestro cuerpo para mantener la vitalidad. Los meridianos son las vías conductoras de energía, capaces de inducir actitudes emocionales positivas o negativas. Un estado emocional negativo provoca bloqueos que deterioran la Energía Vital. Si esto persiste, el daño se extiende a la fisiología, conduciendo eventualmente a la enfermedad, demostrando el impacto de los factores psíquicos y emocionales en nuestra salud.
Y así comienza la gran búsqueda
Siguiendo el Protocolo Ranvvai, comenzamos con una entrevista al paciente. Formulamos preguntas para entender su situación actual más allá del síntoma por el que busca tratamiento. Observamos sus pies, cuya estructura puede brindar pistas sobre su personalidad.
Desde la Psicoanalogía, enseño a los terapeutas que no es igual que un paciente reporte acidez o ardor en el estómago; cada uno tiene vínculos emocionales distintos. La Ley de los Cinco Elementos nos enseña a equilibrar esos estados, y la reflexología puede estabilizar todas las condiciones físicas.
Un análisis del sistema digestivo revela que el estreñimiento, por ejemplo, refleja apego. Este órgano lleva lo innecesario hacia su evacuación; igual sucede con los pensamientos y emociones que alguien se aferra. Las tensiones pueden desencadenar problemas digestivos, y un terapeuta competente guiará al paciente a descubrir y transformar estas tendencias.
Es vital para nosotros como terapeutas ayudar a nuestros pacientes a comprender el significado de su enfermedad y alcanzar un nivel de consciencia que les permita participar activamente en su proceso de sanación.
Isabel Pérez Broncano
Reflexóloga, Autora del libro Reflexología Integral.
Directora de Ranvvai Escuela de Reflexologías y Centro de Terapias Naturales.
www.ranvvai.com
